Ensayo sobre el Tiempo

Muerte

No pienso incluir descarada mentira al afirmar que me tomo esto último con naturalidad digna de monasterio. Cada vez que me hago la idea al menos por escasos segundos siento un profundo vacío interior, inenarrable.

Eventualmente todos nos quedamos sin tiempo, y no importa si abandonas esta existencia recién empezando tu tribulación o ya mucho tiempo pasada esta, todos vivimos exactamente la misma cantidad de tiempo, incluso aquel recién nacido que no tubo tiempo de abrir los ojos, y aquel anciano que llevó 20 años viviendo de una máquina, llegando al siglo de edad, ambos vivieron la misma cantidad de tiempo.

Morboso es para mi imaginar el fin de mis dias, un verdadero final del cual tras él no tendré consciencia ni siquiera de que ya todo acabó, como se sentirá estar en los últimos momentos en los que el alma abandonada la fragilidad del cuerpo, para siempre. Tras la pregunta de que se sentirá después sólo hay un nada absoluto.

¿Qué es la nada? Lo mismo antes de que el tiempo te fuese entregado, la no existencia universal pero de forma presente y constante, imperceptible. Como a de ser no sentir nada, ninguna sensación ni el más mínimo impulso, esta idea va de la mano con otra que rondó mi consciencia durante semanas:
¿Como a de sentirse estar privado de los sentidos?

No poseer los cinco que todos conocemos, no poder ver, no poder oir, no poder olfatear ni poder degustar. Peor que lo anterior, no poseer tacto, no sentir impulsos ambientales que incluyen dolor y sensaciones climáticas, estar realmente desconectado de la vida simplemente con tu mente aún funcional.

¿Cuanto tiempo tardaría esta para pasar a ser obsoleta? Por la ligera dignidad humana, ojalá nunca se intenten responder estas preguntas empleando experimentos en seres humanos.

Ya cruzamos la muerte, nos terminaste por alcanzar cuando el tiempo se nos escurrió cual agua de los dedos, muerte, que se encontrará tras tu tragedia, quiero saber.

Si, es eso, quizás haya vida tras de la muerte.
Duda.