Capítulo 4. Hidden Maiden

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—¡Aléjate de mí maldito! ¡En nombre de Jesús aléjate!— exclamo mirándolo mientras me persigno una y otra vez.

Los ojos de Kadrim comienzan a tornarse completamente blancos, y de su boca salen palabras indecifrables, en ese momento la situación empieza a convertirse en una auténtica escena macabra.

Oh rayos.

—Jajajaja- Kadrim suelta una sonora carcajada —jajajajajajaja—se detiene un poco y continúa— que interesantes son los humanos, aún no puedo entender su peculiar forma de repeler a las entidades demoniacas...

¡¿Pero que diablos dijo?!

—¿En... entidades demoniacas?— pregunto horrorizada.

—¿Te sorprende?— me mira confundido
—Pensé que siendo la reencarnación de la mítica Viviane estabas informada al respecto, pero solo puedo ver que eres una simple niñita asustadiza

—¿Qué? ¿la reencarnación de quién? ¡Eres un maldito loco! ¡Ayudaaaaa!

Kadrim frunce el ceño y hace una mueca de disgusto.

Me sujeta con fuerza del brazo y me mira enfurecido.

—¿Acaso quieres que te arranque la garganta?

—¿Romina?— escucho la voz de mi madre afuera de mi habitación —¿Romina? ¿Estás bien hija?

—Si... Si mamá- respondo —Es que me asusté porque encontré una asquerosa "rata" sobre mi cama.

Kadrim arquea las cejas sorprendido ante mi comentario y tuerce la boca con enfado.

—¿Pero estás bien hija?— insiste mi madre

—Si mamá..

—Voy a entrar Romina

—No... no mamá, no es necesario, ya me deshice de la maldita sabandija

Kadrim me mira de reojo.

De pronto, la manilla gira y la puerta se abre.

—Hija, estás segura que no pasaba nada más, me pareció haber escuchado ruidos- dice mi madre asomándose por la puerta.

Observo por el rabillo del ojo a mi alrededor y me percato de que el estúpido demonio se ha esfumado en cuestión de segundos.

Suspiro con alivio.

—Si mamá, es que estaba tratando de pegarle al animal y sin querer rompí unas cosas... pero todo bien- sonrío levemente.

—Em... okay, bueno ya duermete hija, ya es tarde..

—Si mamá, hasta mañana, descansa...

Mi madre cierra la puerta y se va.

Posteriormente observo a mi alrededor y no veo algún indicio de Kadrim por ningún lado.

Espero que ese imbécil me deje en paz, ojalá no vuelva nunca más.

Apago las luces y me dirijo a mi cama para recostarme.

Cierro mis ojos y me dispongo a recitar el Padre Nuestro hasta quedarme dormida, no lo hago con frecuencia, pero en este momento estoy siendo acosada por un disque "demonio", así que es mi única protección.

♦♦♦

Los tibios rayos del sol entran por mi ventana y palpan suavemente mi rostro haciendome despertar.

Estiro mis brazos con tranquilidad, pero después recuerdo al aterrador visitante de anoche y mi calma desaparece.

Inspecciono la habitación con precaución y me percato de que no hay nada de Kadrim por ningun lado.
O al menos eso creo.

Me levanto de mi cama y me meto a la regadera.

Salgo después de 5 minutos envuelta en una toalla y para mi sorpresa, observo a Kadrim recostado sobre mi cama.

Carajo.

—¿Y tú... qué estás haciendo aquí?— digo con un poco de temor.

Él me mira fijamente. Y rápidamente se pone frente a mí.

Lo miro extrañada.

Él visualiza mi rostro con curiosidad.

Me siento incómoda ante su mirar. El nerviosismo recorre mi cuerpo, principalmente mis piernas.

Doy un paso hacia atrás y el da uno hacia adelante.

—Déjame en paz por favor— suplico angustiada.

Mis temblorosas lágrimas caen de mis ojos lentamente rodando sobre mis mejillas.

Kadrim sonríe maléficamente, parece disfrutar verme de esa manera, tan asustada, de pronto sus dientes se afilan, haciendo la ilusión de que de pinchos se trataran, se acerca más a mi rostro, puedo sentir su tosca respiración en mi mejilla.

Mi pecho sube y baja con desesperación. Trato de tranquilizarme pero el pánico es más poderoso que mi autocontrol.

—Déjame en paz..— repito casi en un susurro.

Sus ojos azules se clavan en los míos de manera aterradora.

—No te dejaré en paz... No hasta obtener lo que quiero.

—¿Y qué es lo que quieres?

—Si te lo digo, dejaría de ser interesante...

—Si tratas de vengarte de esa chica, lamento mucho decirte que no soy ella, así que deja de molestarme.

Él me mira sorprendido por unos segundos y después su expresión regresa a su antigua serenidad.

Gira y se encamina hacia un pequeño sofá para después
sentarse en él relajadamente y bostezar.

—He esperado demasiado tiempo para que tu alma regresara a este plano terrenal así que por supuesto que no pienso dejarte en paz— sonríe cínicamente.

De pronto mi celular suena interrumpiendo la tensión del momento.

Llamada entrante de un número desconocido

—¿Si?

¿Romina Montalvo?

—Sí, soy yo

Solicitamos te presentes en la Plaza Revolución a las 12:00 de la tarde, sabemos que un espectro está contigo, pero no temas, nosotros te brindaremos protección

—¡¿Quién habla?! ¡¿Cómo saben eso?!

...no dudes en venir, es un asunto de vida o muerte.

—¡¿Quién habla por Dios?! ¡Necesito saber quién habla!

—... — el extraño número cuelga.

Observo a Kadrim y el me observa atónito, claramente escuchó aquella conversación y su rostro expresa total sorpresa e inquietud.

—Malditos..— pronuncia a lo bajo con un poco de fastidio.

—¿Quienes son?

Kadrim suspira agotado.

—Son miembros de la fraternidad Hidden Maiden, y por lo visto ya saben de tu existencia

—¡¿Qué?! ¿Y para qué me quieren a mí?

—...Es una larga historia— sus ojos se posan fijamente en los míos y una maliciosa sonrisa se dibuja en su rostro —Lo único que puedo decirte es que van a asesinarte.

Un Demonio Viene A Verme © [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora