escena 12

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Salí corriendo del bar por la puerta de atrás, no entendía como es que me había encontrado en esta cinscurtancia, tenía mis sentimientos desordenados, me sentía desubicada, no supe reaccionar a la situación y salí corriendo como una cobarde
¿Qué voy a hacer ahora? Cuando lo vea de nuevo. Cuando vea a Aydin, no puedo ocultarselo todo el tiempo, ella de alguna manera lo sabrá, si no es que ya lo sabe.

Soy una tonta, Max estaba justo ahí, diciendo que yo le gusto desde hace 4 años, cuando el a mí me a gustado desde mucho más tiempo atrás
¿Porque no tomé eso que me ha pertenecido siempre?- me cuestioné a mí misma - el amor al fin correspondido.

"KILLIAM"

¡OH! Por supuesto
También está ese chico, ojos negros; tan oscuros como la noche abrasadora, su piel clara; como la nieve, y cabellos negros; como el carbón.
Ese chico apuesto que invadía mis pensamientos a cada rato.

Mi teléfono vibró sacándome entre mis pensamientos.

*Mensaje de ENGEL*
<¿Qué te has hecho?>

Lo ví y por un momento pensé en no responder, pero seguramente está preocupado por no saber mi paradero.

*Mensaje a ENGEL*
<Voy camino a casa, no te preocupes>

*Mensaje de ENGEL*
<Es muy tarde, me hubieras avisado>

No quise hacer larga la conversación así que apague mi teléfono.

La calle por la que pasaba estaba tan silenciosa que oía los latidos de mi corazón, el bar no se encontraba tan lejos de casa, unas 4 cuadras quizás.

...

La alarma sonó por la mañana, pero no la mía, era la de mamá, hoy tenía una cita con el doctor temprano.

Me levanté de la cama y lo primero que hice fue caminar hacia la cocina, me detuve a mitad del pasillo, escuché voces que provenían de la cocina, no entendía lo que decían por la somnolencia que traía aún.

Comencé a moverme lentamente hacia la cocina, las voces se escuchaban más fuertes mediante me acercaba.

"MAX"

Mi subconsciente mencionó su nombre, haciendo que retumbará por toda mi cabeza, mis sentidos se alertaron.
En el umbral de la cocina ya me encontraba, mirándolos fijos por la espalda.
Ellos movían la boca, pero no entendía que decían.

Una mano suave tocó mi hombro haciendo que volviera en sí, parpadeé un par de veces, volteé a ver y era mamá.

-¡Buenos días a todos!- saludó alegremente, centrándose en la cocina, Engel y Max se dieron la vuelta correspondiendo el saludo amable.
Ella tomó un sorbo de café y salió por la puerta del frente, despidiéndose de nosotros con la mano derecha.
Dejándome a mí con los dos hombres en la cocina.

Busqué en la refrigeradora algo que desayunar, evitando la mirada de Engel y Max, sinceramente no quería hablarles, mucho menos a Max, después de lo de anoche no sabría sí volvería verlo de igual manera. Eso me puso a pensar ¿Qué hace aquí? ¿Cómo se atreve a venir a mi casa después de lo que dijo?

-Natalia... Me debes una explicación - reclamó Engel, se puso de pie demandando la "explicación".

-hablamos después- sugerí vieldolo a los ojos, me dí la vuelta camino a mi habitación cuando su mano tomo mi brazo dándome la vuelta.

-Ahora- insistió.

-¿Qué quieres que te explique? Matemáticas?  Español? Ciencia?- repliqué sarcásticamente, pues él no especificó de que quería hablar, sus ojos mostraron enojó, en ese momento rápidamente me solté de su agarre y salí corriendo a mí habitación con pan y mantequilla en la mano.

Cerré la puerta detrás de mí, me reí para mí misma, su cara de enojó fue divertida.

¡Oh no! Estoy en problemas.
Había hecho enojar a Engel, él solo me estaba pidiendo una explicación del porque me fuí sola del bar, y yo tuve que reaccionar de esa manera, como una niña terca.

¡Ay Dios!
Max había visto la escena penosa que acaba de pasar, bueno al menos eso me quitó los nervios de la presencia de Max en la casa.

Pero hay algo a mi favor; tengo pan y mantequilla para desayunar.


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⏰ Última actualización: Jan 03, 2020 ⏰

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