El ruido que la cama hacia al chocar contra la pared, los sonidos húmedos, y los gemidos del Señor Oscuro era lo que se podía escuchar a primera estancia.
La mente de Draco estaba en blanco, apenas procesando lo que estaba pasando. Este suceso ya se había repetido incontables veces, no sentía nada al respecto, nada más que un inmenso asco y repulsión.
Su cuerpo se movía laxo sobre la cama, al compás de esta. Parecía muerto, y es que así se sentía. En momentos como aquel, Draco sentía que dejaba de estar vivo para pasar a estar muerto.
El Señor Oscuro gemía con satisfacción, aquel hermoso chiquillo lo apretaba deliciosamente. No sé cansaría nunca de probar al heredero Malfoy.
-Oh pequeña zorrita, eres delicioso. - gimió.
Draco evitó la arcada que amenazaba con salir al escuchar aquello. No sentía placer en absoluto, le dolía horrible pero, sabía que si se quejaba le iría peor. Trataba de contener sus quejidos manteniendo su mente en blanco, mientras menos pensaba en ello, menos dolería; o eso quería creer.
En cambio, pensaba en su pequeño Ángel de ojos esmeralda, aquel chico que se había ganado su corazón desde la primera vez que lo vio. Recordaba que la primera vez que lo vio le pareció el niño más hermoso que había visto en toda su vida, y hasta el día de hoy; ese pensamiento se mantenía vigente, en aquel entonces, el niño había entrado a la tienda de Madame Malkin, vestía ropas muggle a que simple vista se notaba eran varías (muchas) tallas más grande. Su cabello azabache era un desastre, las desgastadas y horrendas gafas que ocultaban sus hermosas esmeraldas, le colgaban de la nariz, tenía una delgadez enfermiza y su palidez le daba el aspecto de estar enfermo, aún así, a Draco le había parecido hermoso. Había estado tan nervioso al estar ante la presencia de tal hermoso ángel que, había estado divagando y lo único que había salido de su boca eran estupideces. Más rápido de lo que hubiera querido, Madame Malkin había terminado con el, y muy a su pesar, había tenido que irse y dejar a su ángel atrás. No fue hasta mucho tiempo después, cuando ya estaba con sus padres siguiendo con las compras, que se había dado cuenta que no sabía el nombre de su ángel.
Pasó todo el siguiente mes pensando en su ángel y lamentándose el no haberle preguntado su nombre, pero aún así sabía que lo vería en el tren así tuviera que recorrer todo el tren para encontrarlo. Finalmente, el primero de Septiembre había llegado y Draco no podía estar más emocionado, ¡Por fin podría ver a su ángel!
Un rumor recorría todo el tren, ¡Harry Potter estaba viajando en uno de esos vagones! Recorrió todo el tren buscando a Harry Potter y a su ángel, cuando finalmente lo encontró, se sorprendió en demasía al saber que su ángel y Harry Potter eran la misma persona. Grande fue su decepción cuando el chico no acepto su amistad, Draco sintió su pobre corazón romperse ahí mismo. Su ángel, Harry Potter, se encontraba acompañado de un sucio Weasley, un maldito traidor a la sangre. Seguramente la estúpida comadreja esa le había metido cosas en la cabeza.
Draco tuvo que rendirse, Harry Potter se juntaba con la comadreja, no podía ver qué el idiota ese solo buscaba su fortuna. Lo único que podía hacer para estar cerca de Harry, era molestarlo; ganándose así el odio de este. Durante todos los años que le seguían a ese, tuvo que conformarse con observarlo a lo lejos y burlarse de el. Era la única forma de poder estar cerca de el.
La mente de Draco fue abruptamente traída a la realidad al sentir algo escurriendo se de su entrada. El Señor Oscuro había acabado. Draco sintió asco, mucho asco. Pero no podía hacer nada.
Esta era su vida y no podía hacer nada para evitarlo.
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Y si..¿Todo fuera mentira?
Fanfic[H I A T U S T E M P O R A L] Y si...¿Todo fuera mentira? ¿Y si te dijera que todo lo que creíste verdad... era solo una mentira? ¿Me creerías? ¿Creerías que todo lo que hice y dije... fue solo para protegerte? Te amo. ¿Puedes creerme? No cre...