Tsuna, ¿estás bien?

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Tsuna miro a sus guardianes con atención. Habían hablado sobre los lazos que los unían, y estos parecían contrariados por lo información. Yamamoto se notaba más tranquilo desde aquella vez que casi les da un infarto a los dos. Porque uno estaba preocupado por herir a su guardián de la tormenta, mano derecha y uno de sus primeros amigos, mientras que el otro realmente se había enamorado de esa actitud algo pasivo agresiva del guardián de ojos verdes. Que parecía estar buscando una razón para discutir constantemente con él, los dos tenían motivos diferentes, pero a la misma persona querida que no deseaban lastimar.
De hecho Gokudera junto a él habían Sido los primeros en felicitarlo sobre su embarazo. Aunque no llevaba mucho tiempo, parecían ser los más emocionados con Tsuna teniendo hijos.

—¿Y bien?—cuestiono la suave voz de Chrome al otro lado de la sala asustando a más de uno—¿Tendré que intervenir de nuevo?

Tsuna solo sonrió negando divertido. Su guardiana era una de las personas más aterradoras si es que conseguías hacerla enojar. Estuvo intentando no hacer ver su diversión total, pero fracaso en todos sus intentos de no sonreír casi enloquecido de diversión pura al saber que sus guardianes serían torturados con horribles ilusiones. Tal vez estaba pasando demasiado tiempo con sus destinados, por eso se le había pegado esa vena sádica que todos tenían.

—Intento no reír para poder calmar las discusiones—Chicos, calma. Solo estoy embarazado.

La expresión suave y sumamente tranquila distrajo a todos los guardianes que parecían aturdidos por el comentario. Hasta que Mukuro explotó señalando al castaño de una mera aturdida y expresión que parecía divertir en su máximo esplendor al chico.

—¡Ves de lo que estoy hablando!—gesticulo ridículamente hacia su jefe—¿Y así no quieres que me preocupe?

Y las discusiones se reanudaron ante la sonrisa maliciosa y plenamente divertida del décimo capo que se recostó en su asiento para poder mirar todo mejor. Gokudera estaba parado a su lado derecho, con una expresión sumamente tranquila que demostraba que estaba más que nervioso por la actitud que estaba teniendo su cielo en el embarazo.
Al contrario de Yamamoto que estaba a su lado izquierdo de Tsuna con una sonrisa nerviosa que reflejaba que tan incómodo se estaba volviendo todo.

—Tsuna—él azabache llamo tranquilamente ignorando como podían empujarse los dos guardianes más peligrosos de Tsuna—¿Estás bien?—porque no pudo evitar preguntar.

El castaño parpadeo un poco confundido para luego mirar al chico mayor. La sonrisa sádica fue rápidamente reemplazada por una suave, dulce y compasiva. La sonrisa que siempre llevaba en su rostro su cielo cuando estaba bien, feliz, cómodo. Yamamoto Takeshi y Gokudera Hayato querían perservar esa sonrisa para toda la vida si eso fuera posible.

—Bueno, creo que estoy disfrutando mucho de su sufrimiento—declaro nervioso rascándose la mejilla. Estaba preocupado por como reaccionarian sus guardianes.

—Sinceramente yo igual lo estoy haciendo—murmuró Gokudera al notar como Hibari retrocedía al ver el claro enojo de la única chica del grupo—es como ver a un Chihuahua asustar a grandes Doberman's.

La comparación solo desató la risa del menor, quien intentó cubrir su boca con sus manos en un intento vano de no estar disfrutando el show. Claro si no fuera que en realidad se le notaba en sus expresiones.

—Yo creo que es más como un cordero enfrentándose a los lobos—Yamamoto apartó su grano en las comparaciones sacando más risas de Tsuna.

Pero nadie se espero a Lambo que estaba deslizándose tranquilamente de la pelea y escuchando su conversación.

—Bueno, yo ciertamente le veo un parecido singular a una leona alejando a un macho indeseado—expreso divertido.

—¿Por qué los estamos comparando con animales?—pregunto el castaño entre risas entrecortadas que llamaron la atención del resto de sus guardianes.

—¡Por qué se están comportando como unos!—el de cabello blanco hablo tranquilamente, sin alterar el buen estado del menor.

Pero fue algo inútil, porque Ryōhei huye de la pelea que estaba formándose entre la chica y los dos guardianes. Entonces realmente no quería contestar a la pregunta, pero lo hizo con una inocencia que fue tan graciosa para su jefe que este término retorciéndose entre risas, jadeos y súplicas por más oxígeno para no morir ahogado.

Tsuna era feliz aún con todos los desastres que se formaban a su alrededor. Tal vez por eso ignoró de manera inconsciente las frases que se tatuaban en su piel de acuerdo a cada guardián que las pronunciaba. Estaba tan feliz con sus elementos que no podía pedir más que eso, esa simple compañía que conseguiría hacerlo sonreír de una manera tan real.
Era amado y querido de una forma que nunca se imagino.

Peor tuvo que dejar de disfrutar de la cálida compañía de sus amigos y familia. Cuando alguien tocó la puerta de manera desesperada, Tsuna le pidió a todos que se callarán y que Gokudera atendiera. Un chico de cabello negro profundo, ojos de color azul oscuro se encontraba enfrente de su puerta agitado y preocupado.

—Luce está dando a luz—soltó simplemente antes de que alguien le preguntará.

Tsuna parpadeo confundido un par de segundos, antes de caer en la autorrealización de lo dicho. Para luego mirar a sus guardianes y decirles que se movieran rápidamente por toda la habitación buscando lo que el menor pedía.

—Código bebé—expresó ganándose una mirada incrédula de quien le esperaba—agarren todo, ese bebé no va esperarnos.

Los movimientos se volvieron rápido y los gritos por el embarazo sorpresa del castaño fueron reemplazados por todas las voces buscando pañales, ropa. Cosas necesarias para un recién nacidos. Iba ha conocer a la que sería como su sobrina ahora, estaba emocionado. Aún cuando todos se resbalaban, chocando entre sí e insultando se mutuamente por lo bajo. Parecían torpes, nada expertos cuando ya habían planeado como se moverian cuando el día llegará. Al parecer nada se compara con la realidad.

Bueno, espero que les guste. Pase un tiempo muriendo en práctica y todo. Así que disfruten esto.

Love in the SkyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora