𝑰 𝑺𝑻𝑰𝑳𝑳 𝑳𝑶𝑽𝑬 𝒀𝑶𝑼

El chico misterioso

Inmediatamente, el chico misterioso me ayudó a levantar mis libros del suelo. Dios,¿estoy en una película? O,¿será un sueño?-me preguntaba una y otra vez en mi cabeza. Mientras ambos cogíamos mis libros, pude mirarlo a los ojos, tenía unos hermosos ojos verdes, de esos que te hipnotizan cuando los ves fijamente. Llevaba el pelo negro azabache algo despeinado y traía puesto unos jeans negros y una camiseta blanca ancha. Su tez morena resplandecía. Lucía realmente espectacular. Sin darme cuenta, estábamos teniendo nuestra primera conversación.

-Ten más cuidado la próxima vez.-me dijo sonriendo y tendiéndome los libros.

-Oh,claro...-respondí nerviosa. No podía ni hablar, parecía como si mi lengua se la hubiera comido un gato. Me sentía realmente avergonzada por no poder reaccionar como me gustaría.
Podía sentir cómo Nieves y Mónica nos observaban a unos metros de nosotros.
La mirada de Nieves era fulminante, mientras que la de Mónica era de total sorpresa. Seguro no esperaban que yo apareciera y lograra llamar la atención del chico nuevo hasta sin quererlo.

Inmediatamente, alguien salió del baño femenino y tocó mi hombro. Al girarme me di cuenta que se trataba de Flavia. ¡Por Dios! Por un momento había olvidado porqué me encontraba en los baños de chicas. Y me había olvidado de que mi mejor amiga estaba a escasos metros de nosotros. Flavia me miró sin entender.

-Amiga, ¿te encuentras bien?-me preguntó Flavia con cara de preocupación al verme al lado de un desconocido y sobretodo por ver la manera en la que nos miraba Nieves.

-Estoy bien.-le respondí para que no se preocupara. Mi mejor amiga me cogió del brazo y nos fuimos de la instancia en la que nos encontrábamos para ir a clase. Ya llegábamos bastante tarde.
Me fui sin saber el nombre de ese chico. No pude preguntárselo ya que todo fue muy rápido y muy intenso. Me había quedado sin habla, aparte de que ya llegaba tarde a clase y estaba obligada a irme. Pero algo me decía que pronto iba a saberlo. Que no iba a ser la última vez que lo iba a ver.

-¿Quién era ese chico tan guapo?-me preguntó mi mejor amiga mientras subíamos las escaleras para dirigirnos a nuestras respectivas clases.

-No lo sé, no pude preguntarle su nombre ni a que clase iba.-le comenté a Flavia mientras le relataba todo lo que había pasado en su ausencia.

-Tu vida parece una película.- me contestó riendo. Deberías plantearte escribir un libro.-se burlaba.
Amaba a mi mejor amiga. Era muy divertida y siempre sabía sacarme una sonrisa. Ella realmente tiene un corazón que no le cabe en el pecho.

Salimos del instituto a las dos y media, y Carla, Iris y yo nos fuimos de camino a casa caminando mientras comentábamos como nos había ido el primer día. Irina nos comentaba que le había llamado la atención un chico que se llamaba Fabián. Era marroquí al igual que ella.

-Ay,¡cuéntanos! ¿Cómo es?-le preguntamos Carla y yo al unísono. Irina se ruborizó y empezó a describirnos a su chico.

-Se llama Fabián, tiene el pelo rizado y rubio y tiene los ojos color miel. Hemos estado hablando en clase de Psicología.- nos contaba muy contenta y emocionada nuestra amiga Irina. Me sentía feliz por ella. En raras ocasiones le gustaba un chico. Ella era muy especial y no se conformaba con cualquiera. Era una chica difícil pero estoy segura de que cualquier chico se moriría por estar con ella y conquistar su corazón.

Carla mientras tanto nos contaba que su ex novio Orlando aún insistía en querer verla. Orlando y Carla llevaban saliendo dos años y medio pero rompieron el año pasado cuando ella le confesó que ya no sentía lo mismo por él. Carla era una persona directa y sincera, que cuando tenía que manifestar sus pensamientos y emociones, se armaba de valor y simplemente hacía lo que su cabeza y su corazón creyeran que era correcto. La admiro muchísimo.

-Algún día Orlando tendrá que entender que ya no le quieres.-le dije a mi amiga Carla. Un día inesperado encontrarás a tu chico ideal, el que te haga volver a sentir maripositas en el estómago, y tu ex tendrá que dejarte ir para que seas realmente feliz.-le aconsejé mientras me despedía de ella.

(...)

Al día siguiente, cogí mi mochila negra de Vans y un café mientras me despedía de mi madrastra Vilma.

-Que tengas un hermoso día, cariño.-me dijo. Mi madrastra y yo éramos muy distintas, pero aún así la quería mucho. Ella tenía el cabello rubio y siempre se vestía a la moda, ya que solo tenía treinta y cinco años de edad, aún era bastante joven. Se casó con mi padre cinco años después de la muerte de mi madre biológica, Victoria. La tenía mucho respeto por cuidar de mi hermano pequeño Paolo después de la tragedia , no fue fácil la muerte de mamá para él.

-Muchas gracias, Vilma.-le respondí dándole un pequeño beso en la mejilla.

Agarré mis llaves y me fui al encuentro de mi mejor amiga y Carla que habíamos quedado para ir juntas a la biblioteca del instituto antes de entrar a clases, para recoger unos libros que necesitábamos.

-Muchas gracias, Berta.-le agradecimos las tres a la vez a Berta, la encargada de la biblioteca del instituto. Era una mujer bastante agradable y mayor. También era muy enfadadiza cuando no le regresaban los libros en la fecha marcada por ella.

Nos despedimos de Berta y salimos de la biblioteca. A mi me tocaba en la clase de Literatura mientras que Carla le tocaba Geografía y a Flavia Matemáticas, así que cada una se fue por un camino diferente. Me dirigí al aula 23, dónde tenía lugar la clase. Entré y decidí sentarme sola en tercera fila. Entró el profesor y detrás de él una persona que se me hacía conocida. Tardé más segundos de los que debería en darme cuenta de quién se trataba. Se trataba de él. Miró en mi dirección y sonrió pícaro. Yo torneé los ojos. Ya estamos... el típico muchacho creído y guapo. Nada más entrar llamó la atención de muchas, y no las culpaba, la verdad es que este hombre estaba para comérselo, tenía que admitir que era bastante atractivo y muy malo para mi salud mental. Decidió sentarse en la misma fila que yo pero en el extremo derecha de la clase.

El profesor dio por iniciada la clase, se presentó y nos dijo que se llamaba Mateo, era un maestro nuevo que acababa de llegar a Madrid y era bastante joven. Alcanzó la lista del alumnado y empezó a nombrarnos a todos.

-¡Agatha Solano!-me llamó el profesor. Yo solamente alcé mi mano y asentí.

-Bonito nombre-respondió el chico misterioso. Sonreí. Unos minutos más tarde lo nombraron a él y por fin pude saber su nombre. Ya era hora de conocerlo-pensé en mi fuero interno.

-¡John Adrián Rojas!-... Él se levantó del pupitre y dijo "presente". Todas las chicas se giraron a verlo, era realmente incómodo y ridículo. El profesor terminó de leer las listas de alumnos, tenía varias porque algunos éramos de clases diferentes.

Prosiguió con la clase, nos explicó como serán los exámenes y nos comentó varios libros que debíamos leer para entender mejor la asignatura. Mientras apuntaba todo en mi cuaderno sentía que alguien me estaba mirando fijamente y eso me estaba poniendo de los nervios. Me giré para ver quién estaba siendo y ¡qué casualidad! Era él. ¿Cómo no he pensado antes que podía ser él quien me observaba como si fuera un fenómeno?

Nos mantuvimos unos minutos mirándonos fijamente desde la distancia, honestamente no sé cuánto tiempo pasó pero estoy segura de que fue lo suficiente como para volverme loca. Quité la mirada, nerviosa, y continué escribiendo. Al cabo de cinco minutos tocó el timbre y Mateo se despidió amablemente de nosotros.

-Chicos, me alegra haberos conocido, nos vemos en la próxima clase.-nos dijo y se fue.

Mientras recogía mis cosas, me percaté de que se acercaban a mi.

-Hola.-me dijo.

-Hey.-le respondí extrañada de que esta conversación estuviera sucediendo.

-Soy John Adrián.-me sonrió. Pero puedes llamarme Adrián.-continúo diciendo...

¡HOLA! AQUÍ ESTÁ EL TERCER CAPÍTULO DE LA HISTORIA DE AGATHA❤️ AL FIN CONOCE A SU CHICO MISTERIOSO... ¿QUE PASARÁ? ¿SE ENAMORARÁN? O ¿SE ODIARÁN? Aquí pueden pasar muchas cosas... Lo sabremos pronto...
GRACIAS POR LEERLO💖
-A-