Parte 12. Errores

292 31 0
                                    

Al día siguiente, cuando Joshua llegó con la limusina, listo para recoger a Seungcheol, grande fue su sorpresa al ver a los dos chicos vestidos formales, como siempre, pero también muy abrazados.

El hermoso chofer pestañeó dos veces, pero nada más. Su rostro permaneció impasible y luego, muy serio, abrió la puerta de los pasajeros.

— Joshua, él es Lee Jihoon. Mi novio, y la persona más importante en mi vida. – Lo presentó, haciendo enrojecer las orejas del menor.

— Mucho gusto, Lee Jihoon. – Saludó Joshua, quién reía en su interior, pues conocía al asistente de Choi desde hacía tiempo.

— Igualmente. – Contestó el menor, eludiendo su mirada.

Los dos muchachos entraron a la limusina, y luego Joshua les cerró la puerta, pensando que tenía un buen chisme para platicarle a su amado Jeonghan, durante el desayuno que tendrían en breve.

— En la tarde iremos de compras, amor. – Le dijo a Jihoon, abrazándolo y besándolo.

— ¿Necesitas ropa? – Le preguntó a su vez.

— Yo no, pero quiero comprarte unos trajes para que puedas ir conmigo a los juzgados a litigar. – Le explicó sin más, tomándolo con toda calma.

Jihoon lo miró muy serio, y luego se separó, acomodándose la ropa.

— Lamento que mi ropa no te parezca a la altura de lo que tú quieres, pero no tengo dinero para gastar en eso. Aún le debo dinero a mi hermana, que me prestó el mes pasado. – Le dijo con toda seriedad.

— No lo digo porque me parezca mal tu ropa, pero quiero comprarte unos trajes. ¿Qué hay de malo en eso? –

— No lo ves. ¿Verdad? – Lo miró comenzando a molestarse.

— Francamente, no. – Le contestó, sin comprender el enojo del menor. - ¿Por qué te molesta que quiera comprarte cosas? –

— Porque no es necesario. – Le respondió al fin, tratando de no enojarse con su hyung. – Por favor, cariño, no gastes dinero en mí. –

— Al menos déjame ayudarte a pagarle a tu hermana. –

— En cuanto cobre esta semana, terminaré de pagarle lo que le debo, y podré pagar mi parte de la renta y de los servicios que use en tu departamento. – Lo miró. – Porque quiero pagar mi parte de los gastos. – Le aclaró, mirándolo fijamente, esperando una reacción del mayor.

— No es necesario. – Lo abrazó con fuerza. – No tienes que pagar nada de eso. Nada. – Le explicó con cuidado. – Solo quiero que vivas conmigo, y que me des tu amor. Solo eso, Jihoon. -

El menor solo suspiró.

Cuando el mayor le pidió vivir juntos, sabía que esto pasaría.

Choi Seungcheol era un abogado exitoso, y por lo tanto, con mucho dinero. Tenía muchos años ejerciendo la abogacía, y su bufete era famoso en toda Asia.

Obviamente, no podía compararse su estatus social con el de su novio, y eso era algo que siempre sería así y que, de alguna manera, les causaría un poco de ruido en su relación.

— Entonces... ¿Me dejas consentirte? – Preguntó el mayor, susurrando en su oído.

— Está bien. – Aceptó, pero no se veía nada feliz.

— No será tan malo. – Seungcheol trató de no darle mucha importancia al asunto, y tocando en la ventanilla entre los asientos, logró que Joshua bajara el vidrio. – En la tarde nos llevarás a los almacenes de Jeonghan, Joshua. – Se refería a unas tiendas especializadas en ropa para hombre, que Jeonghan había adquirido hacía tiempo.

Good to meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora