Capitulo 29

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Llegue a mi cuarto  deje mi mochila sobre  la cama trate de aliviarme tumbandome  boca arriba, y parecía que en efecto lo conseguía, hasta que me incorpore  de un salto y corrí al baño para vomitar entre impetuosas y  lacerantes arcadas.

Baje  la palanca del baño  me recogí el cabello, me acerque al lavabo  apoye mis manos en cada extremo de el  y  observe  mi reflejo  en el espejo.

¿Que diablos me estaba pasando?

Mi rostro se veía pálido, mis ojos llorosos, me sentía frágil como la tela de una araña,  era más que evidente que era por el día tan intenso que tuve y más de aquella discusión con Giovanni, no me hubiera gustado que quedaran las cosas  asi, pero que se puede hacer con una persona que no te escucha, que parece que le hablas a la pared. Mi padre siempre me ha dicho una frase:

"El celoso no sufre por lo que ve si no por lo que se imagina"

Y es muy cierto la mente es muy canija  que en tan solo unos minutos creas demasiadas escenas que ni siquiera son justificadas.

Abrí la llave del lavabo,  junte mis manos  hasta  tener una cierta cantidad  de agua   para mojar mi rostro, el agua era tan refrescante que me hacia sentir relajada. Es impresionante la magia que tiene el agua te  hace olvidar de los malos momentos por un tiempo.

Escuche que cerraron la puerta de la primera planta, eso indicaba que acababan de llegar mis padres.

Limpie mi rostro, me cepille los dientes acomode mi cabello y volví a mirarme al espejo  para ver que estuviera normal.  Me dirigí hacia el pasillo, y con pasos lentos  baje las escaleras  hasta que escuche algo que llamo mucho mi atención deteniendome en el penúltimo escalón. Mis padres hablaban de un tema delicado.

—Por favor Rose deja de llorar, que no quiero que se entere  mi princesa.

—Es que no lo puedo evitar, no puedo asimilar  que solo te queda poco tiempo.

—Cariño todo va estar bien.

En mi mente solo sonaban aquellas  cinco palabras.

"SOLO TE QUEDA POCO TIEMPO".

Haciendo énfasis en TIEMPO.

Aque se refiere mi madre, no podía más con la duda así que baje el ultimo escalón y me diriji  a ellos.

—Hola papá...— Cambio su semblante  a uno de alegría. Mi madre se voltio para otro lado para que no la viera que estaba llorando.

—Hola cariño.... Como te fue en el colegio.

—Muy bien gracias padre.... Emmm ¿Pasa algo?.— Pregunte.

—No cariño, solo hablábamos de un tema que no es de tanta importancia.

—Perdón  por ser entrometida... pero escuche que mama dijo  que te quedaba poco tiempo. Hay algo que me quieren decir.

Mi madre se giro y se acerco a mi.

—No cariño escuchaste mal. Lo que pasa que un amigo de tu padre esta enfermo y solo le queda poco tiempo y me dio mucha  tristeza y nostalgia al escuchar eso..—Mientras con la mano limpiaba aquellas lagrimas en sus mejillas.

—¿Están seguros?.—Pregunte. Mi padre estiro sus brazos para darme un abrazo. Un abrazo muy distinto a los que me da, era un cálido y fuerte abrazo  de esos como si se fuera a terminar el mundo, dejándome más confundida. Eleve mi rostro para mirar a mi papa.

—Claro mi princesa, no hay nada de qué preocuparnos... —Regalandome una sonrisa. No sé porque presiento que me están mintiendo, no se han dado cuenta mis padres  que ya creci que ya no soy aquella niña que no sabe lo que pasa, que  ya no se traga el cuento de que nada pasa. Algo ocurre aquí y si ellos no me dicen tendre que averiguarlo.

—Bueno yo voy a la cocina a preparar la comida.— Murmuro mi madre y después me mira.—Me ayudas cariño.

—Claro madre.—Le di un beso en la frente  a mi papa y me dirijí junto con mi mama a la cocina....

[....]

Giovanni Smith


Tumbado en el sillón mirando el reloj,   que indicaba las 12 de la noche y Hannah no ha  llegado a casa,  cuando sabe perfectamente que no puede salir sola. 

Escuche como introducía la llave a la cerradura  y poco  a poco  se abría la puerta.

— Ya llegue hermano.—Aviso Hannah.
Desprendío los botones  de su suéter y lo colgó en el perchero.

—¿Donde andabas Hannah?.—Pregunte.—¡¡Sabes que no puedes estar afuera tu sola y menos a medía noche!!!.—Eleve la voz. Hannah por su parte solo  agacho  la cabeza.

—Estaba en casa de linda haciendo un proyecto....perdón hermano se me fue el tiempo que no me di cuenta de la hora, te prometo que no volverá a suceder.—No apartaba la mirada del piso.

—Perdón por elevar la voz, pero no puedo estar tranquilo sabiendo que estas afuera y que corres peligro. No quiero que por nada del mundo te pase algo.—Se alzo a mis brazos.

—Gracias por siempre cuidarme.

—Siempre lo haré. Nunca permitiré que te hagan daño.

¡RINN! ¡RINN!

Sonó mi celular, lo saque del bolsillo y mire aquel nombre que iluminaba la  pantalla.  Era Cynthia,  me debatía en si contestarle o no,  aun estaba enojado con ella y me conozco no se controlar mi enojo y terminaría siendo grosero con ella.

—No contestarás.—Pregunto Hannah.

Apague el celular dándole una respuesta a Hannah.

—¿Pero porque le colgaste?.

—No quiero decirle algo de lo que me arrepienta.

—¿Porque? ¿Que paso entre ustedes?

—Todo es culpa de ese idiota.

—¿De que idiota?

—Del tipo que Cynthia defiende. No se porque  lo prefiere a el antes que a mi.

—No creo que Cynthia lo prefiera a el, tu solo complicas las cosas. A lo menos esperaste a que te explicará las cosas.

—No necesitaba que me explicara las cosas, todo estaba más que claro.

—Vez lo que te digo, no solo te equivocas, si no además estas haciendo el ridículo.

—Jaja yo estoy haciendo el Ridículo.—Sonreí con ironía.

—Sii ¡TU!.—Afirmo.

—Por favor Hannah no digas tonterías... Sabes mejor me voy a mi cuarto.

—Vez ese es tu problema.

—Nonono, mi único problema es que debería estar durmiendo y no hablando contigo de este tema que no tiene caso.— Me dirigí a mi cuarto y cerré la puerta.




¡Nunca Me Enamoraria De El!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora