Las nubes nos arropan, la miro, la respiro hermosamente blanquecina, el aire frío húmedo, las hojas brillan están bañadas del agua, comienza a despejarse un poco, los cedros imponentes, apenas muy tenue parte de las montañas se logran ver, gracias al andar de los viajeros del agua, la música tímida suave aquí y más allá, aparecen solistas afinando la orquesta siempre maravillosa llena de vida, a despertar a pesar de la neblina.
30 de septiembre
7:01 am desde las montañas de los Altos Mirandinos
7:01 am