Ensayo sobre el Tiempo

Epílogo: Conténtate

-"¿Y que pasó después, padre?"
-"Dejaron de existir, realmente, nunca existieron."

Hijo del tiempo, inepto hijo del tiempo, no has aprendido nada a través de estas prosas por lo que veo. Tribulación te estima, finge hacerlo, desengáñate de las limitaciones sociales y forja tu propio destino. ¿De que querrás jactarte cuando muerte venga a darte descanso? Amasaste fortunas y alzaste imperios, viviste una novela o quizás diste lugar a más nacidos del pueblo, en y para él. Muchos de mis contemporáneos buscan felicidad, y no los juzgo, quizás la palabra felicidad no esté bien empleada al no ser una magnitud medible, pero conténtate con que si quieres contribuir a tu sociedad eres libre de hacerlo.

Yo ya cumplí mi función primigenia, vida a de estar orgullosa de mi, sin embargo tribulación nos trata de hacer dudar, se fuerte, nacido del tiempo, sólo posees una existencia, conténtate con que sólo posees una oportunidad para gozar del tiempo, aprovéchala.
Cuando muerte te susurre al oído tu estarás satisfecho, cumpliste con vida y no le fallaste a tribulación.

Busca tu rumbo, no caigas en los vicios sociales ni en aquella cortina de humo que nos hace pecar de mojigatos, conténtate con que posees una mente capaz a diferencia del resto, hijo del tiempo, persevera y todo te será dado.

Estos escritos son paradójicos por excelencia, y de eso se trata este... este todo, no estoy seguro como definirlo. Nada existe realmente, sin embargo tu estás acá, conténtate con que estás haciendo tiempo, esperando a ir a la nada, a donde todos pertenecemos.

Entidades en un ciclo más allá de nuestro entendimiento. Valórate, nacido del tiempo, conténtate con que vida se contenta contigo y con que muerte es un cálido abrazador sabio que no juzga ni comprende.

Permíteme contradecir lo que mencioné en un principio: "La poca trascendencia de nuestras existencias."

Y lo repito por si se te había olvidado: No vales nada.