XII

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Querida Mimi:

La señora Starkey se fue el miércoles. Si bien me pareció super amable, nos tenía un poco cansados. Si, hasta Ringo deseaba muy dentro suyo que se fuera pronto. Dio vuelta todo el orden (caótico, pero orden al fin y al cabo) que habíamos pactado implícitamente: nos obligaba a limpiar cada esquina de la casa diariamente, a cenar en la mesa ¡E incluso a rezar! ¿Te imaginas lo que fue eso Mimi? Un horror. Ni siquiera usted había logrado que le dirigiera la palabra a Dios.

En un intento de escapar de esa señora comencé a juntarme más con el grupo de trabajo de la universidad. Nos estábamos quedando atrás, no teníamos elegido ni el género de la película. Por suerte George nos dio la idea de un film adolescente sobre un chico que sufre cyber bullying y llega a una nueva escuela. Una historia repetida, pero funcional.

También estuvimos con Paul viendo hoteles y creando el itinerario para nuestro viaje a Paris. Va faltando muy poco, de hecho nos vamos la próxima semana. Él está muy emocionado y la verdad es que eso se me está pegando.

Los que están con poco ánimo son Ringo y George. Están envidiosos, dicen que no, pero se nota a leguas. Igual, es en un buen sentido, bastante cómico. Cada vez que nos ven riendo o hablando enérgicamente con Paul, bromean con que somos la típica pareja de novela friends to lovers... si supieran que la realidad está bastante lejos de eso. Sólo somos amigos.

He estado repasando mi francés. Yo creía que esas clases que me pagó cuando eran pequeño no me iban a servir de nada, pero ¿Quién lo diría? Tuvo razón.

Le mando un tremendo abrazo, tía. De nuevo, mil gracias por el dinero.

Con cariño, John.

Querida Mimi... -mclennon-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora