Los días pasaban (...)
Con Sofía, en nuestros días libres, salíamos a pasear. La ciudad, poco a poco, me gustaba. Había muchos más lugares interesantes, que en mi ciudad. No podía faltar un panorama; había todo. Y... así, mi amistad con ella, seguía creciendo, cada día que pasaba. Compartiendo días con ella; buenos y malos momentos.
Era un viernes, como cualquier otro. El día estaba soleado. Me encontraba firmando el libro, para confirmar mi salida. Había tenido una jornada muy relajada. No hicimos mucho.
Ya afuera, me dispuse a caminar, hacia el hotel... No alcancé a atravesar ni una cuadra, cuando aparece Sofía de pronto. Ella, me dice:
- Ismael, espera... ¿Te parece si... vamos a un lado juntos? Digo. Es viernes. Mañana, ambos descansamos.
Le respondí, sin dudarlo:
- ¡Claro que sí! ¿por qué no? -seguido de eso, le dije- ¿dónde te gustaría ir? -Sofía pensó un momento... me contestó, finalmente:
- Hay un hermoso parque, no muy lejos de aquí. Ese lugar me gustaría...
Le asentí, y respondí:
- Claro, genial. Vamos entonces.
Así fue, como mi dirección, cambió por completo. Ya tenía un panorama para esta tarde... (¡aquello sí que me alegraba!).
Mientras caminábamos, íbamos conversando...
- ¿Qué tal tu día, Ismael? ¿Fue una jornada agitada?
Le respondí, muy relajado:
- No, para nada. Fue muy buena. Relajada, la verdad. Y... ¿qué me dices de ti?
Ella me contestó:
- Qué bueno, me alegro por ti. La mía, pues... fue normal. Hice varias cosas, pero no me estresé. La verdad es que acabó bien.
Le sonreí, y le respondí:
- Me alegro, que bueno (...)
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Sólo Algunos Tienen Aquella Suerte
RomanceIsmael se presenta a esta historia como un joven solitario, apartado de las personas, pero amable. Él lleva una vida normal, en un trabajo normal. Pero, lo que hace que esto gire por completo, es la noticia dada por su jefe... 6 meses, fuera de su...