Chapter *6*

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—¡Alex, date prisa, llegarás tarde holgazán!— gritaba mi abuela.

—¡ya voy!

Hoy había finalizado mis vacaciones y volvería a clases, tenía que ir, ya que es mí último año y no quiero mandar todo por lo que he luchado a la basura en  una imprudencia.

Es algo irónico ya que lo pienso ya que odio la escuela más que a nada en el mundo pero no quiero abandonarla.

Aguantando los insultos de mi abuela, salí de casa rumbo a mi nueva escuela, no quedaba tan lejos por lo que decidí ir a paso lento.

En el camino las personas me quedaban viendo no como lo harían con alguien »normal « sino más bien como el típico bicho raro, algo a lo que ya estaba acostumbrado, aunque algunas chicas me quedaban viendo con una cara que no tiene descripción, al menos para mí.

Al llegar frente a la escuela pude ver que no era tan mala como Me la imaginé, al menos físicamente. Encima de la entrada principal podía leerse en grande el nombre de la escuela.

—¡Que originales! — pensé en voz alta.

Y aunque el pueblo se llama justamente igual que la escuela, hubieran pensado en un nombre un poco más ... Único.

Sin darle importancia seguí mi camino, aunque en realidad no sabía hacia adonde ir, sabía que pertenecía a 11° D pero lo que no sabía era donde estaba ubicada esa sección, pero gracias a Dios por primera vez la suerte se puso de mi lado y encontré un mapa del local, se podía observar todas las secciones y las demás oficinas, así que tomé mi teléfono y obtuve una fotografía porque si es memorizar números y ecuaciones matemáticas  y direcciones, me doy por perdido.

Sin perder más el tiempo Me dirigí a mi sección, la cual quedaba al fondo del instituto, era una de las últimas por así decirlo. Ya estando al frente di tres golpes al marco de la puerta para llamar la atención del «profesor» a pesar de que no era tan mayor, tal vez tres o cuatro años más que mi.

—¿sí?, pase adelante señor... ¿Phoenix?

—sí —afirmé.

— muy bien, venga aquí al frente por favor —a lo cual obedecí con los latidos de mi corazón a mil por hora gracias a los nervios que me carcomían.

— bien, para todos los presentes aquí, el es Alex Phoenix, su nuevo compañero, así que espero que se lleven bien y lo respeten porque de lo contrario me veré en la lastimosa obligación de darles un castigo y no importa que tan prestigiosos sean, aunque creo que la advertencia está demás.— nadie dijo nada.

—puedes tomar asiento.

Sin pensarlo fui y me senté en el único asiento libre que quedaba, los cuales eran por parejas y era el único lugar con silla disponible.

Al sentarme, todos empezaron a cuchichear, no lograba entender nada de lo que decían. Sin darles importancia saqué mi cuaderno y mis lápices, era una de mis clases favoritas por así decirlo. Así que tratando de tener al menos un día tranquilo los ignoré.

El tema empezó y prosiguió con normalidad, se sentía extraño o al menos para mi,  el tener un día tan calmado como este, no es que me estuviese quejando de esto, solamente creí que este día jamás iba a llegar, por lo cual la clase fue «genial».

Pasamos a la segunda clase la cual era biología, a la que también su transcurso fue el mismo que tuvo la clase de español, y ahora justamente tocaba la hora de recreo; a lo cual todos se unían en parejas, tríos y grupos a lo que yo quedé completamente sólo.

No era como que si eso me afectara pero, se sentía incómodo ver a todos con un compañero y luego verme a mí mismo completamente sin compañía, ¡pero bueno!, hoy no he tenido ningún inconveniente, así que me conformo con lo que la vida me dió el día de hoy.

Mi ángel guardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora