Capítulo 9. La propuesta

21 3 0
                                    

Tomo la fotografía en mi mano y la observo, es ella, sin duda, es Angélica.

Es su misma cara, pero tiene un vestido propio del virreinato, no puede ser posible.

Es su misma cara, pero tiene un vestido propio del virreinato, no puede ser posible

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Pero que diablos hace en el cuarto de Kadrim una foto de mi madrastra? :0

—¿Qué estás haciendo aquí?— escucho la voz de Kadrim desde la entrada.

Su voz me produce un pequeño sobresalto, volteo y lo veo allí, con los brazos cruzados y mirada inquisitiva.

—Am... Nada... Yo solo...— digo con nerviosismo.

—No debes estar aquí— pronuncia tratando de sonar calmado.

—Sí lo sé, pero... ¿Puedes explicarme quien es ella?— le muestro la imagen de la mujer.

Ve la imagen y luego me mira con el ceño fruncido.

—Eso no te incumbe— me arrebata la fotografía y camina hacia el tocador para volverla a poner en el cajón.

—Claro que sí me incumbe, ella es idéntica a mi madrastra Angélica— me cruzo de brazos.

Kadrim voltea sobre su hombro y luego se gira totalmente en mi dirección, su rostro denota confusión.

—¿Qué dices?

—Sí, esa mujer es idéntica a la esposa de mi padre, ella se llama Angélica Montecarlo.

Kadrim pasa sus dedos por su melena, y camina de un lado a otro, meditando.

—No puede ser— susurra —Esa mujer seguramente falleció hace muchos años —Aunque...— acaricia su barbilla pensativo—...Puede que sea su reencarnación— su rostro se ilumina y me mira —Tengo que conocerla en persona, ¿dónde está?

—No te voy a decir... No quiero que involucres a mi familia en esto.

—Me vas a decir donde vive esa maldita— me mira enfurecido.

—¡Oye, es mi madrastra, un poco mas de respeto!

—Esa mujer... Es una perra...— se incorpora— tengo que verla en persona.

—Claro que no. No puedo permitir que le hagas daño, es la esposa de mi padre.

—Pero que tenemos aquí, ustedes dos discutiendo y yo perdiendo el tiempo, esperando a esta niña insolente en el salón— interrumpe Bernardo.

Kadrim y yo, volteamos verlo.

—Bernardo... yo— pronuncia Kadrim.

—Nada, Kadrim, me estas haciendo las cosas más difíciles. Solamente tienes que hacer lo que te digo y punto.

—¿No te das cuenta? Me tratas como un subordinado, cuando mi estirpe es más poderosa que la tuya— gruñe Kadrim.

—De eso no hay ninguna duda, eres hijo del gran Therion, pero por haberte involucrado sentimentalmente con una humana has perdido tu verdadero poder, eres débil— Bernardo se aproxima a Kadrim —Un demonio que no se puede transformar en su verdadera forma, es una deshonra— se acerca a su oído —Tenlo siempre presente.

El rostro de Kadrim se mantiene serio, pero algo me dice que está que se lo lleva el demonio, literal xd, el pelinegro observa a Bernardo con una mezcla de frustración y enojo.

Al parecer aquellas palabras han logrado herirlo de alguna forma.

Mientras tanto yo, en segundo plano, escucho atentamente con asombro las palabras de Bernardo hacia Kadrim :0

—Oye no me mires así, Kadrim— continúa Bernardo y comienza a caminar lentamente de un lado a otro —Sabes que de ti depende que eso cambie— lo señala —De ti depende volver a ser el demonio poderoso que una vez fuiste, antes de que esa mujer te volviera débil. Sabes que eres como un hermano para mí, y espero que vuelvas a ser quien eras— el rubio le ofrece una ultima sonrisa a su compañero —Ahora, si me permites, me llevaré a la dama.

Bernardo me toma del brazo.

—No— exclamo enojada.

El rubio me mira sorprendido y luego ríe levemente.

—Uy... Mira nada más ese caracter, lástima que no te servirá de nada— dice Bernardo mostrándome una sonrisa áspera —Vendrás conmigo. Y deja de resistirte, repito, no te servirá de nada.

Por último, volteo a ver a Kadrim, y permanece con la mirada fija en un punto, hundido en sus pensamientos con el rostro inexpresivo.

—Anda— con un ademán, el rubio me señala la puerta para que salga —No te preocupes por Kadrim, al rato se le pasa.

Ambos salimos de la habitación y Bernardo cierra la puerta.

—Ven cariño— me toma del brazo y caminamos a lo largo del pasillo —Observa todas estas reliquias— se detiene un poco y señala todas las estatuillas y pinturas que adornan el corredor —Algunas tienen siglos e incluso milenios, ¿es impresionante no crees?

—Si...—respondo con cansancio.

—Oye nena, ¿por que esa carita de tristeza?— me mira "preocupado"

—Quiero irme casa, quiero ver a mi mamá— respondo mirándolo.

—Oh, si..— simula una voz compasiva —Olvidaba que los humanos son tan apegados a sus progenitores, que lamentable... Pero déjame decirte algo...— el demonio toma mi mano y la engancha en su brazo —Si tú me lo permites, yo te daré todo lo que quieras...

Caminamos a lo largo del enorme pasillo, hasta llegar a unas escaleras de madera.

—Por aquí — me sugiere bajar por las escaleras.

Ambos bajamos uno a uno los escalones.

—Como puedes ver, esta mansión, tiene un sinfín de recámaras, una de ellas puede ser tuya, te puedo ofrecer el auto que desees, te puedo llevar a cualquier lugar del planeta, te puedo comprar cuanta ropa quieras, te ofrezco seguridad personal, puedo conseguir el mejor caballero con el cual casarte y tener hijos, te puedo ofrecer lo que desees. Incluso puedo cortarle la cabeza a Annette ahora mismo por haberte lastimado, si así lo deseas. Jajajaja, eso es broma.

—¿Y por que harías eso por mí?¿A cambio de qué?

Ambos bajamos finalmente al salón.

Bernardo se detiene y me observa fascinado, sus ojos negros destellan un brillo infernal.

—De tu alma.

Un Demonio Viene A Verme © [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora