MR.Mole ( Mike x Norton, Identity v)

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Al abrir la puerta la ama de llaves, está se sorprendió por la visita, este era Luchino, quien con el ceño fruncido y un tic impaciente en su pierna derecha esperaba que Martha le dejara entrar. La mujer le saludo con cortesía y lo invitó a pasar. No recibió respuesta alguna del cabello anaranjado, solo entró apresurado, observó a todos lados buscando a Mr. Mole o a ese roba novio.

–Señor, Mr. Mole está en su habitacion–contestó Martha ante la búsqueda con la mirada de Luchino.

El hombre le tiro una mirada fría y luego subío las escaleras rápidamente, sin dirigir ninguna palabra a los empleados. Cuando estos lo perdieron de vista en el pasillo, dieron un largo suspiro al mismo tiempo.

–Como odio a ese hijo de perra, es tan descortés–comentó Naib, se le veía una vena en su frente por toda la furia que sentía. –Algun día, se me acabará la paciencia y le daré un gran golpe en esa cara que tiene.

–Si ese día llega, te estaré apoyan... – Martha no pudo continuar por el ruido de una puerta abriéndose lentamente, se giro hacia el lugar donde provenía. Observó a un pequeño Mike temeroso sacando la cabeza para revisar los alrededores, al percatarse la presencia de los empleados intentó cerrar la puerta, pero la voz de la mujer lo detuvo.

–¿Quiere algo, joven Mike?

Este no respondió, sólo dio una señas para que Martha se acercara. Al parecer el acróbata tenía un gran problema, el dolor de cabeza poco a poco está apareciendo, estaba muy nerviosa. Solo espero que el jefe no le haya hecho nada malo.
Se acercó al pequeño con cuidado para que este no se asustara, al llegara a su lado. Mike, le susurro unas palabras que no entendió al principio: "Necesito un baño".

–¿Por qué? – preguntó con una voz fuerte, eso asustó al acróbata. El joven le hizo un símbolo de bajar la voz con ambas manos. Martha, continuó con la pregunta pero con voz susurrante. –¿Ocurrió algo malo?

–Me... –el joven no sabía si contestar a aquella pregunta, sentía muy vergüenza y sus mejillas se pusieron de un color rojizo.Pero, aun así, con timidez, continuó. –Me corrí, no se como...limpiar este desastre.

–ahhh... Ese Mr. Mole, te toca y después te deja con la responsabilidad de limpiarte solo–Dijo Martha.

No sabía que contestar, sólo asintió sin más, ella creyó que él millonario era el culpable de su desastre, si supiera que el se masturbo pensando en el Norton que conoció en el circo. La mujer le tiro una sonrisa tierna, agarro la mano del menor y lo arrastró hacia el segundo piso. Mike se sorprendió por la fuerza de la ama de llaves, está llegaba a ser  comparada a la de Norton.

Norton observaba desde la ventana de su habitación su hermoso jardín. Los colores del atardecer hicieron que se viera aún más bello el paisaje. Aquel paisaje le hacia recordar a su pequeño Mike, ese muchacho era la única cosa que le hacía sonreír, gracias a él pudo por fin sentir un cálido sentimiento dentro de su corazón. Solamente desearía que Mike sintiera lo mismo, pero...

"¡Eres un monstruo!"

"Te odio"

"Estoy enamorado del Norton a quien conocí."

–¿¡A que te refieres con que estas enamorado del Norton que conociste?!¡¡¡SI SOY NORTON CAMPBELL!!! –Grito furioso el mayor, este agarro su sombrero y lanzó lejos, el objeto fue direccionado hacia la entrada de la habitación, pero esta fue abierta por Luchino. El hombre alto tuvo la suerte de poder esquivar el sombrero, ya que este tenía partes metálicas.

–Eso estuvo cerca–comentó el de cabellos rojizos, observó a Mr. Mole, este empuñaba el puño mientras se dirigía hacia el.Se le veía muy furioso, por lo que dedujo, ese tal joven Mike era el culpable de la reacción agresiva del millonario.– Te dije que ese acróbata no te ama.

El mayor ignoro el último comentario, se puso enfrente del hombre. Su respiración era jadeante, tenía los ojos rojos demostrando toda la furia que sentía, en pocas palabras, enfrente suyo estaba una bestia con ganas de asesinar a alguien.

–¿Que haces aquí?

–Solo vino, por qué supe de la infidelidad de Mike–contestó Luchino, con una sonrisa victoriosa.

–¡No me está engañando! El me dijo que no ama a esa zorra–gruñó Mr. Mole, se mordió el labio para poder contener las ganas de golpear a su amigo. –Aparte, ¿Como lo sabes?

–La "zorra" me lo dijo, la engañe para que me lo dijera, es fácil convencer a una persona especialmente cuando está enamorada. Solo le tuve que decir "quiero ayudar a tu amigo a escapar" para que cayera en la mentira– presumió el hombre alto.

–Maldita, ¿ayudar a escapar? – susurro Mr. Mole, comenzó a pensar en todas las acciones de sus empleados. Naib se rehusó a matar a Margaretha, Martha dejó salir a Mike y lo dejó verse con esa mujer, William me hace un consejo bueno siendo que el fue rechazado por varias mujeres. Emma, desde que llegó el joven, siempre lo observaba  con una mirada de odio. – No puede ser... Ellos quieren alejar a mi pequeño Mike de mis manos.

–¿Quienes?

–¡¡MIS MALDITOS EMPLEADOS!!

Está vez si no pudo soportarlo más, Norton comenzó a lanzar cualquier objeto que encontrará en su habitación, no lo importaba si era un recuerdo de su madre o sólo basura, pero necesitaba desahogarse de una manera.

–wow wow wow... Tranquilo, si ellos intenta hacer eso,talvez sea una indirecta de que ese joven no es para ti.

–¡¡No digas tonteras!! – grito furioso mientras lanzaba un cojín en dirección a Luchino, este recibió el objeto con el rostro. De repente, el millonario se detuvo, observó el suelo de la habitación, pudo ver  el reflejo de un monstruo. El acrobata tenía razón, ese pensamiento le causa a Norton mucha tristeza. Intentó soportar las lágrimas pero no pudo, pequeñas gotas cayeron al suelo, hace tiempo que no sentía un nudo en su garganta.

–Es la primera vez que te veo llorar–comentó Luchino, este se acercó al millonario. Al quedarse enfrente de él, agarro su barbilla y le levantó el rostro de Norton, dejando a la vista sus ojos cristalizados. – ¿Por qué no te das cuenta que hay una persona que está completamente enamorado de ti?

–Te veo solo como un amigo–contestó el millonario, mientras retiraba la mano de Luchino de su barbilla.– Además, mi corazón le pertenece a aquel joven de rizos dorados.

Luchino lo observó receloso, murmuró algunas palabras confusas que no pudo escuchar el millonario. Y sin aviso alguno, se retiro del lugar dando un fuerte portazo.