Aveces me pregunto si el destino realmente hace las cosas para divertirse...
Nunca obtengo respuestas.
¿Qué más podría salir mal? ¿Por qué el destino juega de esa manera con mis sentimientos?...
Me enamoré de mi mejor amigo, Miles "Tails" Prower, y...
Me reí de las incoherencias de mis amigos, hasta que algo completamente inesperado interrumpió nuestras risas. La puerta se abrió una vez más, dejando ver a la persona que había entrado por ésta.
—Lo lamento chicos, he llegado un poco tarde, traje galletas ❤
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Podía ver a Zooey entrando a la habitación con una caja grande y decorada, y un botiquín, extendía su mano a modo de saludo, y el hecho de que se preocupara de mi bienestar sin conocerme me hacía sentir aún más culpable.
Era de esos momentos en que en lugar de sentir que ella se había entrometido entre Tails y yo, era en realidad yo el que salía sobrando, y el hecho de que llegara con sus obsequios y con medicinas para atender a alguien "importante" para Tails, me hacía sentir terrible, y Amy bajó la mirada sintiéndose de la misma forma que yo... Se sentía culpable de apoyarme a mí en lugar de a alguien que realmente lo merecía.
—No tienes de qué disculparte, lo importante es que haz llegado. Gracias por tu visita, ponte cómoda— Sonreí con nostalgia. Tails me miró incrédulo y emocionado
—¡Gracias por recibirme! En cuanto Tails me dijo que no te sentías buen me preocupé mucho. Traje algunos medicamentos, estás algo lastimado— Decía abriendo un par de frascos y tomando un par de algodones de una bolsa de hule. Suspiré.
—Eres muy atenta conmigo...
—Tails me habla de lo importante que eres para él, y de verdad espero que de la misma forma nos llevemos muy bien, Sonic. Ayer no pudimos conocernos de la forma correcta
—En verdad te lo agradezco, Zooey...
—Sé que no tenemos mucho de conocernos, pero puedes contar conmigo para lo que sea— Dijo tomando un par de gasas, humedeciéndolas en alcohol. —Dolerá un poco, trataré de ser cuidadosa
Ella ponía con mucho cuidado una gasa sobre algunas de las heridas que me había hecho con las rocas del lago, soltaba pequeños quejidos de ardor debido al contacto del alcohol con mi piel...
No podía odiarla, no a ella. Era la vida que nos había puesto en el momento incorrecto. ¿Tan difícil era dejar a Tails ser feliz con ella?
Pero yo lo amaba...
Tratar de ser como Amy me era complicado, no odiaba a Zooey, pero aquello no quitaba el hecho de sentirme incómodo con ella debido a que ella estaba entre Tails y yo. ¿Por qué me era tan difícil dejar de ser un egoísta?
Tails tenía razón... Yo sólo era un tonto egoísta al que le importaba primero su propio yo.
La chica tomó una venda y la enrolló alrededor de las heridas de mis brazos y mis piernas, acomodó mis almohadas y sonrió satisfecha con su trabajo. Me sentía miserable.
