Luego de años de no retomar esta historia, he decidido que es tiempo de por fin, darle un fin a esta, como tambien a sus personajes, y es por ello, que he decidido que debía hacerlo. Aquí un nuevo capitulo. Ya estoy trabajando en el siguiente, así que en unos días estará, como tambien seguiré subiendo hasta terminarlo.
Espero que lo disfruten.
"SAMUEL"
Estaba terminando de anudar las cintas alrededor de mis manos cuando la vi ingresar en el lugar que ellos usaban para entrenar. Una amplia habitación que se había construido hacía poco tiempo, con grandes extensiones de terreno libre que se iban modificando dependiendo de las actividades que se programaban para entrenar.
Todo claro estaba sin siquiera ventanas y a muchos metros bajo tierra. Era, como se hubiese dicho en un tiempo muy atrás, un búnker de metal.
Había estado presente en varios de los entrenamientos que habían tenido los más jóvenes, aunque nunca había participado, más que todo porque no había querido, pues más de una vez me habían pedido enseñar qué sabía.
–¿Entrenarás? –preguntó mientras se acercaba con cierto cautela, pues ella al igual que yo, sabíamos que ella no debía de estar allí.
Suspiré y dejé a un lado las otras cintas que había agarrado y me levanté de la banca en la que me había sentado.
–¿No deberías de estar durmiendo? –le pregunté finalmente mientras me dirigía a una de las bolsas de boxeo que había cerca de una de las paredes.
–¿No debería preguntar lo mismo? –contestó siguiéndome levantando una de sus oscuras cejas.
Rodé los ojos.
–Es en el único horario en que puedo hacer lo que quiera. Jackson lo permitió –terminé contestándole mientras comenzaba a golpear la bolsa que se encontraba frente a mí, con muy poca fuerza, pues a pesar de que sabía que podía sacarla de su lugar con un simple golpe, lo que hacía era entrenar mis movimientos y no mi fuerza.
Ella asintió dubitativa y sonrió débilmente.
–¿Qué es lo gracioso? –le pregunté frenando toda acción y ella me miró, negando con la cabeza.
–Es extraño que alguien llame a nuestro líder por su nombre –contestó y se llevó una de sus manos al mentón –En realidad nadie lo hace -parecía ciertamente pensarlo con seriedad, pero aquello no era ciertamente algo que me interesara.
La estudié con la mirada antes de decidir contestarle.
–No consideraría a Jackson un líder, pero tienen derecho en creer en cuento de hadas –terminé diciendo y ella me miró con cierto enfado dibujado en sus ojos y rostro.
–¿Por qué dices eso? –preguntó incluso hasta ofendida, lo que hizo que pusiera mis ojos en blanco e intentara seguir con lo que estaba haciendo, lo cual no duró mucho dado que ella se interpuso entre el saco y yo –Te he hecho una pregunta.
Me enfrentó con la mirada, más que enfadada con las palabras que habían salido de mis labios.
Lo entendía, entendía perfectamente que ellos creyeran que Jackson era un especie de "salvador" que lo único que quería era acabar con todo aquello, pero detrás de aquellas frases alentadoras y también motivadoras para que todos continuaran en vía de llevar a cabo la misión suicida de acabar con Glory, había una verdad que él no había dicho a nadie y sabía que nunca lo haría. No si aquello podía significar el final de aquella misión.
Jackson no quería acabar con Glory como todos creían allí. Si, odiaba a Glory tanto como yo y todos los que se encontraban allí. Él quería terminar con aquella monarquía que las industrias Glory habían impuesto desde el brote, pero no quería que aquella monarquía dejara de existir.
En lo absoluto y todo lo contrario. Durante años había visto la codicia en los ojos de Jackson, esa necesidad de querer tener poder para él y para nadie más. De controlar. De saber que tenía el control de todo. Y sabía que con las habilidades que había adquirido gracias a Glory y su poco estado mental eran algo que podían llegar a cruzar una línea que su copia nunca hubiese llegado a pensar en cruzar. Quizas el Samuel que había vivido su vida humana y tranquila por cierto tiempo conocía a la versión de Jackson, pero yo conocía aquella y sabía que nada bueno saldría.
Jackson podía parecer sumamente inofensivo e incluso demasiado confiable, pero estaba muy lejos de serlo, o por lo menos, aquella versión del Jackson que quedaba allí. Porque había sabido de sobra que lo que había motivado al otro Jackson había sido su amor infinito a Samuel. A mi otro yo. A mi copia. A quien debía de sacar de allí y había sido por ello que había aceptado ir a aquella misión suicida. Había sido por él que había aceptado las mentiras de Jackson y de quien pretendía acabar con una monarquía para comenzar con otra.
–¿No contestarás? –me preguntó ella al ver que no le contestaba y con cierta fuerza, pero no mucha, la hice a un lado para seguir con mi "entrenamiento", aunque ella volvió a interponerse.
Bufé más que cansado y la enfrenté con la mirada.
–Hagamos un trato. Luchemos. Si yo gano me contestas, si tu ganas...
Una de mis cejas se levantó.
–¿Si yo gano? ¿En verdad lo dices en serio? No tienes siquiera una mínima de oportunidad de luchar contra mí.
–Eso lo veremos -contestó desafiante y fue a colocarse unas cintas al igual que yo las llevaba puestas y una vez lo hizo subió al ring.
Yo la miré desde abajo.
–¿Tienes miedo? –me preguntó desafiándome y yo rodé los ojos, sabiendo que sería más que claro que ella no ganaría.
–Te recomiendo que no lo hagas. No te garantizo que no saldrás con algo roto y no será precisamente tu corazón metafóricamente –agregué y ella se ruborizó levemente, lo que confirmó mis sospechas. Aquella chica sentía algo hacia mí, lo que hizo que formara una leve sonrisa petulante en mis labios.
Durante tanto tiempo había sido privado de contacto, en realidad nunca lo había tenido, que aquello me resultó una mala broma. Una broma de mal gusto y que no estaba dispuesto a seguir.
-Te recomiendo que no sientas nada por mi -le dije entonces mientras me sacaba las cintas, para dejarlas en donde las había sacado.
-¡Oye! -me llamó, pero la ignoré -¿Por qué no quieres pelear? ¿En verdad eres tan débil que ni siquiera te quieren enfrentar a una mujer?
Me encogí de hombros, aún dándole la espalda.
-Piensa lo que quieras -le contesté entonces y me dispuse a irme, pero ella bajó con rapidez y me detuvo.
-¿Por qué? -preguntó entonces.
-¿Por qué qué? -cuestioné.
-¿Por qué me has dicho que no sienta nada por ti?
-Porque es lo mejor para ti.
-¿Y si no quiero?
Volví a encogerme de hombro y formé una leve sonrisa sin mostrar los dientes.
-Será tu problema -terminé diciendo antes de hacerla a un lado y salir de aquella habitación.
La verdad era que quizás en su tiempo hubiese podido llegar a sentir algo por Mía, o por cualquiera que se hubiese acercado a mí. Había tenido tiempo y había estado rodeado de personas, pero nunca había sentido nada, o mejor dicho, no me había permitido sentir nada. Y a aquellas alturas, ya era algo que poca importancia tenía en mí.
Porque después de todo, moriría y que apareciera alguien en mi vida y me hiciera dudar de mi decisión no era algo que me quería permitir. No con la vida de muchos al borde de una muerte casi segura. No sabiendo que Jackson podría provocar una masacre. No sabiendo que con mi muerte, lo más probable, era que podría salvar a muchos, incluyendo a Samuel.
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Bite of Death 3
Science FictionEl tiempo ya no pasa para alguno, pero para otros, es crucial. El tiempo es lo que nos forma, lo que nos define por lo que somos. El tiempo que pasa es lo que nos hace más fuerte o nos hace rendirnos. El tiempo... es lo que a ellos, no les pasa, per...