IV

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...

Tony llevaba paseando por la ciudad casi toda la mañana y estaba seguro que en cualquier momento se iba a fastidiar e iba dejar tirada a su prima en alguna estación de trenes con la esperanza de que no supiera regresar a casa. Y es que Sharon era la típica extranjera que quería conocer hasta el más mínimo detalle de la ciudad de Nueva York así fuera una roca o incluso un poste. Tony había insistido que uno de los choferes los llevara a pasear por la gran manzana pero la testadura omega deseaba conocer cómo se sentía viajar en los subterráneos de la ciudad para llegar de un lugar a otro. El alfa estaba seguro que prefería estar en esas juntas tediosas que su madre solía organizar para hablar asuntos de la compañía que estar caminando como campesino sin rumbo.

"¿Entonces tía María compró toda la manzana a la redonda?" Sharon preguntó y Tony asintió. El alfa había convencido a su prima de sentarse un rato a conversar. Era la mañana de navidad y la noche anterior había nevado así que Central Park estaba casi vacío, a excepción de las familias que aprovecharon el día para visitar el zoológico y algunos vendedores.

"Así es, quiere construir un edificio dedicado puramente a la compañía. Yo creo que es innecesario." Tony respondió y aprovechó para darle una mordida al perrito caliente que tenía en sus manos.

"¡Woah! La compañía está creciendo de verdad. Tía María ha hecho un buen trabajo." La omega dijo con entusiasmo y Tony solo sonrió. Era cierto que su madre se estaba esforzando el doble de lo que sucesor lo había hecho pero también eso significaba que él tendría que esforzarse aún más.

"Sí todo sale bien, antes de año nuevo tendremos la firma de los nuevos socios para que la construcción empiece lo más antes posible." El alfa mencionó y le dio la última mordida a su comida.

"Es por eso que tía Peggy también está aquí ¿verdad? Yo que pensé que había venido de vacaciones a visitar a tío Howard." Sharon soltó una risita y Tony viró los ojos, a veces la omega era tan despistada.

"Estoy segura que tía Peggy también vino a eso, pero los negocios son negocios."

Margaret era la hija mayor de los Carter y también la hermana mayor de su padre, cuando Howard contrajo nupcias con María, los Carter habían adquirido a cambio un tercio de las acciones de los Stark y con ello el poder y las obligaciones de todo el negocio.

Tony había crecido con la presencia de su tía en su vida, pues la alfa aprovechaba cualquier pretexto para visitar la ciudad y a su pequeño hermano cada que podía. Así que desde que tenía memoria, el recuerdo de su tía siempre había estado ahí.

"Eso creo, pero no estoy aquí para hablar de negocios y esas cosas." La omega dijo y se puso de pie. "Anda, hay que seguir caminando al redor ¡Aún me falta mucho por ver!" Sharon lo tomó del brazo y comenzó a jalarlo. "¡Vamos Tony!" dijo y al alfa no le quedó más remedio que seguirla, se preguntaba si alguna vez esa chiquilla se iba a cansar.

Sharon aprovechaba cada momento para sacarse alguna foto o le pedía Tony que lo hiciera mientras ella posaba de alguna manera extraña. Aún si no lo parecía, el alfa estaba feliz de poder alejarse de la mansión y todas las preocupaciones que su madre y los demás empresarios tenían por la construcción del nuevo edificio. Había escuchado que sería una cosa majestuosa en medio de la ciudad, que cualquiera que llegara a Nueva York podría ver el nombre Stark desde una distancia considerable, que nadie iba a olvidar quienes tenían el poder y también serviría como advertencia en caso de que alguien quisiese meterse con la familia. Todas esas cosas le causaban escalofríos, sobre todo porque algún día él sería el alfa que estaría al frente de la compañía.

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