Capítulo 2: Indirectas más Directas27 de Enero, 2017
Vivo en una muy buena zona de Malibu, mi casa está justo enfrente del mar, es perfecta, me encargó de hacerla la casa de mis sueños. Tengo un sofá en la terraza de mi casa, en el que me la paso todo los días a todas horas.
Los atardeceres de Malibu son los más hermosos que he visto, es por eso que amo vivir aquí.
Hace media hora que la tarde empezó a enfriar así que prendí mi fogata que está en medio de la terraza, tengo una taza de té en mi mano y el atuendo más horrible de este mundo. Llevo un pantalón de algodón color gris, junto con una blusa demasiado grande color blanca, cómo está haciendo frío llevo un suéter que llega a mis muslos, es de lana muy gruesa color café claro.
Así son mis días desde hace tres semanas, no me he levantado de este lugar, más que para preparar algún platillo rápido, bañarme y cambiarme de ropa.
El sol se está escondiendo entre las nubes y da unos tonos rojizos y naranjas bastante hermosos, es lo único que me llena un poco, el cielo. Cuando está azul, cuando está nublado, cuando está lleno de estrellas, cuando está amaneciendo o atardeciendo. Desde pequeña me declaré gran fan del cielo.
Mi celular comienza a sonar, lo tomo en mis manos y es Cooper, suelto un bufido y contestó.
-Hola Copper-saludó sin ganas.
-Hola Beth, lamento interrumpir tu depresión-ruedo mis ojos, el y yo somos muy buenos amigos que tenemos la confianza de bromear así-, pero te recuerdo que la próxima semana es la cena de recaudación de fondos para las casas hogares.
Mierda, lo olvidé. Hace un año me inscribí en una asociación para ayudar a los niños sin hogar, al igual que en un para ayudar a los asilos. Este viernes se hará un evento con el fin de lograr subastar o vender algunos objetos o premios que varios de la asociación donarán, en mi caso Copper dará unas vacaciones en mi residencia en Miami.
Por asuntos de mi ruptura y de mis escasas ganas de salir de mi casa, olvidé todo. Este es un evento al que no puedo faltar. Por mucho que no quiera salir, esto lo vale.
-Mierda, me olvidé por completo.
-No te preocupes, lo supuse. Así que ya tengo todo listo. Tu vestido, déjamelo a mi.
-No gracias. Quiero algo sencillo.
-Por amor a Dios mujer, siempre he soñado con que te veas reluciente, jamás en tu carrera te he visto en tu mayor grado de glamour.
-Sabes por qué.
-Un nombre, Erick. Pero ese bastardo ya no está, así que déjame hacerte ver increíble.
-Solo por favor, algo no muy sexy o vulgar.
-Enseñaras y lucirás lo hermosa que eres. Déjame todo a mi. Por cierto, las cosas ya están más calmadas, por si quieres regresar a tus redes.
-No, creo que aún no quiero.
-Esta bien, haz lo que sea mejor para ti, me tengo que ir, cuídate hermosa.
-Adiós Copper.
Cuelgo la llamada, sin duda Copper es el mejor manager que pude haber tenido, a el nunca le ha importado mi publicidad mas que mi salud o lo que yo quiera. Cuando tenia mi relación, el la aceptaba y aceptaba ciertos puntos de Erick para llevar todo tranquilo y sin pleitos o peleas. Siempre tuvo paciencia, a veces de más.
Quito el cabello de mi rostro pues el aire lo pone todo mal, ya es de noche por lo que decido apagar las luces y la fogata y meterme en mi casa, aveces las noches son muy frías ya que estamos en esas fechas en que hace más frío que calor.
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No Quiero Esto...
Teen FictionBethany Hamilton tiene sus planes muy marcados. Casarse a los veintisiete años y después de unos meses tener su primer hijo, vivir una vida tranquila y serena junto con la persona que le juro amor desde su adolescencia. Todo planeado. Sin embargo su...