Conocerás a tu suegra

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(AV)

Cuando vi el rostro de Piper mientras observaba la llamada entrante de su mamá, supe que necesitaba pasar tiempo con ella. No lo pensé dos veces, y sin dudar le dije que la invite a pasar unos días con nosotras la próxima semana.

La hermosa sonrisa que se dibujó en su rostro me hizo saber que había hecho lo correcto, y me hizo confirmar que haría lo que fuera necesario para hacerla muy feliz por siempre.

Luego de un rato de estar en la sala conversando con su mamá, Piper volvió a la habitación con una evidente emoción y se sentó a mi costado para contarme sobre su llamada.

- Ya coordiné con mi mamá, vendrá el próximo viernes y se quedará hasta el domingo. Fue difícil convencerla, dijo que no quería incomodarnos, pero al final logré que aceptara - dijo de forma atropellada, y luego se aventó sobre mí para abrazarme.

- Me alegra mucho que la hayas convencido - dije abrazándola también.

- ¿De verdad no te molesta que venga? - preguntó casi en un susurro, mientras elevaba ligeramente su rostro para poder observarme.

Podría pasar toda mi vida perdida en su mirada, en esos hermoso ojos azules que me hechizaron desde la primera vez que los vi.

- Cualquier cosa que te haga feliz a ti, me hace feliz a mí - respondí acariciando su mejilla, sin despegar mis ojos de los suyos.

- Tú me haces inmensamente feliz Al - dijo eliminando la distancia entre nuestros rostros y dejando un tierno beso en mis labios - Te amo.

- Y yo te amo a ti Pipes - respondí dejando un beso en su cabeza, mientras ella se acurrucaba en mi pecho.

Estuvimos ahí abrazadas por un momento, hasta que Piper se levantó de golpe pareciendo recordar algo.

- Al, ¿dónde va a dormir mi mamá? - preguntó preocupada.

No pude evitar reír por lo angustiada que se veía.

- Pero si aquí podríamos entrar las tres - le dije pegándola más a mí y señalando el espacio al costado de nosotras sin dejar de reír.

- ¡Al! - dijo dando un golpecito en mi brazo y comenzando a reír también.

- Tranquila, yo puedo ir a dormir al mueble por esas dos noches - le dije cuando cesaron las risas.

- No hay forma que te deje dormir ahí Al, estarás muy incómoda y amanecerás con dolor de cuerpo.

- Pipes, no tenemos dónde meter otra cama, y lo importante es que ustedes estén cómodas. Créeme que si he soportado dormir en las "camas" de prisión soportaré dormir en el mueble.

Se quedó observándome por unos segundos, no muy convencida por mis palabras, y de repente pareció tener una idea.

- ¿Y si compramos un sofá cama? - preguntó de pronto.

- ¿Crees que sea necesario? - pregunté pensando que era algo innecesario.

- No será la última vez que tengamos visitas, y como bien dices no hay dónde poner una cama adicional. Lo más práctico sería tener un sofá cama - dijo orgullosa por la idea que había tenido.

- Está bien, vayamos a comprar un sofá cama mañana mismo entonces - dije sabiendo que no me dejaría dormir en el mueble de ninguna manera.

- Perfecto, mañana vamos a comprarlo - dijo emocionada.

Volvió a acomodarse en mi pecho, y yo comencé a acariciar su rubia cabellera y su espalda.

Conforme pasaban los minutos, mis inquietas manos fueron descendiendo cada vez más, hasta llegar al trasero de Piper, quien soltó una risita al sentirme ahí.

- Ya estabas durando mucho tiempo tranquila - dijo en tono burlón.

- ¡Hey! ¿Acaso no puedo tocar el trasero de mi esposa? - dije riendo también.

- Tú puedes tocarme todo lo que quieras - dijo en tono pícaro, mientras se acercaba a besarme.

El beso no tardó en descontrolarse, nuestras respiraciones no tardaron en acelerarse, y nuestras prendas no tardaron en salir volando por toda la habitación.

La conexión que tenía con Piper cuando hacíamos el amor era inexplicable, algo imposible de describir con palabras, algo único.

Nunca me había entregado con nadie como lo hacía con ella, y me atrevería a decir que conforme pasa el tiempo alcanzamos un cada vez mayor nivel de compenetración.

Nos teníamos la confianza suficiente como para probar cosas distintas cada vez, y para decirnos lo que nos gustaba y lo que no.

Pero sobre todo, nos teníamos un amor que crecía y se fortalecía día a día, y que por fin podíamos vivir a plenitud.

Los días siguientes nos dedicamos a preparar todo para la llegada de la mamá de Piper. Compramos el sofá cama que habíamos acordado, limpiamos y ordenamos todo, y llenamos la despensa de cosas que pudieran ser de su agrado.

La semana pasó bastante rápido en medio de todos los preparativos, y cuando menos lo pensamos ya era jueves por la noche.

- Mañana es el gran día, por fin conocerás a tu suegra - dijo Piper mientras se echaba a mi costado.

Y aunque desde que le di la idea sólo me había concentrado en lo feliz que sería ella de pasar unos días con su mamá, en ese momento, a sólo unas horas del encuentro, no pude evitar sentir nervios por conocerla.

- ¿Crees que le caeré bien? - pregunté intentando hablar de forma casual, aunque sabía que no podría engañar a Piper y que ella notaría mis nervios.

- ¿Bromeas? Te va a amar Al, aunque no tanto como yo - dijo abrazándome - Mi mamá ha cambiado mucho en este último tiempo, incluso a mí me ha sorprendido su cambio. Créeme que no la hubiera invitado a venir si creyera que te hará algún tipo de desplante.

Sus palabras no lograron tranquilizarme del todo, pero si lo suficiente como para que el sueño se hiciera presente, así que la pegué más a mí y me acurruqué con ella, sabiendo que era la última noche que dormiríamos juntas hasta que su mamá se fuera.

Al día siguiente fuimos a trabajar, y luego nos dirigimos a recoger a la mamá de Piper.

- Ahí viene - dijo Piper emocionada mientras corría en dirección a ella, y en ese momento los nervios volvieron a hacerse presentes en mí.

Se abrazaron y hablaron brevemente, y luego Piper volteó para señalarme y comenzaron a caminar en mi dirección.

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Tarde pero llegué 🤭

Muchas gracias por su paciencia a quienes siguen leyendo esta historia. Espero sigan disfrutándola.

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- Vonny-

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