III

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Corría sin dirección

mientras molestas gotas recorrían desde 

sus pómulos hasta su cuello.

Era la lluvia, Lola aveces llovía.

Pero después no había un arco iris,

ni  luz.

Su cielo quedaba gris; con restos de delineador corrido.

Y sus flores se marchitaban

y aun así las recogía.

Alguien tenia que hacerlo.

Colocaba las flores en su cabello

y corría con ellas en su cabeza.

Esperaba que se desarmaran, y cayeran

y se marchitaran aun mas.

Como su vida.

Y que aun así nadie 

se fijara en ellas.

Cuando las flores se marchitanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora