Capítulo 5

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Confundida

Hoy pintaba ser un lunes pésimo, aún estaba cansada del día anterior, tantos aparatos no eran buenos para mi dolor de cabeza y mucho menos pasar la noche en vela averiguando cual había sido el detonante para empezar a ver a Dylan como algo más que un amigo.

Lo único que pude culpar fue a mi mente calenturienta y esa respuesta no me dejaba tranquila.

Cuando pase a buscar mi café habitual por el trabajo de Dylan tenía puesto su delantal blanco y un gorro que tapaba su pelo desordenado y juraría que se veía sexi con su uniforme, tuve que darme una cachetada mental para alejar ese pensamiento y mostrarle una sonrisa agradable y no lanzármele al cuello en busca de un beso.

Me sentía demasiado confundida para el bienestar de mi salud mental sumándole la nota pegada a mi café

“Esa fina línea entre querer pasar el rato y querer pasar la vida”, esta tenía la letra a señalada, A de amor, joder estaba peor de lo que pensé, ahora todo tenía un doble significado para mí, necesitaba un respiro.

Sentí la campanita de la puerta mientras guardaba la nota junto a las otras en la primera gaveta de mi escritorio.

Era el rubio de la noche del sábado quien estaba parado frente a mi o era alucinaciones, moví un poco la cabeza intentando aclararme y si, era el, que me mostraba una sonrisa.

-Hola puedo ayudarte en algo-comencé con una sonrisa ensayada

-Claro, espera- se quedó pensando un poco mientras me miraba fijamente-no eres la chica del club.

-Creo que soy más la chica de la librería- sonreí- pero si soy yo.

-Jajaja si, sabía que tu rostro me era conocido, no se olvida una cara como la tuya de un día para otro-me dijo con una sonrisa de medio lado

-Si supongo- respondí sintiendo como el color rojo dominaba mi rostro

-Y con un bello sonrojo, no se ve ya mucho eso en la ciudad-

Dije solo mi rostro, retíralo, ya todo mi cuerpo era dominado por el color rojo
Murmuro algo que no logre definir y me tendió la mano

-Creo que he perdido un poco los modales, perdón mi nombre es Adam Klenar

-Mucho gusto, Abril Boston- dije devolviéndole el gesto

-Encantado Abril, tienes una librería preciosa, por cierto

-Gracias, estás buscando algún libro supongo- le dije intentando entrar en mi zona de confort.

-Si, tienes algún policiaco que me recomiendes- pregunto

-Creo que podría ayudarte, sígueme- le dije saliendo de atrás de mi escritorio adentrándome en la fila de ficción.

Pasamos casi media hora buscando uno que fuera de su agrado hasta que se decidió por dos que yo ya había leído

-Hiciste buena elección- le dije mientras le devolvía el cambio.

-Fue gracias a ti, me dejarías agradecértelo con un café-

-Seguro

-Entonces paso a la hora del cierre – comentó mirando el cartel del horario que había en la puerta

-Vale, nos vemos en un rato

-Estaré ansioso- se despido con una sonrisa.

Después de que se fuera tuve un día bastante tranquilo con alguno de mis clientes habituales, me salte el almuerzo intentando evitar a Dylan, aunque sabía que no iba a durar mucho, pero necesitaba algunas horas para acomodar mi mente antes de volver a verlo.

Junio ( Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora