Capítulo 4

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¿Qué me había preguntado? Seguro que no lo entendí bien.

Deen seguía mirándome con esos ojazos esperando una respuesta, y yo no sabía que hacer, no estaba segura de lo que me había preguntado, o quizá si pero no quería aceptarlo. Me giré y miré el escaparate del estanco, había cachimbas de todos los tamaños, quizá debería probar con una, al fin y al cabo mi vida parecía una alucinación continua.

-Responde. ¿Lo harás?

-No.

-¿No?

-¡Si!

-¿Si?

-Ésto es ridículo. No voy a contestarte.

-¿Por qué? Sólo es un beso de despedida, por favor.

-Quiero una de esas.-Señale una de las cachimbas medianas con dos gomas.

-¿Qué estás diciendo? ¿Te has vuelto loca?

-Tú me pides un beso y yo estoy loca por querer una cachimba. Es injusto, ¿no crees?

No le estaba viendo muy bien la cara en el reflejo del escaparate, pero apuesto a que estaba flipando, hasta yo lo hacía.

-Vale, estás loca. Y aún no me has contestado.

-Si lo he hecho, te he dicho que no lo haré. Creo que una respuesta es un conjunto de palabras relacionadas con la pregunta, o no pregunta en este caso, y yo, lo he hecho.

-Haz me un favor, ¿quieres? Cierra el pico.

Guau, eso no me lo esperaba. Una respuesta borde no era muy común en él. Y todo por no darle un beso. Imbécil.

-Vale, pero sigo queriendo una.

Cuando me giré para mirarle a la cara me sorprendí al ver su sonrisa. ¿No estaba enfadado por no responderle hace unos segundos?

-Venga, vámonos. - Deen seguía sonriendo como un idiota y yo quería saber porqué.

-¿Se puede saber por qué te ríes?

-Por que no me has contestado.

-¿Otra vez con eso? ¿No debería enfadarte y no hacerte sonreír? Vamos, creo yo.

-Crees mal. Si no respondes es porque no sabes lo que quieres.

-A Aaron-me apresuré a decir-, quiero a Aaron.

-Te equivocas. Quieres un beso, pero mío.

-Te equivocas tú. Ya hemos hablado de ésto y quedamos como amigos, no lo estropees. ¿Vale?

Él seguía sonriendo y yo sólo quería meterle una patada en el culo para arrebatarle esa estúpida sonrisita de ganador. No había ganado nada y parecía no entenderlo.

Caminamos un rato más sin hablar hasta que recordé que debíamos vernos después, y había que fijar hora.

-Vale idiota, ¿a qué hora en la tienda?

-¿No íbamos de amigos? No me insultes reina.-Permaneció en silencio unos segundos esperando mi respuesta.

-No voy a pedirte perdón si es lo que esperas.-Se encogió de hombros y me miró.

-De acuerdo entonces. A las 5 paso a buscarte, ¿piso y letra?

-Ni lo sueñes. A las 5 en mi portal.

Sonrió y nos dimos cuenta de que ya estábamos llegando a mi casa. Me sorprendió ver a Aaron salir de mi portal.

Cuando nos acercamos también parecía sorprendido pero no de verme, de ver a Deen conmigo.

Mi mundo, mi caos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora