VIII

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Querida Mimi:

Muchas gracias por el dinero, todavía estoy pensando en que gastarlo. El otro día pasé por afuera de una tienda de música y casi lo ocupo para comprarme otra guitarra, pero algo me detuvo, así que, bueno, supongo que pronto se me ocurrirá un buen regalo.

Como le conté en mi carta anterior, los chicos me celebraron el cumpleaños. Paul y George llegaron en la mañana con un cupcake a cantarme cumpleaños feliz y Ringo me hizo un desayuno. Estuvimos la tarde tonteando, comimos pizza, escuchamos música y cantamos karaoke. Fue genial y muy especial, la pasé demasiado bien. 

Ellos estaban emocionados de verla, pues creían que usted vendría y eso. Quedaron muy decepcionados. Siempre les hablo de ti, sobre todo de tu exquisita comida.

Por si se lo preguntaba, me regalaron una chaqueta de cuero, una uñeta y un aromatizante ambiental para esconder el olor a mierda de este apartamento.

Días después de mi cumple, Stuart (el pintor) me pidió ayuda para conquistar a una alemana que lo tiene loco. Su idea es cantarle una canción, así como una serenata hacia balcón. Le dije que si sin pensarlo, al final, él se ha mostrado muy interesado en su retrato, me habla seguido de como va quedando.

Con todo esto, las serenatas y los amigos enamorados, me he empezado a preguntar cuando será mi turno. Nunca me había preocupado mucho por el romance en mi vida, pero veo a mi alrededor a todos tan felices y enamorados que en el fondo me dan ganas de estar así, atontado y emocionado por los más mínimos detalles. Ahora más que nunca me pregunto cuando el amor tocara a mi puerta.

Te mando muchos abrazos, querida tía.

Con cariño, John.


Querida Mimi... -mclennon-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora