Es solo un idiota.

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Estaba preparándome para acostarme, cuando mi hermano mayor, James, abre la puerta saltando encima mío como idiota.

—¿Donde está papá?– pregunté

—Está hablando con un vecino de aquí.

—¿Quién?– pregunté preocupada.

—Es un chico de pelo castaño, deberías conocerlo, va en tu mismo colegio.

—¿¡Qué?!– grité corriendo hasta la ventana para encontrarme con mi padre y Amanda, la madre de Alex.

Nos dirigimos a la casa de Alex con James.

Nos invitaron a pasar, la sala era inmensa, al igual que la mía. Claro que ya conocía la casa.

—Anda al cuarto de Alex, debe estar leyendo.

Ja ja, claro, él leyendo...

Subí las escaleras y me sorprendí al verlo leyendo. Si, señoras y señores, estaba leyendo.

Me acerqué y me ignoró por completo, hasta que se dio cuando de mi presencia.

—Ah, hola

—Hola.– dije sonriendo– Mi casa está al frente y...

—¡Ay!, no jodas– dijo seco y con un notorio tono sarcástico.

—Pero... ¿Qué mierda te pasa?, ¿eres idiota o qué?– definitivamente es solo un idiota.

Salí de allí, ya que estaba estaba muy irritante y eso me molestaba.

Algo me detuvo, era Dacota, una de las putas del colegio.

—¿Qué quieres?– dije furiosa.

—Deja de coquetearle a mi novio.

—Él no es tu novio– dije alzando una ceja.

—¿Ah sí?, anda Alexander dile, dile que eres solo mío ahora– dijo a Alexander que estaba atrás de mí, ¿cuándo llegó allí? Ni la más puta idea.

—No soy tuyo Dacota, hay mucha diferencia entre buscar a alguien por placer, que buscarlo por amor, contigo solo tengo relaciones, no quiero que te armes una película. Eres igual a las demás. No soy estúpido. Estas conmigo y quizás con cuantos más.– Su seriedad me asustó.

Pobre, sentí algo de lástima por ella.

Ella se fue hecha una furia del lugar.

Alex me miró, me tomo de la mano y me llevó a un lugar desconocido para mí, era la plaza del lugar. Lo sé, mi idiotez sobrepasa los límites esta vez– ante esto sonreí.– estaba algo enojada por su bipolarismo, pero no quise arruinar el momento. Además, vamos. bajó de la nube a mi amiga Dacota.

Para disfrutar más el momento decidí acostarme en el césped para relajarme, y saqué mi celular para escuchar música, pero él se antepuso ante mis movimientos y me quitó el celular antes de que pudiera encenderlo.

—Pásamelo idiota– alcé la mano para alcanzarlo, pero el muy maldito era muy alto.

—No.

—¿Por qué no?

—Quiero que disfrutes el momento.

Entonces él se recostó junto a mí y hablamos sobre nosotros.

—¿Eres virgen?– preguntó de repente mirándome los ojos. Me sentí incómoda ante su pregunta.

—No– dije con un tono enojado.

—Creo que no tenía por qué preguntarlo, una niñita pequeña, tierna e infantil como tú, definitivamente si lo es– dijo mientras reía.

-Como digas- dije rodando los ojos. Realmente no lo era.

El momento era hermoso, a pesar de sus preguntas incomodas.

—Tengo que volver, ya es muy tarde.

Luego de hablar por al menos una hora, me percaté de la hora, y era tarde.

—¿Vamos?– preguntó

—Bueno.

Empezó a llover y yo estaba con un short y una polera negra, sin mangas, me arrepentí de haber estado vestida así. Había sol en la tarde, ni un rastro de nubes.

Como todo un cliché me pasó su chaqueta.

Era negra, un color hermoso para mí.

Entre todos mis pensamientos, olvidé devolverla. Pero bueno era mi vecino, se la devolvería.

Subí las escaleras lo más rápido que pude y leí un mensaje de un número desconocido.

Desconocido:

"El negro te queda bien :)"

Suponía que era Alex.

Audey:

"Todo me queda mal"respondí sinceramente a través de un mensaje.

Alexander:

No ¿y sabes por qué?

Porque eres hermosa.

Mi tutor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora