Tras hacer un drama y negarse a casarse con un desconocido. Yuri salio de casa y decidió explorar el lugar para distraerse. Aquel pueblo a las afueras era pequeño a comparación de en donde vivía dentro de Rusia. Le daba gracia las estatuas extrañas y le encantaba aquella moda que no se encontraba tan fácil.
Pero sus ojos brillaron y se iluminaron cuando encontró un lago congelado. Se sintió afortunado de aún llevar su mochila negra,pues ahí llevaba su tesoro,unos patines que se usaban sobre ese tipo de hielo.
Rápidamente,y sin pensarlo dos veces,se cambio los zapatos por los patines,y entró a la "pista" deslizándose con delicadeza. Su cuerpo comenzó a moverse y su mente a relajarse. ¿Hace cuanto no disfrutaba de un tiempo tan agradable?
El primero de marzo,un bebe Alfa de cabellos dorados y ojos verdes llego al mundo. Llego aquel bebe a quién ya le habían escrito su destino. Fue amado por sus padres,Alik y Zuna, quiénes murieron en un accidente de auto cuando Yuri solamente tenía tres años. Quedando a cargo de sus abuelos maternos,Lilia y Nikolai.
Ahora,a sus 20 años de edad,había dejado la ciudad grande de Rusia,para viajar a las afueras de esta y tener una reunión con las familias mas importantes con quienes estaban enlazadas. Los Nikiforov y los Altín.
"Agg,me casare con uno de esos idiotas."
Su mente seguía divagando,gracias a eso,no se dio cuenta que era observado.
Cuando su cuerpo se detuvo soltó un suspiro y su cuerpo comenzó a sentir el viento helado.
-pátinas muy lindo.-el rubio volteo encontrándose a un chico de cabellos negros con lentes,piel un poco mas oscura que la suya y un poco gordito. Agudizó su nariz y supo que se trataba de un Omega,su aroma era uno muy delicioso a fresas.
-¿quién eres?-pregunto patinando hasta este,ya que sus cosas estaban detrás del joven.
-mi nombre es Yuuri Katsuki... ¿cuál es tu nombre?-
Él ruso solamente lo ignoró y comenzó a cambiarse los patines por sus tenis. Hasta que algo cálido reposo en sus hombros.
-¿que haces?-
-supuse que tenias frío.-él ruso se enderezó y miro al pelinegro. Se dio cuenta que estaba más alto que el nipón.
Observo directamente a Yuuri y vio que aquellos ojos cafés tenían rastros de lágrimas.
Agarro su chaqueta y la coloco en los hombros del nipón,quien lo miro sin entender.
-yo tengo tu chaqueta y tu tendrás las mía.-el nipón asintió y se coloco la chaqueta de forma correcta.
Soltó una carcajada al ver que el abrigo ajeno le quedaba grande. Yuri observo aquella escena y su corazón se sintió extraño,el jamás había experimentado aquel sentimiento,una pequeña sonrisa se dibujo en sus labios.
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Alfa y Omega caminaban por las calles de aquel pueblo. Ninguno había estado ahí así que podían emocionarse juntos.
Él omega se acerco para ver,por una vitrina,a varios cachorros de pelaje blanco y esponjado.-son lindos.-
-lo son. Pero yo le voy más a los gatos.-él omega siguió viéndolos,en cambio el ruso observo al omega.
Su piel era un poco morena,sus cabellos eran negros como la noche,sus ojos cafés eran hermosos. Noto que las mejillas del nipón estaban rojas, estiro su mano y acaricio la mejilla ajena.
El omega lo miro curioso y con un ligero sonrojo.-estas helado,vamos por un café.-
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Durante toda la tarde,ambos Yuri's platicaron de distintas cosas. Fue entonces cuando el ruso se dio cuenta de que aquel nipón le había echo olvidar su furia.
-por cierto.-él japones llamo la atención del alfa deteniéndose frente a él.-no me has dicho tu nombre.-
Él ruso lo dudo un poco,rascó su nuca y miro hacia otro lado. -Yuri Plisetsky.-
-¡¡te llamas igual que yo!!.. Entonces,¿te gusta patinar?-pregunto volviendo a caminar y mirando las calles.
-es uno de mis pasatiempos.-
-me gustaría ser tan bueno como tu, solo se desplazarme sin caer pero no lo hago con la elegancia que tu tienes.-
Con esas palabras,él alfa pensó en que podría ayudarle y enseñarle para poder mejorar. Pensó en varias técnicas,más su mente se detuvo cuando se dio cuenta que quería seguir topándose a aquel nipón.
Él no era asi,por lo general le gustaba estar sólo, y más si su compañía era un omega.-es tarde,debería irme.-se detuvo y observo al omega.-tú también,no digo que algo te vaya a pasar,pero no es bueno que un omega este sólo tan tarde.-
Él nipón sonrió.-no tardan en venir por mi.-
-¿tu pareja?-sin quererlo,su voz sonó un poco disgustada,casi como reproche.
-quisiera. Tiene cosas más importantes que hacer.-y ahí fue cuando su corazón se sintió extraño.
-mañana...-él nipón lo miro curioso, Yuri desvío la mirada.-mañana en el mismo lago a las 6:30 ¿puedes?-
Él nipón sonrió y asintió.
-te veo mañana, Yuri.-
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