4. Dulce

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Género: romántico

AU: CEO AU!

Longitud: 1390

Advertencias: Muy random, leve smut al final

Minseok echó de su despacho al último de sus subordinados, estaba hasta las narices e escuchar todos los días a esa pandilla de inútiles que no eran capaces de llevar a cabo ni las más simples funciones como cambiar el rollo de papel higiénico del baño, ¿quién en pleno siglo 21 no sabía cambiarlo?
Lo peor de todo era que las señoras de la limpieza que se encargaban de esto estaban esa semana de vacaciones y había confiado en que los chicos sabrían cambiar un rollo de papel solos y que cosas como la que acababa de pasar no ocurriesen.

Después de una reunión importante uno de los inversores había decidido hacer una parada en el baño pero al parecer no había nada de papel a la vista y los subordinados de Minseok habían sido incapaces de encontrar un simple rollo por lo que el CEO de había visto obligado a llevarle uno en persona de su baño personal en tiempo récord, no quería perder a un inversor tan importante, pero lo peor de todo no era solo eso, por qué se logró solucionar, sino que nadie sabía dónde estaba el papel higiénico almacenado y Minseok, harto de la incompetencia de los chicos, había decidido que lo iba a hacer por su cuenta...

Minseok salió de su despacho avisando a su secretario de que iba al almacén abajo, podría haberle mandado a él, pero estaba registrando el acta de la reunión y Minseok prefería que terminase eso mientras él buscaba el papel, no podía ser muy complicado encontrarlo, ¿no?

Bajó hasta la planta 0 por su ascensor privado y después fue a la parte trasera del edificio donde cogió otro para bajar al -2, que era donde estaba el almacén. No se encontró con nadie de camino a allí, lo que realmente le sorprendió, dirigía una empresa con cientos de trabajadores, no ver a ninguno no era algo que le fuese a poner de buen humor, se suponía que debía haber gente yendo y viniendo del almacén constantemente, en ese lugar estaban todos los informes archivados, o al menos se suponía que debían estar allí.

Al entrar en el almacén se dio rápidamente cuenta de varias cosas, una, el papel higiénico estaba a toneladas al lado de la puerta, dos, sus trabajadores eran unos inútiles, tres, además eran unos vagos y cuatro, estaba completamente solo ahí abajo y hacía mucho calor.

Se quitó la americana que llevaba y se remangó las mangas de la camisa, la temperatura en el almacén era demasiado alta, tal vez debería llamar a los del servicio técnico para que lo revisaran, no era normal tanto calor. Cogió varios paquetes y los dejó al lado del ascensor, ya que había una puerta pesada de seguridad para acceder al almacén. En una de las últimas veces que sacó paquetes, ya habiendo dejado su americana con los paquetes que había sacado decidió sentarse en el suelo y descansar, soltando un par de botones de su camisa por el calor. Se echó sobre uno de los estantes y cerró los ojos unos segundos, y susurró para sí mismo.

-Necesito despedir a la mitad de esos idiotas- Y suspiró, pero una suave risa le hizo abrir los ojos. Ante él se encontraba su secretario, y probablemente la única persona competente de toda la empresa a parte de él mismo y unos pocos más.

-Estamos en plena campaña- Dijo el hombre con una sonrisa- No creo que sea una buena idea

-Jongdae- Respondió el CEO sorprendido por su presencia- ¿Qué haces aquí? ¿Ha pasado algo?

-No hyung- Le dijo- No te preocupes, he acabado de pasar los informes y me pregunté qué te estaba tomando tanto tiempo, pero viendo todos los royos de papel de delante del ascensor ahora lo entiendo. Aunque creo que ya son suficientes, ¿no?

-Si, es que hace demasiado calor aquí abajo- Le respondió- Necesitaba un respiro, recuérdame que llame a los técnicos para que revisen el termostato de aquí, debe estar estropeado...

-Eso explica tu aspecto hyung- Dijo Jongdae con un deje sugerente- Estas terriblemente sexy así...

Minseok se sonrojó terriblemente, como siempre que Jongdae le hacía algún cumplido, lo que había entre ellos dos ciertamente no era algo normal, simplemente compartían más que palabras en el trabajo y se habían acostado en varias ocasiones, y aunque no se habían sido "infieles" no habían querido poner ningún nombre a lo que tenían, y Minseok, que siempre había tenido problemas de autoestima, aun no comprendía como un hombre tan atractivo como Jongdae pudiese querer estar con él, o al menos eso le decía todas las noches a su gato Tan.

Jongdae sin timidez le sonrió sensualmente y se acercó a él, dándole tiempo para huir, o mentalizarse, como siempre, por que conocía a Minseok como la palma de su mano, su historia, sus complejos, sus inseguridades, y siempre le intentaba ayudar al máximo a superarlos, como en ese momento, besándolo y demostrándole cuanto le quería, aunque no hubiese nada fijo entre ellos.

-Te quiero- Le dijo Jongdae al oído antes de besarle otra vez- Déjame quererte, aquí, ahora...

Y a pesar de que Minseok era más mayor que él, no solo en el rango de trabajo, sino también en edad, se dejaba mandar y manejar por Jongdae, porque sus caricias se sentían como fuego sobre su piel.

Jongdae le desnudó lentamente, besando cada cacho de piel que iba descubriendo y dejando pequeñas marcas de amor aquí y allá. Minseok se lo devolvía también acariciando sus brazos primero, fuertes a pesar de la delgada apariencia, y su espalda por debajo de su camiseta, la cual le obligó a quitarse al poco rato, paseando con deleite sus manos por su espalda. Sus labios también saborearon todo lo que pudieron, desde la prominente nuez de adán que sobresalía de su cuello, sus bellos pómulos y esas comisuras de su boca que tanto asemejaban las de un gato.

Rápidamente acabaron los dos desnudos y se admiraron mutuamente, Minseok mucho más cohibido, pero demasiado excitado en ese momento como para preocuparse. Jongdae le volvió a besar con dulzura para relajarlo, mientras dejaba que dos de sus dedos, previamente mojados en el lubricante que siempre uno de los dos llevaba encima. Le preparó con mucha delicadeza y mimo, intentando en todo momento que sintiese la mayor cantidad de placer posible, hasta que se empezó a sentir como una tortura.

-Jongdae por favor- Le suplicó- Tómame ya, te necesito

Jongdae le besó hasta arrancarle todo el oxígeno de sus pulmones, después le colocó de espaldas y le apoyó contra el mueble más cercano, introduciéndose lentamente en el hasta el fondo y luego deteniéndose unos segundos para dejar que Minseok se acostumbrase a la intromisión.

Las caderas de Minseok moviéndose fue la señal que el más joven necesitó para comenzar a moverse en un lento pero delicioso vaivén, mientras se dedicaba a recorrer con sus dedos, y luego a base de besos, los lugares de la espalda del mayor a los que tenía acceso. Ambos estaban ensimismados en el acto, ignorando que cualquier persona podría entrar y verlos en ese momento o que estuviese buscándolos, ellos solo pensaban en el otro y gemían su nombre, escuchando de fondo la rítmica melodía de piel contra piel y la mezcla de gemidos y sonidos propios del sexo. En cierto momento la mano de Jongdae se apropió de la erección de Minseok, el cual gimió más alto de gusto, deshaciéndose de placer a pasos agigantados, Jongdae tenía una puntería muy precisa y le conocía demasiado, golpeando su punto dulce con cada estocada dentro de él.

Ninguno de los dos aguantó mucho más, Minseok abrumado por el cariño y todas las sensaciones que le provocaba Jongdae junto con los susurros de amor en su oído, y Jongdae un poco más tarde que Minseok, que se vino contra el mueble, dentro del mayor, al sentir como este aprisionaba su miembro de una manera deliciosa y había soltado el gemido más dulce, con su nombre.

-Te quiero Jongdae- Dijo el mayor cuando ambos se abrazaron tras acabar

-Yo también hyung- respondió el menor- Y quiero ser tuyo, y que tu seas mío, se mi novio

Minseok simplemente se giró entre sus brazos, sin importarle nada más y le besó, porque obviamente, aunque lo negasen en voz alta anteriormente, se pertenecían mutuamente. 

(99+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora