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Maratón 1/3

Por estar a tu lado...
con tu mano en mi mano, yo
me escapo contigo.

JOAQUIN:

Me mire un momento más en el espejo esperando que mis ojos no me traicionaran e hicieran que más lágrimas brotaran al regresar a esa mesa, a ese momento en donde yo era quien sobraba. Al menos mis ojos ya no estaban rojos. Eso ya era un alivio, pues ya de por sí fingir una sonrisa estaba siendo difícil, no podría seguir con esta actuación si mis ojos dijeran todo lo que yo no podía. Soltando un suspiro largo, me dispuse a volver a la mesa.

Que la noche continúe.

El lugar estaba un poco más lleno, supuse de inmediato que era porque ya era un poco tarde, y la gente venía a terminar su noche con un poco de pizza. Llegue a la mesa y me sorprendí un poco al ver a Emilio sentado solo, dirigió su mirada a mí y nuestros ojos se encontraron unos segundos, antes de que fuera yo quien desviara la mirada.

-¿Estas bien? –me pregunto al sentarme.

Asentí como respuesta, tratando de quitarle importancia y de no verlo a los ojos, porque sabía que Emilio podía sentir mi incomodidad. Dios, Emilio podía sentir todo lo que yo sentía, aun no entiendo como es tan pendejo para ignorar el golpeteo de mi corazón todo el tiempo. Incluso siento que Ale podía escucharlo hace un rato.

-¿Dónde está Alejandra? –pregunte tratando de desviar el tema.

-Fue a contestar una llamada. –contesto jugando con su vaso de refresco.

Hice un sonido de afirmación y tome un pedazo más de pizza para después comerlo, tratando de hacer que la incomodidad que se sentía entre nosotros desapareciera, esto estaba siendo demasiado raro. Entre nosotros nunca existió esta clase de silencio.

-Joaco. –dijo Emilio rompiendo el hielo.

-¿Si? –pregunte aun sin mirarlo, mi vista estaba totalmente puesta en mi pizza.

-¿Puedo hacerte una pregunta? –pregunta rascando su nuca de manera tensa.

Fruncí el ceño de inmediato. ¿Qué?

-¿Desde cuándo me preguntas antes de hacer algo? –pregunte mirándolo al fin.

Sus ojos se encuentran con los míos y mi corazón late desenfrenado, dios, estoy siendo ridículo. Convenciéndome de que debo dejar de comportarme como un niño, le mantengo la mirada, esperando su pregunta.

-¿Por qué no te cae bien Ale? –dice al fin bebiendo un poco de refresco.

Me quedo en silencio mirándolo, tratando de convencerme de que el idiota no sabe nada de mis sentimientos y por eso está haciendo una pregunta tan estúpida como esa. En definitiva Emilio sigue siendo el chico al que tenía que ayudar con su tarea, ya que era demasiado distraído en clase y nunca hacia apuntes, sigue siendo ese mismo chico que cuando tenía 10 años me pregunto cómo nacían los bebes, ya que su padre no le dejo preguntar eso en la cena, y no entendió la indirecta de "no preguntes eso a esta edad". Emilio sigue siendo ese chico, y ese chico no sabe nada de lo que está preguntando.

-Al parecer ella me odia. –digo al fin cruzando los brazos en mi pecho.

-Ella es un poco tímida, estoy seguro de que si se conocen más a fondo pueden ser bueno amigos... -dice mirando hacia abajo.

Mi corazón duele ante esa posibilidad. ¿Ser amigo de Alejandra? ¿En serio? Nunca me terminaron de agradar ninguna de sus novias, y eso que no todas eran unas mamonas, algunas incluso eran agradables. Claro que todas dejaban de hablarme en cuanto Emilio terminaba con ellas, pero tenían sus razones. Sin embargo... Alejandra está siendo la excepción para muchas cosas, porque a ella si la quieres. Y definitivamente, eso es suficiente como para que yo no la quiera. No al menos a su lado.

Part of me. || Emiliaco. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora