Parte 6. Descubrimiento

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Jihoon esperó a que su hyung se fuera del departamento para cerrar la puerta con seguro y luego, proceder a realizar el trabajo para el cuál lo habían llevado ahí.

Tomó la lista de instrucciones y le dio a cada animal su alimento, cuidando de no dejar sucio. No le gustaba limpiar el piso ni barrer, así que procuraba no ensuciar, en primer lugar.

— Ok, chicas. Ustedes, vendrán a caminar conmigo. – Les dijo a Pili y a Mili, quienes lo veían con sus ojos brillantes, anticipando la salida a caminar.

Le puso a cada perrita un arnés y luego, tomó la correa y los llevó hacia el elevador, para bajar al parque del conjunto.

Fueron caminando con paso un poco rápido, más que nada porque Jihoon se sentía un poco entumecido, y le gustaba hacer ejercicio de esa manera.

Recordó que muchas veces, se levantaba temprano en sus días libres, y salía a correr por la calle, resultando sumamente gratificante para él, además de que le disminuía el estrés y la ansiedad.

Así que mientras trotaba con los animales, iba escuchando música, tratando de relajarse.

Cuando terminaron el circuito que rodeaba a los edificios, los animales se pusieron a hacer sus necesidades y, mientras tanto, se quedó parado, mirando alrededor.

Entonces vio que otro perro, de la misma raza que Pili y Mili, se acercaba alegremente, seguido por un chico alto y guapo.

Las perritas dálmatas lo miraron y, terminando con su trabajo, se echaron encima del hombre, causando el asombro de Jihoon.

— ¡Muchachas, bájense de ahí! – Les ordenó, jalando la correa para que dejaran tranquilo al chico.

— ¡Chicas lindas! – Les dijo el muchacho, haciendo que los animales se bajaran de encima de él. Entonces vio a Jihoon y le sonrió. - ¿Y Seungcheol? – Le preguntó sin más.

— ¿Conoces a Hyung? – Le preguntó a su vez.

— Claro. – Se rio. – Bueno, antes que nada, déjame presentarme. Me llamo Chanyeol, y soy vecino de Choi desde hace varios meses. Siempre nos encontramos aquí, mientras paseamos a nuestros perros. – Le explicó.

— Ya veo. – Dijo Jihoon. – Me llamo Jihoon, y estoy cuidando a Pili y a Mili mientras hyung regresa. – Le explicó, haciendo una reverencia.

— Pensé que la señora Yang se quedaría con ellos. – Le dijo.

— Creo que salió de viaje. – No quería darle demasiada información, pero al parecer Chanyeol conocía más de las cosas de Choi, que él mismo.

— ¿Y cómo se portan las mascotas, Jihoon? – Le preguntó, mirándolo con sus ojos enormes.

— Bien, no son ningún problema. – Los animales seguían olisqueando a Chanyeol, y Jihoon se quedó callado sin saber qué más decir.

— Oye, eres un chico muy lindo. ¿Sabías? –

Jihoon lo miró, enrojeciendo de las orejas sin poder evitarlo, viéndose demasiado tierno para el mayor.

— Gracias, hyung. – Se lamió los labios, pero luego, sacando valor sonrió. – Pero tú realmente eres muy guapo. –

— ¿Te parece? – Se acercó un poco más, coqueteando descaradamente.

— Si. Me parece. – Contestó, viendo que el otro estaba a escasos veinte centímetros de él. - Seungcheol debió prevenirme de que te encontraría. – Comentó sin más.

— Tal vez no quería compartirte. – Se rio. – Pero ya vez, el destino es algo que no se puede evitar. – Sentenció, para luego agregar. – Mañana sábado, en la noche, haré una fiesta. ¿Te gustaría venir? – Lo invitó.

— Claro, será un placer. ¿En dónde vives? – Preguntó interesado.

— En el departamento 103, del edificio A, justo frente al edificio de tu hyung. – Le señaló. – Debo irme, Jihoon, pero te espero a las ocho de la noche, en punto. – Sonrió. – No faltes. – Y luego se alejó con paso rápido, canturreando una canción.

— Bueno, chicas, debemos regresar a casa. – Les dijo a las perritas, quienes lo miraban sin mucho interés.

En cuanto entró al departamento, cerró con los seguros necesarios, porque ya no saldría más a la calle.

Había pensado en pedir algo a domicilio, pero vio que su hyung tenía cereal y leche, así que decidió que, mientras cenaba se sentaría en el suelo, jugaría un poco de videojuegos y después se dormiría.

Dieron las once de la noche y el menor sintió sueño. Le gustaba desvelarse y sobre todo, le encantaban los videojuegos, pero estaba consciente de que debía descansar, porque al día siguiente sacaría a pasear muy temprano a los animales, para que no ensuciaran el departamento.

Así que apagó la televisión y todos los aparatos, y luego se dio un breve duchazo.

Cuando salió del baño, se puso un pijama cómodo y luego, se fue a dormir a la cama de su hyung.

Sabía que debía ocupar la habitación de huéspedes, pero decidió que haría algo audaz y se recostaría en la cama del mayor, que olía demasiado a él.

— Nadie lo sabrá. – Se dijo en voz alta. – Mañana la arreglaré y no volveré a hacerlo, pero hoy tengo que dormir en tu cama, hyung. – Determinó, sintiéndose excitado y feliz por tener esa oportunidad.

Sabía que, muy probablemente, jamás volvería a dormir en casa de Choi, así que se recostaría sobre las sabanas del abogado, y haría de cuenta que estaba a su lado, aunque después, el despertar fuera demasiado cruel.

Puso su celular a un lado, y Lucifer, se acostó a sus pies, haciendo que, de alguna manera, el menor se sintiera más seguro.

Cuando estaba por dormirse, sonó su teléfono celular, con una llamada de Seungcheol.

— Buenas noches, hyung. ¿Todo bien allá? – Preguntó con miedo, como si el abogado pudiera verlo por el teléfono.

— Buenas noches, Jihoon. Todo bien. ¿Y allá? ¿No te dan mucho problema mis bebés? – Bromeó.

— No, para nada. – Le dijo sonriendo. – Son muy buenos. – Le dijo, para luego agregar. – Por cierto, cuando saqué a pasear a las perritas, conocí a uno de tus vecinos. –

— ¿De verdad? ¿A quién? – Preguntó Seungcheol intrigado, recostado en su cama.

— A Chanyeol. – Le respondió. – Es un chico muy alto y guapo. – Agregó sin ninguna intención. – Estuvimos platicando un rato, y al final me invitó a una fiesta en su departamento, mañana en la noche. – Terminó, con bastante sueño.

El abogado no contestó nada y Jihoon pensó que la llamada se había cortado.

— ¿Hyung? ¿Sigues ahí? – Preguntó confundido.

— Si. Estoy aquí. – Le contestó con la voz algo seria.

De pronto, en la habitación de Seungcheol se escuchó la voz de un hombre que lo llamó.

— ¡Seungcheol, ven al jacuzzi, que se va a enfriar! –

Jihoon sabía que la salida de su hyung no era por algún negocio o algo parecido, así que no le sorprendió escuchar a otra persona con su hyung, pero su pecho se sintió un poco oprimido.

— Te dejo, hyung. – Le dijo Jihoon, rápidamente. – No te preocupes, todo está bien por aquí. Que tengas buenas noches. – Terminó.

— Está bien, Jihoon. Buenas noches. – Y cortó, sin esperar la respuesta del menor que, de alguna forma, intuía que su hyung se había molestado, pero no sabía por qué.

— Tal vez se siente atraído por Chanyeol y no le gustó que yo hablara con él. – Dedujo, aunque sabía que Choi no era celoso, así que esa explicación no encajaba con la forma de ser de su hyung. - No especules, Jihoon. Tú tienes un trabajo que hacer, y no tienes por qué estar elucubrando cosas que ni conoces. Duérmete ahora, para que puedas hacer todo lo que se te encargó. – Decidió, abrazando la almohada de su hyung, imaginando que era él, y que lo tenía entre sus brazos. 

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