Capítulo Vigésimo: MinSeok.

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MinSeok

Mamá se quedó en mi cuarto, abrazándome y calmando mi llanto, después de que le contara lo que había sucedido. Me alegra tanto poder tenerlo de este modo, contar con él de alguna forma, sus palabras últimamente se han vuelto importantes para mí.

—Minnie... le gustas, y después de lo que le dijiste seguro está herido. Tal vez piensa que le gustas más de lo que él te gusta a ti... —Quiero decirle que fui sincero, que me intención no fue herirle, pero mamá me detiene —Me parece muy bien que hayas sido sincero, porque sé que estas confundido. Son muchas cosas las que has tenido que vivir en este tiempo. Y no puedes decirle algo de lo que no estás seguro. Lamentablemente, si él no puede seguir tu ritmo... tendrán que re ver las cosas...—sus palabras me duelen, porque ya me había imaginado una vida junto JongDae y a nuestra hija, pero imaginarla y decir abiertamente que si quieres casarte o jugar a la familia feliz es muy distinto.

Soy un idiota. No tengo la más mínima idea de cuáles sean mis verdaderos sentimientos. En este momento me siento egoísta, malo y perverso. Pero mamá tiene razón, si yo le hubiera dicho cosas de las que no estoy seguro... estaría jugando con sus buenos sentimientos.

Puedo sentir el cansancio abrazar cada parte de mí cuerpo, hasta Ri Se se había quedado dormida. Poco a poco fui quedándome dormido mientras las manos de mamá me acariciaba la cabeza, peinando mi cabello. Los ojos me latían de tanto haber llorado, la espalda me mataba y los pies ni que decir, así me deje caer en el sueño profundo.

Hasta que un fuerte y ensordecedor ruido me despierta.

Abro los ojos y me inclino de inmediato, llevando mis manos a mi vientre, Ri Se ha pegado un salto al igual que yo y no es nada placentero.

Mamá entra por la puerta, asustado.

—¿Qué sucede? —le pregunto con el corazón en la boca. No logro despabilarme del todo, por lo que lo único que viene a mi mente son posibles ladrones.

—Es JongDae, acaba de llegar.... borracho.

***

Papá no quería dejar pasar a JongDae, pero lo convencí de que no me haría daño, no podría, porque borracho o no, Ri Se es nuestra prioridad. Obligué a papá y a mamá para que lo llevaran hasta nuestra habitación. JongDae no paraba de llorar y decirme que me quería.

Ahora, JongDae descansa sobre la cama, con su mano entrelazada a la mía y sin dejar de repetir cuanto me quiere. Papá se mantiene a mi lado, preparado para detenerlo por si se pone violento o algo así. Mamá ha ido prepara un café bien fuerte.

—Sé que no debo presionarte —Cambia su discurso, tal vez el alcohol empieza a desaparecer de su sistema —Tal vez pido demasiado, pero... Dios, siento que me muero si tú me dices que no quieres nada conmigo.... —Empieza a llorar descontroladamente.

Arrastro su mano, la que tenemos entrelazadas, y la guío hasta mi gran barriga. Ri Se se está moviendo, desconsolada por oír a su padre llorar.

—Chen... —pronuncio su sobre nombre y su llanto se detiene. Me mira —Yo no dije que no me gustas, te dije lo contrario, me gustas, mucho, pero por favor, tenme paciencia. Estoy asustado, mi cuenta bancaria aún está en rojo, tú has comprado tanto, has dejado materias en la universidad, ahora debes empezar a trabajar y yo.... Tengo miedo. Veo como me miras, como me cuidas ¿Y si no te respondo como mereces? ¿Y si no soy capaz de darte algo a cambio? ¿Y si esto que siento se queda solo en que me atraes?... Chen, tengo miedo, y lamento tanto no saber que mierda siento... pero ten seguro algo, en este momento puedo decir que me gustas...

Es todo lo que puedo decir. Me encantaría gritar "Te quiero" "Te amo" pero sería mentir, o al menos decirlo sin estar seguro que de verdad sea eso lo que siento, y no puedo. Sé que tal vez él espera mucho de mí, pero ahora mismo no puedo.

—Sé que debo aceptarlo —Logro ver en sus ojos que está consciente de todo lo acabamos de decirnos —Prometo trabajar en ello, prometo tener paciencia. Mientras tanto... ¿Seguimos siendo novios? —Se me escapa una risa nerviosa y asiento —Me alegra... porque pienso conquistarte Kim MinSeok —y sin más, se duerme.

El café que mamá prepara se lo termina tomando papá, creo le hacía falta, había hecho un excelente trabajo en contenerse y no arrastrar a JongDae fuera de casa. Sin embargo, ninguno de ellos me dejó dormir allí. Así que mis padres se acomodaron en el suelo y yo en la cama.

No me costó volver a conciliar el sueño, pues estaba agotado, aunque si me dormí con una pregunta en la punta de la lengua.

¿Será Kim JongDae capaz de conquistarme? Estaba ansioso por saber que planeaba.

***

Lunes.

JongDae se levanta con dolor de cabeza y un puchero adorable grabado en su rostro. Se queja que despertó solo, pero cuando papá le grita lo irresponsable que es por ser un borracho y que ponía en duda si dejarme en sus manos o no, se puso derecho y empezó a rogarle.

—Juro por mi futura hija que mi lengua no volverá a tocar alcohol en lo que le quede de vida... —Dijo al final, desesperado . Vi a papá sonreír satisfecho, acto seguido se apartó y pude acercarme a JongDae y depositar un suave beso en sus labios.

Estaba dispuesto a dejarme guiar por mis emociones, y si las hormonas intervenían también les daría lugar, después de todo, si quería saber qué sentía no podía contenerme bajo ningún aspecto.

Durante la tarde, lamentablemente, JongDae tuvo que marcharse por sus clases y luego debía ir a su primer día de trabajo.

Lo extrañé todo el día. Llegó a casa a eso de las diez de la noche. Como Ri Se se había mantenido tranquila, con la ayuda mamá cociné un rico plato de comida tradicional. No quedó nada.

Antes de irnos a dormir, JongDae me informó que al día siguiente tendríamos nuestra primer cita oficial.

Martes, diez de la mañana.

Me encuentro frente a una nueva heladería que elabora sus helados de manera artesanal. Y así, mi primer cita es la mejor de todas mis primeras citas. Aunque no puedo evitar pensar que JongDae está jugando con reglas viejas: Conquista a través del estómago. Y cuando tu estómago alberga a otro, la jugada sale perfecta.

Calificación para Kim JongDae: 7, no obtiene un 10 porque le resté puntos al no querer comprarme un segundo helado.

¡Malo! Ri Se se acordará toda la vida de esto.

Miércoles, no hay cita, para JongDae hay universidad + trabajo. Para mí hay una cama grande de la que no quiero salir porque la espalda parece que se me va a romper. Mamá me trae almohadas, una bolsa de agua caliente, pero yo tan sólo empiezo a desear que mi hija nazca pronto.

Para la tarde recibo visitas, ChanYeol. Conozco a Chan desde el instituto, por lo que sé que su cara está apagada, normalmente él es todo un happy virus, pero hoy... está marchito. Le hago señas para que se siente a mi lado.

—Te conozco, Channie... ¿Qué sucede? —Me atrevo a preguntarle. ChanYeol me mira, indeciso.

—Si te cuento ¿No te estaría cargando con muchos problemas? —Pongo los ojos en blanco.

—Claro que no, eres uno de mis mejores amigos. —Y así él empieza a contarme lo que sucede.

Me doy cuento lo poco que me hablan los chicos sobre sus cosas, pero creo que piensan que tengo suficientes dramas en mi vida como para trasmitirme los suyos, sin embargo, una parte de mi me grita que les eche todo esto en cara, pues son mis amigos, y pase lo que les pase quiero poder apoyarlos a todos.

Hoy fue un día en que no pude recibir a JongDae con comida casera, ya que lo recibí en la cama, quejándome de dolor de espalda. 

*** 

Nota: Espero les guste. Gracias por leer.


Noche en Las Vegas [ChenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora