Capitulo 2

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Al día siguiente ambos menores despertaron antes que todos, solo les quedaba dos días para huir, así que tenían que tener todo lo necesario para poder marcharse hasta por lo menores llegar a la siguiente villa que quedaba a lo mínimo tres días caminando.

Dieron las 6 AM y el sol comenzó a salir lentamente mientras toda la familia inició nuevamente sus labores, solo que esta vez Gretel fue con su padre, el cual no se negó a llevarla, pero en cambio Hänsel se quedaría con la madrastra.

—Hänsel, pequeño hijo, ven aquí, quiero confeccionarte un chaleco nuevo — Hänsel se acercó y dejó que le tomara las medidas

—Hijo querido, se que no soy tu madre biológica, pero te quiero como si lo fuera— Comenzó a hablar mientras media y apuntaba —He visto como haz crecido, Ahora eres más alto, fuerte, pero tus manos siguen siendo suaves a pesar del trabajo rudo que realizas, sigues siendo un dulce niño—

La sonrisa de aquella mujer causaba que Hänsel temblara de miedo, sin embargo no lo demostraba.

La madrastra terminó de tomar medidas y acomodó su cabello negro y ondulado.

Uno fácilmente podía darse cuenta de qué esos dos niños no eran de ella, ellos eran de cabello café claro casi tirando al rubio (Esto se notaba más en Gretel), de piel blanca, y ojos azules, eran igual al padre, en cambio ella era de tez morena con cabello negro azabache y ojos grises.

La tarde transcurrió y se repitió la misma rutina.

Ya ambos chicos en la cama se miraron el una al otro.

—Mañana en la noche cuando se duerman, nos iremos— Dijo Gretel demasiado convencida de sus desiciones —No lo se hermana, me estoy arrepintiendo— Gretel miro a su hermano demasiado confundida

—¿Por que tu cambio tan repentino?—

—No creo que sea mala, ella no lo puede ser, es muy bondadosa y buena— La menor le dio una cachetada a su hermano —¿Que es lo que te sucede?, ¿Te lavaron el cerebro?— Hänsel suspiro y negó

—No, claro que no, ya se realmente por que quieres irte, es porque estás celosa— Gretel comenzó a reír —¿Es un chiste, cierto?, ¿De que estaría celosa?—

—De que ella me quiere más a mi que a ti, y porque me hace y regala mucho más cosas a mi, si tan solo fueras buena con ella, te trataría igual de bien—

Gretel se dio la vuelta enojada y suspiró

—Buenas noches—

Ambos se durmieron enojados el uno con el otro y no despertaron hasta el día siguiente.

Gretel despertó primero, puesto que ella no pretendía dejar el plan de huir solo por su hermano, poco le importaba si su hermano la acompañaba o no, ella podía protegerse sola.

Dada la hora de despertar todos comenzaron con la rutina, solo que cuando Hänsel se iba a ir con su padre, la mujer le dio una bolsita de tela con deliciosos manjares para que comiera en el camino, esto solo hizo que la menor se enoje.

Ambas mujeres se quedaron solas, pero esta vez la mayor no le dijo nada, de hecho fue la contraria quien comenzó la conversación

—Lo sabes, ¿No?, por eso lo quieres poner en mi contra—

—No se de que estás hablando— Respondió la madrastra de manera tosca y cortante mientras barría la cocina

—No te hagas la inocente, yo lo sé, aunque me lo estés negando, se que eres una mala persona y que realmente nos usas a todos para tu propio beneficio—

La madrastra ya enojada de la actitud de aquella mocosa, la tomó con fuerza del cabello y la tiro al piso

—Cállate niña insolente, una palabra más y te costuro la boca—

Con eso ella se quedó callada hasta que llegó la noche. La velada fue diferente, ella simplemente se fue a dormir sin hablar con nadie, ni siquiera con su hermano.

Cuando dieron las dos de la mañana Gretel se levantó y despertó a Hänsel.

—Vámonos Hänsel, no permitiré que te quedes aquí, esta es una prision— Este se quedó en completo silencio, pero iba a comenzar a gritar, así que Gretel le tapó la boca y le dio un golpe dejándolo dormido —Así estarás mejor—

Se vistió y tomó su mochila junto a la de su hermano, tomó algo de comida pero luego la dejó, algo se encontraría para comer en el camino.

Salió de casa con su pequeña mochila y la de su hermano, la de ella contenía ropa necesaria para unos cuantos días, una navaja de su padre y bastante agua, Hänsel únicamente tenía ropa y ella había colocado una resortera junto unas piedritas de plata.

Había arrastrado a Hänsel ya que aún estaba inconsciente y lo subió a una carretilla roja junto a las mochilas.

Emprendió su viaje sin saber que alguien la observaba

Hansel y Gretel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora