Capitulo 3. Apuros.

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*Así que se colocó la chaqueta y llamó a la puerta.*

 Abrió la puerta la mujer más despampanante que Alex se había topado jamás. Intentó guardar la compostura y se peinó el flequillo.

¡Buenos días!- Dijo la pelirroja, que había abierto la puerta. Hola. Mira… eh… Vengo a traer unos papeles- Estaba demasiado nerviosa como para articular una sola frase sin ninguna muletilla. Tú debes de ser Alex, la hija de Norma ¿No es así?- Preguntó la pelirroja con una media sonrisa en la boca. Eh, si, si. Yo soy su hija - Dijo Alex intentando evitar el contacto visual con esa mujer. 

Pelirroja, pelo rizado y con flequillo hacía un lado, vaqueros ajustados, botas marrones planas con los pantalones metidos por dentro de ellas y una blusa gris ancha. Era un poco más alta que Alex, pero no mucho más. Tendría aproximadamente 30 años. Eso si llegaba.

Entre lo nerviosa que estaba Alex en ese momento por el hecho de ser una situación con una desconocida y que la desconocida le despertara intereses no muy católicos… Se puso hecha un flan.

*Aclaración sobre la protagonista*

Por si no os habíais dado cuenta aún, Alex es bastante tímida, no le cuesta hacer amigos, por que es bastante sociable, pero este tipo de situaciones las lleva bastante mal. Así como pedir en un bar, reclamar algo en una tienda, pagar en el supermercado… Alex tiene vergüenza a las cosas que no hay que tenérsela, en cambio se desmadra en las que no debe.

*Fin de la aclaración* 

Al ir a darle la bolsa con los papeles a Alex se le cayeron, esparciendo por toda la alfombra los documentos bancarios de su madre. 

¡Mierda! Lo siento. ¡Joder!- Empezó a decir Alex mientras se quitó la bandolera dejándola en el suelo y se  agachó a recoger los papeles.  No pasa nada, tranquila - Y la pelirroja se agachó para ayudar a Alex a recogerlos.

Al ir a coger uno de los sobres sus manos se rozaron. Alex retiró inmediatamente la mano, entregó los papeles y con un fugaz ‘Me tengo que ir’ se despidió de la pelirroja, apresuró el paso, cerró la puerta de la oficina con cuidado y empezó a bajar las escaleras lo más rápido que pudo.

¡Mierda la bandolera!- gritó Alex en la escalera- No me jodas que tengo que volver a subir.

Y despacio para poder normalizar su respiración y parecer normal a la hora de pedir su bandolera en la oficina.

Y ahí estaba, la pelirroja en la puerta con la bandolera en la mano sujetándola. Sabía que Alex iba a volver a por la bandolera.

- ¿Se te había olvidado algo?- Preguntó la pelirroja mientras arqueaba una ceja.

Si bueno, con las prisas…-Dijo Alex intentando normalizar su respiración, pero sin evitar ponerse roja como un tomate. Anda, pasa, que te sirvo un vaso de agua- le dijo a Alex mientras le hacia el gesto de que pasara.

Alex, hizo un gesto de afirmación con la cabeza agradeciendo su hospitalidad. Siguió a la pelirroja por los pasillos hasta una oficina. Las paredes estaban pintadas de un gris mate muy elegante, un ventanal daba a la Gran Vía de la ciudad. ‘’¿Tan grande es este sitio?’’ Pensaba Alex. Había una mesa de despacho de cristal negro, con un ordenador sobre ella, una agenda en la esquina de la mesa. Estaba bastante despejada. En frente del ordenador había un sillón bastante amplio y con pinta de cómodo, y al otro lado dos butacas.

La pelirroja dejó la bandolera de Alex sobre la mesa del escritorio. 

Siéntate en una de las butacas- le dijo a Alex señalándolas.  A sus órdenes… - Susurró Alex para si misma. Perdón, ¿Has dicho algo?- Dijo la pelirroja mirando fijamente a los ojos de Alex mientras se dirigía a la máquina de agua.  No señora- Contestó rápidamente Alex abriendo los ojos de par en par. ‘’¿Cómo ha podido oírlo?’’Esta vez lo pensó, no lo dijo.

La pelirroja volvía hacia Alex con un vaso blanco de plástico en la mano. 

Toma, bebe.Y no me llames señora aquí, me llamo Sandra, soy la asesora de Norma, tu madre.- Le dijo mientras le daba el vaso y se sentaba en el sillón. Pues encantada Sandra- Y bebió un sorbo de agua- Bueno yo marcho, que tendrás mucho trabajo- Dijo Alex cogiendo la bandolera de encima de la mesa.  Pensé que querrías hacerme un poco de compañía, es mi descanso de 20 minutos y no hay nadie más en la oficina, se han ido todos a comer ya. Bueno… - Alex no sabía que hacer, ¿Se quedaba? ¿Se iba?. Si se queda a lo mejor entretiene mas de la cuenta a Sandra, o llega tarde a casa y su madre la mata…Pero si dice que no, quedaría bastante cortante. Venga vale, pero solo hasta que termine tu descanso ¿Te importa si te hago algunas preguntas?- Dijo Alex intentando romper la situación incómoda en la que se había metido. Si, claro- Contestó Sandra mientras se acomodaba en el sillón ejecutivo - ¿Son por algún trabajo de clase, algún reportaje…o simplemente curiosidad?- Preguntó Sandra sin quitar la mirada fija en los ojos de Alex mientras cruzaba una de sus piernas encima de la otra y se inclinaba hacia atrás. Pues la verdad, por curiosidad- Contestó Alex poniéndose rígida en la butaca.

No sabía que tipo de sensación le causaba esa mujer, sentía que tenía quesera continuamente alerta, como si Sandra fuera una cazadora y ella fuera una débil presa a la que estaban acechando. 

¿Le gusta este trabajo? Me refiero - se corrigió Alex- ¿Lo hace por que le gusta o por que es como un tipo de legado familiar? - Tragó saliva esperando no haber hecho la peor pregunta del mundo en el peor momento jamás. Creo que lo que quieres preguntarme es que si mis padres me han obligado a estudiar finanzas y trabajar aquí ¿Verdad?- Dijo seriamente arqueando una ceja y mirando a Alex.

Nuestra chica asintió haciendo un gesto de disculpa con los labios.

Tranquila que no tengo pensado comerte de momento. No, mis padres no me han obligado. Siempre he sido buena en matemáticas, la lógica, la organización y el CONTROL siempre ha sido lo mío - dijo mientras miraba fijamente a Alex, subiendo el tono en la palabra ‘Control’. Sandra tenía las manos apoyadas en los reposa brazos del sillón y empezó a golpearlo

Alex se sentía bastante confundida,’’¿Me está metiendo fichas? Por que eso de ‘no tengo pensado comerte DE MOMENTO no es muy normal que te lo digan’’Pensó Alex, ‘’No creo, no tiene pinta de lesbiana, y mucho menos de tener una edad acercada a la mía’’.

Bueno. Y tu que haces…¿Estudias, trabajas…?- Le preguntó Sandra a Alex sacándola del trance que se había creado ella misma pensando si estaba flirteando con ella o no.  Pues yo, es complicado. Estoy estudiando, pero también esperando a que me llamen de un curso…Que espero que sea pronto- Añadió Alex. Dibujando una sonrisa en su boca sin darse cuenta. ¿Y que estudias?- Preguntó Sandra acercándose más a la mesa y apoyando los codos sobre ella. Emm…- Alex se había puesto, definitivamente, como una moto- Estoy en segundo de bachiller de letras. Creía que era yo quien iba a hacer las preguntas- Le dijo a Sandra mientras se acomodaba en la butaca, estaba empezando a sentirse cómoda. Muy interesante Alex, creo que debo volver a mi trabajo- ‘’¡Dios! ¿Ya han pasado 20 minutos?’’ Pensó Alex. Vale, encantada Sandra, Adiós.- Dijo Alex cogiendo la bandolera de encima de la mesa. Cuando se va a girar para salir por la puerta con la bandolera en la mano Sandra coge de la bandolera y le frena. ¡Espera! Toma.- Le dijo Sandra a Alex tendiéndole una tarjeta - Si tienes alguna pregunta más, llama. Hasta otro día Alex.

Nuestra amiga cogió la tarjeta se la guardó en el bolsillo de la chaqueta vaquera y salió de aquel despachó. Mientras andaba por los pasillos de ese infinito piso de oficinas leía la tarjeta ‘Sandra Cuadrado - Asesora - 6XX-4XX-XX9’. ‘’Me ha dado su número de teléfono, vale. Para que le haga preguntas…Soy de letras y me intereso por algo de números, todo muy lógico Alex’’ Pensaba hablando a si misma. 

Alexandra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora