Un renacimiento sin sentido

Capítulo 47: Falsos volteretas sobre un suelo nivelado (2)

Ocurrió vagamente un grito agudo de una mujer, pero su voz era completamente confusa para He Bai. De repente, sufrió ingravidez y su cerebro emitió un mensaje de alerta. En la última foto, un hombre huesudo con una camisa multicolor apareció desde la esquina de la calle con una aguja en la mano, y corrió hacia un hombre alto que estaba de pie frente a la tienda de comestibles verde.

"¡Di Qiuhe!"

Bai abrió los ojos y se sentó, y su mente estaba en un remolino. Sufrió un apagón, sus dedos buscando debajo de la almohada el teléfono móvil. Tan pronto como su vista se recuperó un poco, marcó el número de Di.

Inmediatamente pasó, y el alegre sonido de Di Qiuhe se mezcló con los silbidos de los vehículos: "¿Por qué me llamas tan temprano? ¿Me echas de menos? Pensé que dormirías hasta tarde."

"Di Qiuhe". Bai apretó su frente, cada escena del sueño volviendo a cruzar su mente. Su voz bajó inconscientemente: "¿Dónde... dónde compraste el fruto que me enviaste antes?

"¿Tienes antojo de fruta?" Di Qiuhe levantó las cejas y cambió el teléfono móvil de una mano a la otra de buen humor. Hizo un gesto a Wang Boyi para que retrocediera un poco y continuó: "Hoy no tengo entrenamiento y estoy al aire libre. Si quieres fruta, puedo ir a comprarla en un momento".

"No, no lo haría." Bai tragó con fuerza y se limpió el sudor frío de su frente, solo para descubrir que su temperatura era algo anormal. Se enfermó probablemente porque el aire acondicionado del resort funcionaba todo el tiempo y se quedó despierto hasta tarde para retocar las fotografías cuando la temperatura era a veces caliente y a veces fría, sospechó He Bai. Se sintió incómodo y se cubrió la frente con una mano, diciendo: "¿Recuerdas lo que te dije una vez? Puedo leer la fortuna de la gente y tener sueños predictivos de vez en cuando. Anoche soñé contigo..."

Di Qiuhe no pudo evitar levantar la boca, resoplando con suficiencia: "Bien, sé que me extrañas mucho. Hoy estoy libre, así que si quieres algo, te compraré, hermanito..."

"¿La tienda de comestibles donde compraste fruta llama a Cloud's Home?"

Di Qiuhe se quedó en silencio.

"Su dueño es muy gordo y lleva un anillo de oro en el dedo. Hay un árbol frente a la tienda." Él Bai trató de recordar el sueño y reveló todo lo que pudo. No tenía ni idea de por qué fue tan imprudente al decirle esto a Diu Qiuhe. Después de todo, sonaba muy sospechoso, y era probable que Di Qiuhe lo considerase un espíritu si tenían razón. Si no, podría ser considerado un loco. Ambos podían hacerle daño a He Bai, pero la intuición le dijo que tenía que ser honesto. De lo contrario, Di Qiuhe estaría en peligro, al igual que su "salto desde un edificio" antes de renacer.

Di Qiuhe tenía sólo veintitrés años y merecía vivir más que su última vida. Él Bai sintió que el sueño que tuvo anoche era una señal. Ocurrió un'efecto mariposa', y él jugó el papel de la mariposa pequeña en el viaje fronterizo de Di Qiuhe. Si muriera joven debido a este pequeño cambio, He Bai nunca se lo perdonaría.

Había un silencio total, y no se podía oír nada excepto el sonido de su respiración.

"Bai", dos minutos más tarde, la voz de Di Qiuhe llegó cuando su tono ya no era suave y sonriente, sino serio "¿Qué más has visto en tu sueño?"

He Bai se sintió aliviado de alguna manera. Se reclinó en la cama y rápidamente contestó: "También te veo parado frente a la verdulería cuando un hombre huesudo con una camisa de colores salió corriendo del rincón y te inyectó algo".

"Se supone que es un virus."

"¿Qué?"

"Ha habido varios casos en los que los infantes del XK23 inyectaron su sangre en el cuerpo de otras personas para propagar el virus a propósito. La muchedumbre robó a través de la frontera nacional de nuestros países vecinos, cuyo paradero era difícil de encontrar. Así que el tratamiento de aislamiento no funcionó al principio, y causó mucho pánico en el área". He Bai estaba conmocionado. Se sentó apresuradamente y sufrió un segundo apagón. Su voz se elevó inconscientemente, "XK23? ¿Es el virus el que tiene una tasa de mortalidad del 80 por ciento? Ya que eres tan claro, ¿por qué andas por ahí? ¿No le temes a la muerte?"