Capítulo 6

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William no estaba acostumbrado a enfrentarse a este tipo de situaciones antes, con Monica todo era mas sencillo, El nunca huía de nada, pero allí, y por primera vez en su vida, estaba dudando de que hacer. Mientras se movía para situarse directamente enfrente de ella.

Alice, sabía que tenía que aprovecharse del factor sorpresa durante unos cuantos segundos como mucho y se giró hacia la pareja de esposos:


—Claro, Y quien no? Mucho gusto, Alice Walker.

—El gusto es mio.

Alice sacudió la cabeza, intentando decir algo que tuviera sentido, algo que la sacara de aquel incomodo encuentro.

Después de todo, sólo había sido una noche, unas horas. ¿Cómo podía recordarla un hombre como él? ¿Por qué querría recordarla? ¿Y cómo podía ella sentir ese dolor inmenso?

Ella soltó su brazo y se dirigió al baño, temiendo ponerse a vomitar allí mismo. Respirando profundamente sobre el lavabo, lo único que deseaba era salir corriendo.

Desde que descubrió que estaba embarazada había sabido que algún día tendría que decirle a William que tenía un bebe suyo en el vientre.

Había visto cómo William trataba a las mujeres que se atrevían a presentarse delante de él, era ridícula la escena, alguien tan importante como William no tenia ni la mínima idea que seria padre de su bebe. Embarazada, y sintiéndose extremadamente vulnerable ante la posible reacción.

–Lo siento mucho, pero tengo que irme.

–Hija, cuídate, nos llamas cuando llegas.

Más tarde, William estaba en su despacho con una copa de whisky. Su pulso seguía acelerado había sido culpa suya, seguía sorprendiéndolo haber bajado la guardia de esa manera con ella y se recordaba a sí mismo mirándola dormir, atónito por la profundidad de su deseo y por su inocencia, se sentía un completo bastardo.

A la mañana siguiente su corazón se detuvo, un lujoso coche negro con varios autos que lo custodiaban se encontraba estacionado al frente de su edificio.

Cuando vio la figura del hombre alto y atlético salir del coche, su mundo se vino abajo, tendría que confesarse.

Estaba enfadado consigo mismo por haber ido allí, odiando haberse dejado llevar por una extraña inquietud, y entonces la vio, algo en ella lo había atraído de manera inmediata.

–Podemos hablar?

– No se que decirle, Sr. Ministro.

–¿Por qué saliste corriendo anoche?

Su voz ronca interrumpió mis pensamientos absurdos sobre un amo y su esclava.

–Yo?...eh

Entonces de pronto empezó a llover y los chicos que estaban afuera de los autos corrieron a buscar refugio dentro del edificio.

William señaló el portal. Una vez en su apartamento, se sentía mas avergonzada aun, antes de salir esta mañana habia dejado todo un desastre de apartamento.

–¿No tienes calefacción? hace un frío terrible...

–¿Desea algo de tomara.?

–Me encantaría tomar un café.

–Me gustaría saber por qué has fingido que no me conocías.

–Sé muy bien que nos conocemos, pero no tengo la menor intención de hacer algo con eso.

–Puede que no lo creas, pero lamenté dejarte como lo hice esa mañana.

–Tranquilo me dejo una nota.

–No sé lo que pensarás de mí, pero te aseguro que no es una costumbre.

_No lo sé, no he pensado si era una costumbre para ti o no.

–Tal vez para ti las aventuras de una noche son algo habitual...

–¿Cómo se atreve a insinuar? Yo no había tenido relaciones hasta que...

–Y, sin embargo, no tuviste ningún problema para acostarte conmigo.

–Dígame que puedo hacer por usted, Sr. Ministro.

–De modo que sabes quién soy. ¿Sabías quién era esa noche?

–No... no lo sabía. Lo supe a la mañana siguiente, cuando vi las noticias, por todos lados mostraban su foto.

El Verdadero Amor de Downing Street (The Downing Street True Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora