耀斑 5. Flare

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JungKook POV.

Habíamos pasado tantos días, tantos momentos juntos...

Mis ojos observan el cielo silencioso, las estrellas deslumbrantes sonriendo a los costados de la luna colgando sobre aquel manto azulado cubriendo arriba de nuestros cuerpos sobre la cama, observo mi reflejo en la ventana con cortinas rojizas amarradas a ambos lados.

Entonces, entre el adormecimiento que parece dominar a mi mente, llamo a tu nombre, mis labios balbuceando con parsimonia; tus ojos claros se dejan ver al exterior, tu respiración encontrándose con mi desnudo cuello.

Mis propios irises se mantienen observándote, cada orbe fascinándose al verte; tus párpados luchando por no cerrarse mientras dedicas tus ojos a contemplar los míos, una sonrisa perezosa esbozándose de manera sosegada sobre tus labios mandarina.

— ¿Sucede algo, Kook?

Niego sonriente, complaciendo mis irises con la espléndida imagen de tu retrato a plena noche.

— Perdón por despertarte.

— No estaba durmiendo todavía.

— Bien, entonces no me sentiré culpable de ello — digo en tono travieso. Mis dientes mostrándose ante la amplia sonrisa divertida que adorna mi rostro.

— Mejor siéntete culpable — replicas riendo suavemente.

Las comisuras de tus labios apenas elevándose; y me siento feliz, pues reconozco con orgullo que eres una persona fría, por poco alguien que sólo parece pensar en tener relaciones sexuales, pero para mí no es así. Nada lo fue desde el momento en que me hiciste tuyo.

Carcajeo ante tus palabras. Mis ojos se deslizan sobre tu rostro, bajando hasta tu mandíbula fuerte y tus clavículas profundas. Mi mano se extiende y comienzo a descenderla por sobre tu pecho, mis dedos simulando una cómica caminata de dos pies rozando tus suaves bellos cortos de tonalidad rubia, casi imperceptibles.

Acaricio tus abdominales, son demasiado definidos, tan invisibles, las líneas entre cada uno siendo delineadas por mis dedos y te escucho suspirar.

— Kook, si sigues así...

— No me digas que me detenga cuando bien que lo estás disfrutando.

Te veo sonreír, tus comisuras ascendiendo demanera perezosa dejando ver aquel par de largos colmillos que escondes tras tu cortina labial, tus párpados descienden escondiendo tus dulces orbes claros.

— Ven aquí — susurras en un tono ronco, tu voz provocando escalofríos en cada fracción de mi cuerpo aúnsensible por el contacto íntimo que han realizado entre sí nuestras anatomías hace tan sólo minutos.

Sonrío y al segundo después de tu voz mis piernas se encuentran a cada costado de tu torso, mis brazos extendidos mientras las palmas de mis manos se apoyan sobre tus sólidos pectorales. Me siento sobre tu abdomen llano. La piel de mis glúteos desnudos casi rozando con tu entrepierna excitada me hace suspirar entre el placer.

— Jimin...

— Uhm, Kook. Muévete, vamos bebé — tu voz denotando placer parece excitar mi anatomía.

Me muevo de manera lenta sobre ti, pero tus manos tomando ambos lados de mi cadera me hacen detener mis movimientos, luego, sólo te levantas y me empujas sobre el suave colchón debajo de nuestros sudorosos cuerpos.

Tus extremidades superiores me giran, las palmasde mis manos apoyadas en las sábanas perfumadas y mis rodillas hundiéndose sobre colchas esponjosas.

我 MINE «JIKOOK»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora