II

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...

Era la tercera vez que Steve limpiaba la barra de la cocina en lo que iba de la tarde. A pesar de que se veía impecable y casi que rechinaba de limpia, Steve no podía apartar los ojos de la mancha negra que estaba en una de las esquinas. En ese preciso momento se arrepentía de haber comprado ese mármol barato de Home Depot, así como también de muchas decisiones que había tomado en el pasado. Como haber ido a aquel estúpido parque varios meses atrás, por ejemplo.

El omega dejó en paz el pañuelo con el que había tallado frenéticamente el mármol sin obtener resultado alguno. Bucky se había ido un par de minutos después de que Pepper se había llevado a su hijo, tenía que llegar temprano al trabajo pero le había prometido que regresaría para la cena junto con Nat.

Steve había tenido la más buena intención de cocinar para su hermano pero en lo único que podía pensar era en su hijo, así que esa noche pedirían pizza. Pepper le había mandado un mensaje diciéndole que todo estaba en orden y que el niño se estaba instalando en la torre Stark. Steve había leído y releído el texto una y otra vez tratando de convencerse que lo que decía la beta era verdad, que su pequeño cachorro estaba bien y que no lo necesitaba.

El timbre de la puerta sonó y Steve casi corrió a abrir. De alguna manera muy dentro de él esperaba que fuera Pepper con su pequeñito, que de alguna manera Tony se hubiese arrepentido de su decisión y se lo viniera a entregar en ese preciso momento. Pero todas sus tontas ideas se fueron a la basura cuando abrió y vio que no era Pepper ni su cachorro, si no Matt. El alfa alzó una ceja y fue ahí en donde Steve se dio cuenta que su rostro lo estaba delatando.

"Lo siento yo—" Steve dijo pero fue interrumpido por la risa suave del alfa que estaba en su puerta.

"Tengo la ligera sospecha que esperabas a alguien más."

Steve logró sonreír un poco y negó.

"Tuve una loca idea, ya sabes que se me da pensar de más." Steve le dijo y se quitó de la puerta para dejarlo pasar y cuando Matt entró, se asomó para ver si de pura casualidad su deseo se hacía realidad.

"Siempre has sido un soñador, Steve." Matt se quitó el sacó que traía y lo dejó colgado en el perchero de la sala.

"Y mira hacia donde me han llevado mis sueños." Steve rió mientras cerraba la puerta y se dirigía a la cocina. "¿Té o café?" Preguntó.

"Té está bien."

El omega asintió y tomó la tetera para llenarla con un poco de agua y ponerla al fuego. Iba a tardar un poco, así que se acercó hasta la barra en donde la carpeta con los papeles descansaban y se la entregó al alfa.

"¿Cómo estás?"

Matt preguntó mientras se sentaba en uno de los muebles de la sala y ponía su maletín en la mesa de centro. Steve lo había llamado de inmediato para hablar sobre el tema de los papeles que la beta le había dejado. Entre más rápido se deshiciera de ellos, más pronto podría descansar. Además, conocía a su amigo y estaba casi seguro que Matt terminaría de leerlos en esa misma tarde así que Steve aprovecharía para llamar a Pepper y preguntarle por su cachorro. Dos pájaros de un tiro.

"Cómo si me hubiesen arrancado el alma." Steve dijo y Matt le dedicó una mirada de compasión. "No han pasado ni tres horas y ya quiero verlo, es mi hijo Matt... es mío y de nadie más." Dijo y se dejó caer en uno de los sillones, sabía que si seguía hablando de eso terminaría rompiéndose y lo que menos quería era parecer un débil frente a su amigo.

"Lo siento mucho Steve, realmente desearía no tuvieras que pasar por esto." El alfa dijo y Steve supo que lo decía con sinceridad. "Y también desearía que hubiera una manera de evitarlo."

Here With MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora