Epílogo

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La vida era como una rueda que siempre andaba girando, pero alguna vez te podías encontrar obstáculos en el camino... Yo podía decir que mi mayor obstáculo había sido, no Ocex, sino el creer que lo que tenía para dar a mundo no era lo que realmente sí que se necesitaba. Ahora con perspectiva y mucho tiempo después de todo lo ocurrido con el Dios Oscuro, podía decir que no cambiaría ni una de las vueltas que había girado la rueda de mi vida hasta llegar a donde me encontraba.

Podía decir que era realmente feliz.

— ¿A qué le está dando vueltas esa cabeza tuya? Se podría decir que oigo tus engranajes rodar desde más de un kilometro de distancia.

Me reí de Oniel y le tendí la mano. Me encontraba sentada mirando hacia nada en particular. No obstante el lugar donde nos encontrábamos siempre me había otorgado cierto grado de paz. Se trataba de la isla de Eonira, de donde tan felices y amargos recuerdos albergábamos. La isla del principio y el fin...

Cuando Oniel me agarró tiré con fuerza, hasta que cayó sobre mi cuerpo. Los dos éramos felices.

No podía llegar a describir lo que era para mí Oniel, Sthax u Orden. Ya daba igual el nombre que usara, él siempre sería mi otra mitad, para siempre.

—Lo sé. —Respondió a lo que realmente no había expresado con palabras.

Estuvimos un buen rato tirados sobre la arena de la playa, abrazados y sin preocupaciones, escuchando atentamente como rompían las olas a lo lejos. Habíamos dejado libre a la pasión y dado rienda suelta al fuego que nos consumía de dentro a fuera. Tras liberar nuestros cuerpos y mentes, nos quedamos acurrucados allí. Adoraba trazar marcas por el pecho de Oniel con mis dedos y comprobar cómo se estremecía. Eso siempre lograba sacarme una sonrisa traviesa, como él decía.

En Eonira habíamos instalado nuestra residencia, después de acabar con Ocex decidimos retirarnos y no interferir demasiado. Así que nos habíamos mudado a aquella pacífica isla. Se podría decir que la jubilación había llegado para quedarse y no podía estar más contenta de que así fuera. Nos la habíamos ganado con creces.

—He recibido noticias de Dríane. —Comentó Oniel.

— ¿Ya ha dado a luz? —Pregunté curiosa.

—Sí, el pequeño Jem da la bienvenida a la familia.

Me alegraba por la Diosa de la Venganza y el Perdón, ella tampoco lo había tenido nada fácil con su rueda. No obstante, ahora al fin había alcanzando su final feliz.

—Seguro es un bebe precioso, arrugadito y rosita. —Reí.

Acomodé mejor la cabeza en el pecho de Oniel, escuchando su rítmico latir del corazón a la par que las olas iban rompiendo en la orilla.

Al poco me dormí, segura de que todo iría bien y si no era así, siempre tendría la certeza de que estaríamos juntos para enfrentar cualquier obstáculo que hiciera parar la rueda de nuestra vida.

El Caos siempre precederá al Orden, pero siempre estarán unidos pase lo que pase.

FIN

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Bueeeno, ahora si... ya estamos en el final de La Dama Caos, esta historia que tantas alegrías y quebraderos de cabeza me ha dado.

Sé que me ha costado un mundo terminar la historia, pero no me he dado por vencida y aquí esta el resultado final... espero que realmente os haya gustado y tanto para lo que os la habeís empezado hace dos años, dos meses, dos días o dos horas, aquí esta el final que tanto nos mereciamos todos.

¡Muchas gracias por todo!

Podréis ver en mi perfil de aquí a un tiempo la siguiente historia del mundo de las guardianas (SPOILER: Guardianas del Bosque)... ¿Sobre quien será?

¡Sorpresaaa!

Dioses y Guardianas:

1 - La Última Guardiana.

2 - La Diosa Maldita.

3 - La Dama Caos.

Guardianas del Bosque:

1 - Astrid.


La Dama Caos. (Dioses Y Guardianas 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora