XI - Intento De Seducción -

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Hyunjin sintió algo suave pero firme debajo suyo, palmeó la zona a su alrededor con los ojos cerrados, sintió algo duro que tenía que apretar, lo hizo, apretó fuertemente ganándose un grito de dolor.
Abrió los ojos de impresión, miró hacia arriba encontrándose con la cara de Chan, bajó la mirada a lo que su mano apretaba, encontrándose con que lo que estaba apretando era el miembro de Bang.

—Lo siento— retiró su mano y se apartó del cuerpo contrario.
Chan negó sonriendo.
Hubo un silencio extraño y el mayor fue quien lo rompió.

—Voy a preparar el desayuno— se levantó y depositó un beso en la frente de Hwang.

Hyunjin se cubrió el rostro, había tocado el miembro de su demonio, bajó sus manos y una sonrisa ladina y traviesa se dibujó en sus labios. ¿Cómo se sentiría estar chocando sus pieles? ¿Cómo se sentiría hacer el amor con un demonio? ¿Cómo sería ese momento?
Lo averiguaría esa misma noche o incluso justo ahora no desayunaría comida, desayunaría a Chan.
Se levantó y se quitó la ropa, buscó entre sus cosas una bata de seda lila que alguna vez fue de su mamá, ni el mismo se enorgullecía de tener esa prenda femenina pero ahora serviría, ató la cinta y caminó hasta la cocina viendo a Bang mover algo en un tazón.

—Channie—canturreó meloso abrazando al mayor por la espalda.

—¿Qué pasa Jinnie? —preguntó el otro.

—Quiero desayunar otra cosa—ronroneó.

—¿Fruta? —preguntó desconcertado el otro.

—No— viajó sus manos por el abdomen de Chan, sintiendo las marcas de los músculos a través de la tela de su camiseta negra—Quiero carne.

—Podría hacerte algunas salchichas— Hwang no podía creer que aún con todos los años de la inmortalidad de Chan, el demonio no entendiera que lo que quería era comérselo a él, tener sexo. 

—Si no nos apresuramos—carraspeó el mayor—llegarás tarde a la escuela, es viernes así que da lo mejor, después descansarás— Hyunjin desesperado caminó dando fuertes pisotones.
Chan le dio un plato con salchichas y huevos estrellados.

—Tu bata está abierta— comentó Chan señalando la entrepierna de Hyunjin.

—¿Y? —abrió las piernas un poco más, Chan se sonrojo violentamente y apartó la mirada. —¿No te gusta lo que vez Channie?

—Pues, no sé—se encogió de hombros tratando de sonar despreocupado.

Hwang frunció el entrecejo y cerró su bata, terminó el desayuno y molesto regresó para cambiarse, Chan se sentó en la entrada hasta que salió su precioso humano.
Salieron y por primera vez el humano iba callado, tal vez estaba molesto o iba pensando alguna nueva travesura pues sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa.

Chan se sentó como siempre en la banca, esta vez tenía compañía de un par de ardillitas que se golpeaban por una bellota.

El paso del tiempo le hizo caminar por la escuela con cuidado de no ser descubierto, sólo que era difícil, media casi dos metros, era un tipo grande.
Miraba por las ventanas, muchos adolescentes estudiaban duro y otros sólo se hacían estúpidos.
Encontró el salón de su humano que compartía con sus amigos, lo miró.

"Tiene un perfil hermoso, una sonrisa perfecta" pensó.

Inconscientemente apoyó su mano en el cristal, un escalofrío lo recorrió, se giró y miro a todos lados, se encontraba solo, regresó a la banca y siguió admirando el paisaje.

—Podemos irnos ahora — giró su cabeza encontrándose con la mirada juguetona de su amo.

Caminaron de regreso y el humano aún tenía esa mirada juguetona, había platicado con sus amigos y estos le habían dado unos buenos consejos.

"악̷마̷" ϲнαиנιи  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora