¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPITULO DOCE ❛ES ENCANTADOR ESTAR SENTADA AQUÍ CONTIGO❜
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
━━━━━━ (🧠) ━━━━━━
BROOK SALVATORE
Grandes expectativas.
Había marcado esas palabras en mi cabeza, como si se tratara de un mensaje tallado en madera y al mismo tiempo, como si se tratara de una pizarra con reglas.
Las grandes expectativas se formulan cuando tienes un plan y por el momento, tu plan se ha ejecutado a la perfección, por lo tanto la esperanza de los espectadores de tu vida observan tus movimientos y comienzan a apostar por ti. Era una forma poética de describir lo que todo el mundo piensa sobre mí. Yo, Brooklyn Salvatore era la hija de Victor Salvatore y era no solo su primera hija, si no, con un excelente futuro por delante.
Un prodigio en las matemáticas, un prodigio en la ciencia y al mismo tiempo un prodigio en la magia.
Era escalofriante crecer en una familia con un gran apellido como lo era el apellido Salvatore.
Era una familia con bastante dinero y una familia con bastante talento, asi como los secretos de la misma familia.
Durante siglos mi abuelo había tratado de esconder las raras habilidades que se le habían heredado, hasta cierto punto, dejó de importarle y se dió cuenta de que las habilidades que corrían por nuestras venas eran valiosas. La magia no era un peligro, la magia no era algo debía de esconderse, hasta que la guerra cayó y se vio obligado a hacer algo al respecto.
Francesco Salvatore había ido a la guerra para cumplir con las acciones de un hombre honorable, defendió a muchas personas, a pesar de todas las locuras que se habían cometido, lo hubiera hecho mil veces si eso garantizaba el futuro de su familia.
Con todo el dinero del mundo, después de la guerra, mi abuelo había ayudado a construir una de las agencias de espionaje más eficiente del mundo. Luego se hizo de una familia y aquí estaba yo, Brooklyn de diecisiete años, con todo un futuro por delante sentada en el asiento de un avión privado y sosteniendo a mi hermana recién nacida entre mis brazos.
