¿CLYDE Y GIA?

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No podía concentrarme, el señor Burns explicaba la importancia de transmitir en cada movimiento lo que la melodía nos hacía sentir... O algo así. Removí mi suéter buscando algo con que entretenerme, la señorita Judy faltaría a las próximas prácticas por culpa de una gripe estacional, eso daba como resultado pasar el resto de la semana bajo la supervisión de Mr. Burns.

Me acomodé en el frío piso y empecé a divagar, veía como los labios de Burns se movían, pero con el paso de los minutos su reflejo desaparecía.

Aparecía... Desaparecía.
Aparecía... Desaparecía.
Aparecía... Desapare...

°

Un fuerte golpe me hizo levantar la mirada y murmurar una maldición. De pie frente a mí, Alice  sostenía su mochila, reía y me ofrecía una mano para ayudar a incorporarme.

— Lee, ¿y tú clase? —

Me observaba con preocupación fingida y burla, rápidamente miré alrededor del salón y estaba vacío, no tenía idea en qué momento todos se había retirado, pero les agradecía por tomarse la molestia de despertarme.

— No tengo idea, la señorita Judy no podrá asistir el resto de la semana, y estaremos bajo el mando de Burns.

— ¿Qué? ¿Qué pasó con Judy? ¿Burns? ¿No es el amante de la señorita Fisher?

— Burns nos dará la clase —

Hice comillas con los dedos.

— La señorita Judy está enferma, y no conozco la vida sexual de mis profesores—

Respondí sus preguntas en orden. Metí mis zapatillas bruscamente a mi mochila y caminé a la salida con Alice pisandome los talones.

— Que pena, ese tipo no sabe nada de Danza Clásica, es más no creo que sepa como se escribe la palabra “Clásica” —

Reí y continué caminando hacia el vestidor.

— Lo sé, sólo nos decía que nuestros brazos tenían que moverse como los pétalos de una rosa siendo golpeados  por el gélido aire —

Imité lo que el Señor Burns había hecho durante casi toda la clase, al menos los minutos que estuve despierta.

—  En fin, creo que estos días me saltaré esta clase, dormiré más o saldré a caminar—

— Es lo menos que puedes hacer, incluso si hubieses insistido en venir a clase, yo habría desconectado tu despertador o le pondría llave a tu puerta. Es un castigo que escuches esta basura.


Alice me acompaño al vestidor y esperó hasta que estuve lista. Estaba atando los cordones de mis botas cuando una bolsa azul chirriante apareció frente a mis ojos. Mi amiga la movía de un lado a otro como quien utiliza un caramelo para llamar la atención de un niño.

— Toma, es para ti, espero que te guste —

Tomé la bolsita, quité el papel y metí la mano para averiguar qué contenía. Era un perfume.

—¡Feliz navidad atrasada! —


Se burló de su propio chiste. Por inersia me puse de pie y la envolví en un abrazo. Era típico de ella traer un detalle para mí cada que salía de viaje y empezaba a sentirme mal porque yo no había comprado nada para ella.

Traición [1er entrega de la trilogía "Escape"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora