Segunda Cornisa: La Envidia

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Contentos por lo que había sucedido con el ángel, continúan su ascenso hacia la derecha, hasta llegar a la siguiente cornisa. Ahí, una música con cantos hermosos los sorprende:

“Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”.

Tras el hermoso canto, siguen su marcha, y en ese momento, el/la poeta comienza a darse cuenta de la diferencia que había provocado en él la visita del ángel y le expresa a su maestro:

“¿Qué peso se me fue hace unos instantes, que casi no me cansa este sendero? ”

Entonces, Virgilio le explica que cuando una “P” es borrada de su frente, sus pies no sentirán fatiga alguna, sino placer supremo.

Ya están en lo alto de la escala. Por un momento el guía siente que se han perdido e invoca al sol para que éste los encamine con su luz. El guía explica a su alumn@:

“En esta esfera se castiga a los que han pecado con envidia, las palabras de caridad y amor fraterno son virtudes opuestas a este vicio, pero fija la mirada en el aire y descubrirás con horror gente sentada”.

Tras escuchar la recomendación, el/la poeta tiende la vista y al hacerlo capta imágenes de sombras que, cubiertas con ásperos silicios, una a una se apoyan con la espalda. Tienen sus párpados cosidos con alambres, así forman un pasaje de los ciegos en el día de los perdones. Esta escena es tan dolorosa como la de los condenados al hielo en el Infierno, pues al igual que a ellos, no se les permite fluir el llanto.

El/la poeta le pide d entero a Virgilio la autorización para reconocer las almas latinas y aliviarlas del desamparo. A lo lejos un alma alza su mentón, con gesto común entre los ciegos, que espera que a él se dirijan.

“Soy sienesa,tuve por nombre Sapia y estoy aquí porque he disfrutado de los daños ajenos”.

Ella deseaba y pedía a Dios la derrota de sus conciudadanos, derrota que en efecto se produjo.

En tanto, dos sombras conversan cerca del lugar. El primero es Guido del Duca, gibelino, y el segundo Rinieri dei Paoiucci da Calboli,güelfo. Estas dos almas que esperan el perdón han cometido también el pecado de la envidia; el primero proviene de Romaña y murió quemado después de confesar su pecado, que se reducía a que su felicidad era ver la desgracia de otros. El segundo era de Forli; murió en la defensa de su pueblo natal; sin embargo, su envidia radica en no haber dejado una sucesión directa a su cargo, que era de gobernador, a pesar de tener un sobrino involucrado en la actividad pública.

Continúan ___ y Virgilio su ruta y en el proceso una voz retumba en el aire:

“Muerto soy, si es que alguno me sorprende”.

Palabras de remordimiento desesperado que dijo Caín después de haber matado por envidia a su hermano Abel. La voz se aleja y le sigue otra:

“Soy Aglauro,hecha piedra”.

Ese mensaje revela la envidia de la hija del rey de Atenas, Aglauro, que por envidia el amor de si hermana fue convertida en piedra.

Faltan solo tres horas para el crepúsculo, y el sol alumbra con gran intensidad.

“¿Qué es eso, dulce padre, que no permite mantener mi vista como antes y encima de nosotros se ha puesto? ”.

Éste repone:

“De la familia del cielo ha llegado, que no te asombra su luz, es un ángel que invita hacia la cumbre”.

Enseguida un ángel a pocos pasos y con dulce voz les habla:

“Por aquí”.

Éste señala una escalera que los llevará al tercer rellano, por la que suben los poetas sin dudar.

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