Primera cita

16 2 0
                                    

Bajé al portal y Alberto estaba esperándome en un Mercedes negro, los asientos eran de terciopelo blanco y éstos absorbían la luz del ambiente. Me sentía nerviosa, ansiosa y a la vez cómo si estuviera en las nubes. Tenía un remolino de sentimientos encontrados por dentro. Y me gustaba esa sensación. De emoción, de locura, de comenzar una nueva aventura. Íbamos escuchando música y de repente sonó Just Like Heaven, mi canción favorita. No podía creer que este momento estuviera sucediendo. ¿Podía ser más perfecto? Él, yo... a solas... encerrados en un vehículo escuchando mi canción favorita. ¿Es él mi destino? ¿ Es el chico indicado para mi? ¿Mi alma gemela? Sé que es muy difícil creer en que en alguna parte del mundo está la persona que será como tu mitad, esa persona que te complementa a la perfección.

Al cabo de quince minutos Alberto aparcó cerca del Retiro. Se bajó del coche, abrió la puerta y me concedió su mano para ayudarme a salir de él. Qué caballero-pensé. Nos aproximamos a la entrada principal del parque y aún tenía su mano enlazada a la mía. Tenía el corazón latiendo enloquecido. Lo pude sentir, como parecía que se me iba a salir del pecho. Después de caminar sin saber a dónde nos dirigiamos, llegamos a un estanque con barcas y decidimos subir a una, o bueno, más bien me convenció.

-¡Me da pánico!-le grité nerviosa.

-Tranquila, conmigo estás segura.-me respondió dándome un tierno beso en la frente.

-Contigo me siento muy bien.-le confesé mirándole a los ojos. Oh, dios, ¿qué me está pasando?

-Es inevitable sentir algo por ti.-me confesó de repente. ¡Virgen santísima! ¿Esto está sucediendo de verdad? ¿Estoy soñando? Si estoy soñando, no me despierten... Esto es simplemente perfecto.

Nos subimos a la canoa y empezamos a dar un paseo a lo largo del estanque.
El cielo estaba empañándose de colores amarillos tenues, estaba atardeciendo.

-¿Te he dicho ya que estás guapísima?
Me ruboricé al escuchar sus palabras.
Se acercó a mi y me besó como nunca me habían besado, con mucha ternura y amor. Le devolví el beso y sonreí. Me imaginé mil veces este momento desde el momento en el que supe que  tendríamos una cita, pero la verdad fue incluso mejor de lo que había imaginado. Iba a recordar este momento por el resto de mi vida. 
Al finalizar el pequeño viaje en barca, nos dirigimos al Palacio de Cristal. Cuando llegamos me quedé admirada de lo hermoso que era. Nunca había podido visitar este lugar.

-Mira a la cámara-me dijo. Me sonrojé y tapé mi rostro con las manos.-Quita esas manos y sonríe, eres preciosa.-
Sonreí como me pidió, aunque todo fue obra suya... me sacaba sonrisas hasta sin proponérselo.
Mientras nos tomamos fotos juntos abrazados y de la mano. Eran fotografías realmente románticas. De esas que te dan ganas de conservar por siempre. Una de esas fotos era una nuestra, ambos sonriendo y de la mano. Juro que pondría esa foto en un marco y la adoraría todos los días.

Estaba anocheciendo y me llevó a mi casa en su coche. En el camino de regreso a mi hogar, fuimos cantando canciones aleatorias que ponían en la radio. Fue realmente divertido y emocionante.
Cuando llegamos a mi portal, me miró fijamente a los ojos, como si quisiera analizar todo lo que ellos decían.

-He disfrutado mucho contigo.-le dije mirándolo a los ojos.

-Espero con ansias nuestra segunda cita.-me dijo. Y me robó un beso.
Vaya, no me había esperado todo lo que me ha sucedido hoy. Pero me ha gustado. Que todo lo que había imaginado sobre lo que pasaría hoy, ocurriera incluso mejor de lo que había pasado por mi mente.


Mi madrastra y mi hermano estaban esperándome para cenar. Aparecí por el pasillo sonriendo como si hubiera ganado la lotería. Bueno, en cierto modo, la había ganado, él es un chico maravilloso.

- Qué sonrisita...-dijo pícara Vilma. Simplemente sonreí. Definitivamente no iba a dejar de hacerlo en toda la noche y me sentía tan bien por eso. Me sentía feliz después de tanto tiempo sin sentir ninguna emoción.

-Es un chico muy gentil y cariñoso.-le comenté, hasta que llegó Germán, mi padre. Él era bastante celoso, no quería que sus hijos pasasen por lo mismo que él: se enamoró de una hermosa mujer y tuvo la gran dicha de ser correspondido, pero el destino se encargó de arrebatarle a su gran amor. Mi padre, aún estando casado con Vilma, seguía sintiendo el miedo de que algo o alguien nos pudiese causar algún daño.

-¿De qué hablaban?-nos preguntó Germán a Vilma y a mi.

-Hablábamos de sus primeros días de clase.-mintió Vilma para salvarme el pellejo. Honestamente agradecía su gran gesto. Odiaba mentirle a mi padre pero no quería arruinar su tranquilidad.

Germán salió de la cocina.

-No sé que haría sin ti cubriéndome las espaldas.-le agradecí a mi madrastra. La abracé fuertemente.





Al día siguiente, Flavia y yo quedamos en el centro comercial más cercano.

En cuanto me vio, corrió hacia mi y me abrazó. Fue como si por un instante estuviéramos dentro de una película.

-Ahora sí. Cuéntame TODO lo que sucedió ayer. Mientras mirábamos las nuevas tendencias en Stradivarius, mi mejor amiga y yo conversábamos.


-Y... me besó.-le confesé a Flavia emocionada.


-¡SE BESARON! ¿Y CÓMO BESA? SIGUE CONTÁNDOME TODO.-

Seguimos con nuestra charla productiva. Honestamente no hay mejores conversaciones que las de tu mejor amiga.


-Definitivamente este chico me gusta para ti. Ojalá sea el indicado y que de una vez por todas alguien te valore como mereces, que sepa hacerte feliz y poner tu bienestar por delante.-

Iba a llorar por las bonitas palabras de mi mejor amiga Flavia. Había pasado por relaciones tormentosas y tóxicas, dónde no me daban mi lugar o no me respetaban, dónde me hacían daño. Y yo tenía claro que merecía algo mejor que eso. Y ojalá Alberto sea esa persona que logre ser la luz de mis días, que sea mi razón para levantarme feliz por las mañanas.


Flavia y yo nos dirigimos a Pull&Bear y me encontré con quién menos esperaba. Se trataba de Adrián. Había estado tan absorta en mi cita con Alberto que había olvidado por completo a Adrián.  Éste se aproximaba hacia nosotras.


-Hola, preciosa.-me dijo sonriéndome el muy pillo.- Hola a ti también, guapa.-dijo dirigiéndose a Flavia. ¡Será descarado!-pensé.


-Hola-dije tornando los ojos.

-A mi no me tornes los ojos, belleza...-


-Y si lo hago,¿qué?-le respondí muy molesta por su actitud altanera.

Se aproximó demasiado a mi mirándome rabioso  y de forma inesperada, me besó. Un beso lleno de pasión y rabia. Me aparté golpeándole el pecho con mis manos.

-¿Eres idiota?-le dije lo más enfadada que había estado en toda mi vida. Nunca me habían robado un beso así. No era justo.

-Venga... si te ha encantado.-rió. Me miró e intenté irme, pero me agarró la muñeca.

-Esta no es la primera vez que pasará esto. Me gustas. Y sé que tú también sientes algo por mi, aunque lo niegues porque soy el chico malo, ese que piensas que no te conviene, con el que no debes estar. -me dijo con los ojos llenos de emoción, tristeza y rabia.


-Suéltame el brazo. No me gustas, entiéndelo.-le respondí zafándome de su agarre. Miré sus profundos ojos verdes y abandoné la estancia.

¡HOLA! Siento mucho no haber podido subir capítulo durante estos días pero ¡aquí está! El quinto capítulo de esta historia...❤️ A mi me está volviendo loca, ¿y a vosotros? Espero que os esté gustando💖
GRACIAS POR LEER 🌊
-A-

𝑰 𝑺𝑻𝑰𝑳𝑳 𝑳𝑶𝑽𝑬 𝒀𝑶𝑼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora