Enseñame ha amarte [Teaching feeling].

Para toda mi vida.

Toda mi vida ha sido de esta manera, si me pongo a pensar en el pasado es evidente que siempre terminó perdiendo algo, cuando era niño perdí a mi hermano y a consecuencia también a mi madre, cuando era adolescente perdí a mi padre y con ello todo mi sentido por la vida pero cuando conocí a René por un instante pensé que tal vez podría recuperar un poco de lo perdido.....¡que pensamiento más tonto!; hay cosas que nunca puedes recuperar, con ella perdí toda confianza en las personas y eso me hizo creer que sería mejor vivir una vida tranquila alejada de otros, en eso se convirtió mi vida, hasta que llegaste Sylvie, sólo tú pudiste regresarle la alegría a mi vida, contigo no recupere nada pero a cambio he ganado mucho más, mi vida no había sido tan dulce, hemos afrontado muchas cosas juntos, triste y felices, sin embargo no me arrepiento, de hecho doy gracias a dios de habernos puesto en el camino del otro.....Sylvie, una vez más tengo que perder, voy perder la dicha de estar contigo, de ver tus ojos y sentir tu suave palma contra mi mejilla pero sobre todo no seré capaz de tener una vida a tu lado....esta vez seré yo el perdido, se que no quieres dejarme ir y yo en el fondo de mi alma tampoco quiero pero....Esa no es mi elección y aún así te prometo que te seguiré amando,   Sylvie...gracias por todo.

El cuchillo estaba en el aire, pude verlo deslumbrar ante la luz naciente de ese amanecer, este era el final de mi vida, de la vida en la que pude llegar a ser feliz, con último esfuerzo sonreí para Sylvie y le dije que cerrará los ojos, no estoy seguro si las palabras salieron de mi boca ya que no pude escuchar mis propias palabras pero lo que si pude escuchar fue el gritó desgarrador de Sylvie; yo también cerré mis ojos y le pedí a dios que protegiera y cuidara de Sylvie. El filoso cuchillo siguió su curso sin detenerse cuando un fuerte sonido ensordecio a todos los presentes.

¡¡¡BAM!!!

Una detonación hizo caer al obeso que estuvo a punto de asesinarme, al otro extremo un hombre viejo de gabardina y sombrero sostenía un arma.

Ferrum: Les recomiendo que se alejen del amable doctor.-dijo apuntando su arma a los hombres que me tenían sujetado.

Ambos individuos me soltaron dejándome caer al suelo, mi cabeza daba vuelta, el ruido entre mezclado hacia eco en mi cabeza, mi visión borrosa dejaba apenas divisar al hombre que se acercaba a mí mientras algunos de la multitud huían despavoridos.

Ferrum: Tranquilo doctor, todo está bien y ustedes suelten a la chica.-ordenó con el arma en mano.

Rápidamente soltaron a Sylvie, ella se tropezó al intentar correr y sin levantarse se arrastró hasta el lugar donde yacía tirado.

Ferrum: Ahora escuchenme bien, este doctor es un preciado amigo, así que mejor larguense si no quisieren terminar agujerados y llevense a ese sacó de mierda con ustedes.-el calmado hombre alzó la voz de manera imponente.

Los dos hombres huyeron arrastrando al obeso. 

Sylvie: A-amo...amo...amo...-sostenía mi cabeza colocandola sobre su regazo.

Las lágrimas no dejaban de brotar de los ojos de Sylvie, lo sé por qué pude sentirlas caer sobre mi rostro.

Doctor: Sylvie....dije poniendo mi mano ensangrentada en su rostro.

Ferrum: Es una lástima que nos tuviéramos que encontrar en estas circunstancias, ¿No cree? Amable doctor.-dijo frescamente.

Doctor: ¿Q-qué...h-hacee...aquí?.-respondí.

Ferrum: Digamos que estaba por aquí y decidí venir a visitarlo.-palmeo mi hombro.

Doctor: .....je....siento no tener nada que ofrecerle.-le ofrecí una sonrisa mal lograda.