Los Chicos Misteriosos

Capitulo 1

Gableice, 2002...

  En la sala de espera de un hospital se encontraba Jack Gonzáles, esperando noticias sobre su esposa y el nacimiento de su primogénito.

  Estaba desesperado ya qué habían pasado varias horas desde su ingreso y nadie le dice nada.

  Minutos despues llega un doctor y pregunta: ¿Quién es el esposo de Sarah Rinaldi?

—Jack: ¡Soy yo!, ¿Cómo esta mí esposa y mí hijo?.

—Dr. Peña: Todo esta bien, venga conmigo.

—Jack: ¡Gracias Dios!, vamos, vamos.

  Fueron directo al ascensor, al entrar el Dr. Peña marca piso 5, Jack estaba loco por ver a su bebe, tanto qué se lo iba imaginando.

—Dr. Peña: Al detenerse el ascensor vaya a la habitación 309, ahí esta su esposa y su hijo.

—Jack: Esta bien, así lo haré.

   Jack entusiasmado por ver a su familia, cumplió al pié de la letra lo que el Dr. le había dicho. Al llegar a la habitación abrió la puerta y vio a su hermosa esposa, ( Morena, ojos color canela, de pelo risado), con su hijo en las manos.

  Al acercarse le da un beso a ella y a su hijo, niño (Blanco, ojos azules, de 8 lb, y poco cabello).

—Jack: ¿Cómo estás amor?

—Sarah: Estoy bien Cariño, gracias a Dios.

—Jack: ¡Me alegra escuchar eso, ¿Cómo estuvo el proceso?.

—Sarah: Un poco doloroso, pero nuestro niño nació sano y fuerte, igual qué su padre.

—Jack: Amor eres toda una luchadora, por eso Te amo aún más, ¿Cómo llamaremos a nuestro Bebé?.

—Sarah: ¿Qué te parece... Jackson Gonzáles Rinaldi?

—Jack: ¡¡Esta perfecto!!, Ahhhh, hace unas horas me llamó Crepancio, para decirme qué la casa esta lista.

—Sarah: Qué bien, nuestro Bebé crecera en una casa más grande.

Minutos despues entra el doctor...

—Dr. Peña: En dos días podrás ir a casa.

—Sarah: ¡¡¡¡¡Enserio doctor!!!!!

—Jack: Gracias Dios

  Y el Dr. Sin más que decir se retira, la joven pareja quedó muy contenta con ma noticia y esperaban el día con ansias.

  Se cumplieron los días y partieron a casa en un taxi.

  Al llegar Sarah se quedó en shock, al ver lo grande y hermosa qué era la casa (Jack no la había llevado nunca porque quería sorprenderla).