耀斑 6. Flare II

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Mis párpados ascienden entre el río de oscuridad que ahoga mis sueños. El anochecer rodeando el exterior, las cortinas danzando junto a la ventisca que ingresa por mi ventana abierta.

Mis brazos se extienden sobre las acolchadas sábanas, siento la calidez de tu cuerpo impregnada en cada pedazo de tela, la cama revocando en mi mente tu dulce tacto, los besos compartidos y cada susurro cargado de palabras apasionadas. Mi anatomía se mueve, mi hombro derecho topándose con los suaves tejidos, mis ojos buscando tu figura entre la noche; pero no te veo.

Mi respiración se entrecorta ante el recuerdo de aquel sueño obscuro que ha invadido mi mente sin descanso en los últimos días. No quiero pensar en la sola idea de que aquello que tanto me persigue se haga realidad.

Escucho algunos sonidos en la planta baja, mi cuerpo se levanta rápidamente, tomo una camisa de botones al azar y comienzo a caminar de manera apresurada fuera de mi habitación mientras coloco la prenda sobre mi cuerpo tapando mi desnudez, las escaleraspareciendo casi infinitas a medida que avanzo.

Opacas tinieblas dándome una bienvenida apresurada al momento en que estoy abajo, entonces llamo a tu nombre:
— ¿Jimin...? — mi voz entrecortada, el miedo tatuado en mí.

Aquí estoy — susurras a lo lejos de manera inmediata, tu voz ronca y baja.

Volteo mi cuerpo y observo tu perfil iluminado por la Luna tenue, tu imagen casi etérea siendo admirada por mis irises absortos.

— Por qué... ¿Por qué estás aquí? ¿No puedes dormir?— indago.

— Estaba incómodo.

— ¿Qué sucede?

— No es nada, JungKook — susurras en voz baja. Tus ojos continúan observando las estrellas, la luz iluminando tus orbes claros reduce el aire de mis pulmones. — Sólo necesitaba un poco de aire.

— Uhm — asiento en un ligero movimiento de cabeza. No estoy muy convencido de lo que dices; pero no pienso insistir al notarte tenso, como si tus palabras no quisieran salir de tus labios mandarina. — Vuelve a la cama — ordenas.

— No quiero.

— JungKook, vu−.

— No quiero ir sin ti — interrumpo. Y es verdad.

La cama vacía parece un hielo, las sábanas frías anhelando el calor de tu presencia mientras mis brazos sueñan con tu anatomía envolvente.Te mantienes en silencio, tus palabras calladas tras mi interrupción.

Tus ojos buscanlos míos y entonces siento el temor tras tu mirada, tus pupilas rojizas levemente dilatadas, ambos colmillos blancos reluciendo bajo la capa de tu piel labial. Mis orbes oscuros alzan su vista y entiendo todo; la luna llena sobre nuestros cuerpos parece causar estragos sobre ti.

— Sólo... Sólo vete.

Mis párpados descienden sólo milímetros entendiendo lo que reiteras, me siento entristecido tras la cruda realidad bajo tus palabras sin emociones; ausentes de sentimientos.

— Bien —murmuro ensimismado. — Espero... Espero verte pronto arriba.

No pienso esperar palabras por tu parte, así que sólo doy media vuelta y comienzo a caminar de nuevo a mi habitación. Siento como mi corazón se oprime entre mi caja torácica y algunas lágrimas parecen acumularse entre mis ojos con cada pisada que doy.

Un nudo en mi garganta prohíbe quesollozos salgan de mis cuerdas vocales, así que me limito a caminar en silencio. Cada paso deja tras de mi caminata un pedazo de mi corazón malherido, un amor unilateral entre los deseos de mis emociones batallando contra él. Recuesto mi cuerpo, me encuentro boca abajo, mis lágrimas humedeciendo la sábana.

我 MINE «JIKOOK»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora