3. Angel

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Genero: Fluff, Romance

AU: School!Au

Longitud: 960 palabras

Advertencias: Azucar, timidez

Kim Minseok era un estudiante ejemplar, el que tenía las notas más altas de la clase, el popular también, y con un grupo de amigos igual de increíbles que él, todos guapos, famosos y con las mejores notas de la facultad, nadie se atrevería a ponerse sobre ellos porque el ranking de las calificaciones hablaba por sí solo.

Kim Jongdae no era parte de ese grupo realmente, y no sabe cómo acabó metido allí, el solo era el compañero de cuarto, en la residencia universitaria, de uno de ellos, de Byun Baekhyun. No es que se pudiese quejar mucho del chico, si, era escandaloso, pero también o era él, pero era limpio y ordenado, aunque a veces se montase el concierto en el baño y tardase una hora entera en salir.

Y, para Kim Jongdae, Minseok también era diferente. Lo había podido ver muchas veces cuando había ido a su cuarto, o cuando de vez en cuando comía con ellos cuando su grupo de amigos estaba ocupado, y había podido ver que, a pesar de todos los rumores y popularidad, Kim Minseok no era tan diferente del él mismo. Si, tenían gustos diferentes, y sus notas eran más altas, pero, aun así, solo era un chico tímido en verdad, que hablaba lo justo y necesario y generalmente daba los consejos más sabios, pero también sabía bromear, aunque tenía un humor un tanto extraño. Y Jongdae se encontraba cada día más fascinado por él.

Generalmente si se le preguntaba a cualquier estudiante de la carrera te diría que Minseok era perfecto, que era como un ángel bajado del cielo y era intocable, y hasta cierto punto era así. Su belleza era etérea, con su piel de porcelana y su cabello rubio, sus labios rojos y sus ojos gatunos, con esa dulce sonrisa que parecía ser capaz de limpiar los pecados de cualquier persona que se atreviese a besarle, pero los propios rumores le habían hecho intocable, no porque él lo fuese realmente, y de eso se dio cuenta Jongdae al pasar tiempo con ellos. Minseok en ningún momento le miró por encima del hombro, ni le excluyó de las conversaciones, le hacía participar y le integraba a pesar de que no tenía ningún motivo ni razón por la que hacerlo, y Jongdae sentía que tal vez debía comenzar a responder a Minseok, y por eso le invitó un día a un café.

Decir que no moría de los nervios mientras le esperaba en la puerta de la cafetería, media hora antes de la hora acordada, sería mentir, porque a Jongdae le sudaban las manos y la nuca y sentía que su corazón se le iba a salir del pecho, después de todo, ¿qué si le dejaba tirado? ¿y si se reía de él? ¿y si tenía novio? ¿Y si ese novio le venía a pegar? Las dudas e inseguridades le recorrían a cada segundo que pasaba, hasta que 10 minutos antes de la hora le vio aparecer.

Llevaba un conjunto sencillo, un pantalón negro ajustado con unas botas y un jersey más grande de su talla de lana azul, que le hacían ver a aun más pequeño de lo que sus aniñadas facciones le hacían.

-Has llegado muy pronto- Dijo Minseok al llegar, con una expresión de sorpresa en la cara- Yo he llegado 10 minutos antes...

-No quería hacerte esperar- respondió Jongdae abriendo la puerta de la cafetería- Además vivo cerca de aquí.

Entraron y se acercaron a la barra a pedir, Jongdae ya sabía lo que quería, solía venir por esta cafetería a menudo a por un cacho de tarta de manzana y un batido de chocolate, por lo que se quedó observando las reacciones de Minseok a lo que había. La carta incluía una gran variedad de cafés y sobre todo de tartas y postres, y a Minseok se le hizo la boca agua solo con mirar las diversas tartas, pero sobre todo la red velvet.

Se pidió un cacho muy entusiasmado junto a un café y Jongdae pidió lo suyo justo después, tenía la intención de invitarle y era la única manera de hacerlo. A la hora de pagar Jongdae se puso delante del mayor y pagó por ambos, ganándose un adorable puchero del mayor y un '¡La próxima vez te pienso invitar yo!'

Se sentaron en una mesa junto a la ventana y empezaron a comer, los ojos de Minseok brillaban como si estuviese comiendo el manjar más delicioso del universo, y a pesar de que Jongdae estaba comiendo su tarta favorita, la de manzana, casi era capaz de degustar la ajena.

Minseok le sonrió a Jongdae y mantuvieron una conversación tranquila y superficial sobre lo que habían hecho ese día.

-Me sorprendió que me invitases- Dijo Minseok- No suelo salir nunca con nadie que no sea del grupo...

- ¿No te suelen invitar? - Preguntó Jongdae confundido- Eres muy popular, como el resto

-La gente no se atreve- Dijo Minseok mirando por la ventana- Se siente algo solitario a veces, los chicos tienen su propia vida, y yo no tengo a nadie más allá de ellos y mi familia.

-No te preocupes hyung- Le dijo Jongdae colocando su mano encima de la suya- Eso no volverá a ser así.

- ¿Por? - Preguntó el rubio

-Porque pienso invitarte una y mil veces- Dijo con una tierna sonrisa que tal vez calentó un poco el corazón del mayor- Te llevaré al fin del mundo si hace falta.

A Minseok se le colorearon las mejillas con gran facilidad y le sonrió de vuelta, él no lo iba a negar, llevaba unos cuantos meses echándole el ojo al tierno muchacho de sonrisa gatuna, tan escandaloso como Baek cuando quería, que de vez en cuando le miraba de reojo y se sonrojaba.

(99+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora