"Más allá de las páginas"

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—Así que aquí termina, ¿no es así? No hay más capítulos, ¿cierto? Dijiste que estaba terminando y eso fue hace mucho tiempo.

Miré fijamente hacia el cielo, era el mismo cielo que siempre ha sido, excepto por algunas nubes de lluvia que no estaban hace algunos minutos. No estaba lloviendo, pero todavía estaban flotando allí, grises y tristes.

Comenzaste a preguntarme algo.

—No me preguntes como lo sé, sólo es así. Eventualmente... llegaremos al final, ¿o no?

Me senté en una banca. ¿Estaba allí antes? No sabía con seguridad.

—¿Dijiste que sí? Creo que te escuché. Tu voz se vuelve cada vez más distante y difícil de oír"

Un trueno hizo vibrar el suelo, pero... no era como los truenos a los que estoy acostumbrado. Sonaba como tú, y sonaba triste. Desde una de las nubes, cayó una sola gota que eventualmente chocó con la madera de la banca.

—Estás llorando, ¿cierto? Lo siento, de verdad lo siento mucho. Desearía poder cambiar esto. Desearía poder llegar a dónde sea que estés.

Un trueno resonó otra vez, y detrás de él se escuchó tu voz. Era tu voz.

—¿Yo? Estaré bien, eso creo. No sé si esto ha pasado antes. Realmente no sé qué pasará cuando tú... cierres el libro.

Me preguntaste si tenía miedo.

Y, extrañamente, no lo tenía.

—No, de hecho. Porque... lo que sea que me suceda cuando cierres el libro... siempre puedes volver a abrirlo, ¿verdad? —y en ese momento me golpeó la respuesta, el darme cuenta me hizo ponerme de pie otra vez— Eso es, ¿cierto? Puedes volver a abrir el libro. Las palabras no cambiarán, pero yo seguiré aquí. Puedes conocerme otra vez, y yo puedo conocerte a tí, y todo lo que tenemos volverá.

Comenzó a llover, y las nubes se fusionaron como si fueran una ventana, y en ellas, por la primera vez, pude verte.

Eras la persona más hermosa que había visto en toda mi vida.

Estabas llorando, pero es un llanto silencioso, y quizás los truenos eran el sonido de tus lágrimas golpeando el papel.

Me di cuenta de que no disponíamos de mucho tiempo.

—Escucha, antes de que acabe todo, quiero que sepas que todo, todo esto... incluso que tenga que acabar, valió la pena. Valió la pena verte, llegar a conocerte. Incluso si cierras el libro y yo desaparezco, todo valió la pena. Te amo."

Tú también me amas, lo sé, puedo sentirlo, y por un pequeño momento me permito soñar con lo maravilloso que sería tomar tu mano.

Hay una pausa muy grande, y me doy cuenta de que estás tratando de prolongar nuestro momento juntos y evitar lo inevitable.

—Puedes hacerlo.

Por primera vez, te toca ser el héroe. Tienes que cerrar el libro para que podamos continuar. Creo en ti.

El cielo se vuelve más oscuro, lentamente, pero luego se ilumina otra vez, y tu rostro vuelve aparecer en las nubes. Abres la boca y por primera vez, puedo escucharte, no sólo siento lo que dices o lo entiendo en mi cabeza, tu voz llega a través de las páginas en tu mundo dentro de la realidad del mío, y puedo escuchar cada palabra.

—Nunca te olvidaré —dices—. Volveré pronto.

...

—Te amo —susurra ella cerrando suavemente el libro. Su fantasía debe terminar y él debe morir sin importar que tan asombroso fuera su amor. Las lágrimas se deslizan por sus mejillas, cayendo sobre la contraportada de su amado libro. El libro en cuál yace el amor de su vida. Su corazón le ruega que lo vuelva a abrir pero no puede seguir así. Debe seguir adelante y vivir una vida fuera de su precioso libro. Su cuerpo tiembla en protesta mientras camina al estante, deslizando el libro entre los otros lentamente. No será permanente, se dijo a si misma. Ella volverá y leerá la historia otra vez, y volverá a enamorarse de él. Limpiándose las lágrimas, se giró hacia la puerta, pero se congeló en el acto.

Un hombre descansaba bajo el umbral de la puerta, mirándola con una enorme dulzura. Ella conocía ese rostro. Era exactamente como lo había imaginado, desde la línea de su mandíbula hasta el color de sus ojos. Esto no puede ser posible.

—¿Por qué lloras? —oh, su voz. Era su voz. Era tan hipnótica como había imaginado. Su mente su nubló mientras el corazón le latía con fuerza. Ella lucho por encontrar las palabras adecuadas mientras él se acercaba y tiernamente le acariciaba el rostro—. ¿Qué está mal? ¿Pasó algo?"

Ella no podía respirar. —¿Eres real?

—No creíste que te dejaría, ¿o sí? —él guiñó un ojo y le regaló una sonrisa maliciosa—. Aunque rompí algunas cosas en el proceso.

Ella volteó hacia el estante. Su amado libro ahora se encontraba destrozado en el suelo, con las páginas derramadas. Parpadeó, sorprendida. Las páginas ahora estaban en blanco.

—Espero no te importe —dijo él un poco preocupado.

Ella se volteó con lágrimas de felicidad en sus ojos. —Estás aquí, conmigo. Eso es lo único que me importa.

Él sonrió y miró sus labios con deseo. Siguiendo la silenciosa petición que él había hecho, ella besó esos perfectos labios que sólo había podido besar en sus sueños.

One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora