Viaje a Japón.

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Tsuna miró a Shamal con interés poco disimulado. Sabía que Xanxus sólo había venido de visita por algún asunto importante que necesitaba su atención inmediata.
Le había avisado que se necesitaba su presencia urgente en una sucursal de Vongola en Japón. Aunque también se había hablado de asistir a su reencuentro de secundaria. Aunque eso fue tema de los guardianes y Arcobalenos que parecían enojados por el trato que Tsuna había estado recibiendo antes de que ellos entrarán a su vida.

Pero no estaba hablando de eso en voz alta, sólo sonriendo un poco antes de aceptar que estaba perdido fuertemente. Su primo lo necesitaba en Japón, por eso habían mandado a llamar a Shamal para que lo revisara antes de aventurarse a viajar en avión.

-Iré contigo-declaró el doctor mirando a Tsuna con seriedad-no estas en riesgo, claramente el no usar tus llamas mantiene todo en calma, pero no me voy a arriesgar. Hombre precavido vale por dos.

-Esta bien-acarició la ligera curvatura de su vientre-¿los gemelos ya pueden viajar?-preguntó curioso, ya tenían cerca de dos meses de edad.

-Sí, tomaremos algunas medidas para cuidar su oído-declaró el hombre excéntrico con una sonrisa suave-tú tranquilo, va a ser un viaje sin problemas.

La risa del cielo fue encantadora. Shamal dejó todas sus cosas para ayudar al embarazado a levantarse de la silla sin problemas. Calidamente lo acompañó a la salida.

-Nos vemos en un par de horas, Décimo-pronunció con respeto.

-Shamal, ni tú te crees el término.

Él hombre comenzó a reír, porque claramente sólo se estaba burlando. Pero Tsunayoshi lo descubrió rápidamente.

Él castaño camino con cuidado, su segundo trimestre aún era seguro para dar el viaje y los gemelos ya tenían dos meses, no habría riesgo de un posible daño en el oído y tímpano. Entonces estaba tranquilamente regresando a su dormitorio cuando todo pasó.
Pudo visualizar a un Reborn aterrado corriendo hacia él, intentó ignorarlo, pero él Arcobaleno no le importo, lo tomó por la cintura y lo cargo como sí no pesará nada.

-¿Qué sucede, Reborn?-preguntó curioso y dejándose llevar.

Después de todo no tenía ganas de correr contra la corriente. Su intuición le gritaba que tuviera cuidado y dejara que su pareja lo llevara. También le gritaba que si no detenía lo que estaba por suceder tendría mucho papeleo.

-Tus guardianes se enteraron del viaje a Japón-dijo él Hitman al asegurarse que estaban lo suficientemente seguros-ya habíamos hablado de la posibilidad de ir a tu reunión de secundaria, pero nunca hablamos mucho sobre sí era prudente, y Xanxus aseguró que era una emergencia.

-Lo es, Shinichi me pidió ir-susurró logrando que él azabache lo bajara-creo que están preocupados por su récord de cadáveres cada que pasa por algún lugar-casi quiso reírse. Pero no podía negar que ni él tenía esa suerte.

-¿Es un asesino?-preguntó interesado siguiendo a su cielo.

La risa de Tsunayoshi ahora sí logró salir de sus labios. Pensar en él castaño de ojos azules siendo un asesino, era divertido. Sí era un gran detective, pero nunca había matado a alguien, claro, de forma intencional. Porque de por sí su mala suerte lo seguía a donde fuera que vaya, encontrándose con cadáveres y asesinos sin final.

-No, no es un asesino-negó siguiendo el ruido de gritos que ya habían empezado a ser notables-es un detective que trabaja en conjunto con el FBI, sólo, que bueno-intentó no parecer demasiado preocupado por eso-a donde vaya, siempre encuentra asesinos, sindicatos del crimen y muerte.

-Eso suena interesante-aceptó el Hitman número uno demasiado concentrado en pensar en cómo su pareja podría unirse fácilmente a todo ese tipo de gente.

-Es mi primo-dijo adivinando los pensamientos del de patillas rizadas-normalmente no lo diría tan fácilmente principalmente por su trabajo y el mío.

Se distrajo de la conversación cuando un Hibari muy enojado camino hacia él castaño al poder visualizarlo. Mukuro seguía de cerca los pasos de su pareja intentando ser el razonable por una vez en su vida. Los gritos de Gokudera se escuchaban cada vez más fuertes sobre los de Ryōhei que parecía francamente ofendido. Yamamoto no era él ejemplo de paz y Lambo parecía perdido. Mientras que el resto de sus almas gemelas intentaban que los guardianes Vongola no pasarán de los gritos a las peleas. Chrome solo sabía que no meterse era la mejor opción para ella.

-¿Por qué no avisaste de tu viaje, omnívoro?-preguntó el prefecto, con una notable aura de muerte-¿planeabas viajar sólo?

-Kufufufufu-la risa peculiar de Mukuro resaltó el asunto-no creo que quiera viajar solo, alondra-kun-amablemente intentó alejar a su jefe del fuego cruzado.

-No lo defiendas-la voz dura del guardián de la niebla hizo retroceder al cielo con las manos en alto en signo de paz-él sabe que no puede viajar sólo, no como antes.

-Kyoya...-llamo amablemente el castaño-yo realmente no planeaba viajar sólo. No había salido la oportunidad...

-Tsunayoshi-voz de penumbra fue sorprendentemente fuerte y aterradora para que todos los guardianes detuvieran su lucha-voy a ir contigo, aún así tenga que arrastrar a Mukuro conmigo para ir de ida y vuelta por el infierno, no voy aceptar un no como respuesta.

Mukuro se quedó quieto, observando como su pareja estaba aterradora y sorprendentemente decidido a no darle descanso a su cielo. Una sonrisa maníaca se deslizó por sus labios antes de tomar lugar con Hibari. Vaya hombre que había conseguido, era tan salvaje e indomable como las nubes. Haciendo lo que quisiera en el momento que le dé la gana. Vongola nunca pudo apagar a la nube y nunca le quito a las nieblas sus oportunidades de hacer las cosas.

-Estoy con la alondra-se burló un poco antes de hacer una reverencia hacia su cielo-por el cielo, la tierra y el infierno Tsunayoshi-kun, vamos a arrastrar a cualquiera que se oponga a ti-declaró sin su peculiar risa.

-Aterrador-Tsuna declaró mirando a sus dos guardianes-tan aterradores, chicos-la sonrisa cálida y reluciente hizo a muchos sonreír-solo quiero agradecerles...

-No-la voz firme de Mukuro interrumpió todo el discurso-recuerda la frase que siempre llevas tatuada en el corazón.

La sonrisa del castaño sólo se hizo más grande, para reír y luego asentir. Dejaría ganar a sus guardianes por esta ocasión.

-Bien, pero ahora dejen de pelear-pidió amable-nos iremos dentro de un par de horas, alisten todos.

Ante esas palabras todos salieron corriendo para hacer sus maletas.

Me da risa que tarde con este capítulo y no estoy satisfecho. Pero me gustó :v en mi Au Tsuna tiene más primos. Y realmente planeo terminar la historia en un par de capítulos más. Me gusta.

Love in the SkyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora