III - Perezoso -

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Chan se había levantado antes para preparar el desayuno, Hyunjin le había dicho que entraba a las ocho de la mañana y supuso que su amo debía levantarse a las siete por lo menos para darse una ducha rápida, y desayunar, pero el humano no despertaba.

—Amo— le picó la mejilla obteniendo un manotazo de su parte

—Amo— le picó las costillas, pero sólo se removió

—Amo— le mordió el brazo.

—¡Mierda! — exclamó despertando de golpe—Chan eres malo—de pronto la cadena reapareció en sus manos.

—Lo siento amo— hizo una reverencia.
Hunjin repitió la acción de la noche anterior desapareciendo la cadena.

—No me llames así— le sonrió— dime sólo Hyunjin.

—Hyunjin llegaras tarde.
Jin se estiró y talló sus ojos con pereza.

—Ya voy—se levantó estirándose como si de un gato se tratase, entró arrastrando los pies al baño.

—Perezoso— susurró Chan para sí.

Hyunjin salió del baño con unos pantalones de mezclilla azul gastados y una camisa blanca cuello v, unos vans blancos y arrastraba una sudadera.

—El desayuno está hecho— Jin se sentó con lentitud y devoró el desayuno, de nuevo con lentitud se arrastró hasta la puerta.

—Vamos— jaló a Chan tomándolo de la mano. —Si usas sólo negro tendrás calor más tarde— comentó mirando de reojo al mayor que usaba pantalones ajustados negros y una camisa de cuello de tortuga y mangas largas del mismo color junto a unas mineras negras.

—Mi temperatura corporal siempre es la misma— miraba la unión de sus manos.

—Estoy cansado— bostezó el menor.

—Tan perezoso— susurró el mayor sonriendo al ver que el menor no hacía el intento por deshacer el agarre.

En la universidad Hyunjin le mostró una zona donde había bancas.

—Regresaré en unas seis horas— se despidió con un movimiento de mano y una gran sonrisa.

Chan se sentó estilo indio mientras miraba a los adolescentes correr a sus clases, después solo observaba a las avecillas que se posaban en los árboles o la fuente que estaba cerca, esperó y esperó hasta que el sonido de una campana lo hizo ponerse en alerta para cuando Chan regresara.

—¿Te aburriste? apuesto a que sí- se giró encontrando a su lindo amo con otras personas acompañándolo.

—No— miró a los otros con desconfianza.

—Son mis amigos— puso un chico de cabellos negros bajito y musculoso frente a él— este es changbin minnidark— el bajito le dio un puñetazo en el estómago frunciendo el entrecejo.

—Un gusto Changbin minnidark— Chan hizo una reverencia— nombre extraño me atrevo a decir.

—Ese no es mi nombre, soy sólo Changbin— sonrió amable a Chan.

—Como sea— Hyunjin lo apartó y trajo a otro que estaba teñido de castaño y tenía algo pobladas sus cejas castañas, de piel blanca y labios carnosos— él es Minho.

—Un gusto— otra reverencia.

—También es conocido como mamá Minho— el rubio asintió confirmando lo que decía Hyunjin— hizo a un lado a Minho y le puso frente a un chico igual de bajo que Changbin con el cabello rubio, bonitas piernas y su piel semejante a la porcelana— él es Felix.

—Qué bonito es—Chan se acercó y picó la mejilla del bajito, recibiendo un puchero de enojo que sólo logró que Chan muriera de ternura y lo abrazara fuertemente.

—Hey— Hyunjin jaló a Felix zafándolo del abrazo de Chan— No lo abraces de esa manera tú eres mío.
Todos miraron por un momento a Hyunjin que se puso rojo.

—Yo soy Jisung — se presentó por sí mismo un chico unos cinco centímetros más bajo que Hyunjin, de tez canela y cabello negro.

—Es un gusto conocer a todos— hizo una reverencia.

—Falta uno— habló Hyunjin— Sólo que está en la preparatoria, tal vez este sábado lo conozcas— sonrío— no me creen que eres un demonio.

—No me parece algo que debas decirle a todo el mundo— frunció el entrecejo.

—Ellos son de mucha confianza— afirmó lleno de orgullo por sus amigos.
—Te voy a creer.

—Muéstrales algo que les haga creer que sí eres un demonio— pidió juntando sus manos.

Chan suspiró se quitó la camisa, haciendo que todos se sonrojaran al instante, todos escaneaban los pectorales y abdominales de Chan, admiraron sus tatuajes, el mayor se dio la vuelta mostrando dos marcas en su espalda que formaba dos líneas diagonales.

—Son de alas— en la espalda de Chan se removían algunos bultos, hasta que las marcas se comenzaron a abrir dejando ver plumas negras.

—¡Suficiente! — gritó Hyunjin tapándose los ojos.

Chan se giró para mirarlos y se puso de nuevo la camisa.

—Te creemos— habló La mama por todos que aún seguían como en trance.
A Chan no le agradaba que más personas supieran que él estaba ahí, eso podía traer problemas.

"악̷마̷" ϲнαиנιи  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora