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POV Jennie

Como cada mañana que amanezco con Lisa, ella me está abrazando por la espalda, su cuerpo moldeado perfectamente al mío. Y como cada mañana que despierto con ella, durante un rato no me molesto en moverme, saboreo el momento en que puedo sentirla apretada contra mí, donde puedo sentir cada curva de su cuerpo hermosamente esculpido. Acaricio la mano de ella que estoy sosteniendo y la atraigo más a mi pecho, Lisa usa el gesto para abrazarme más fuerte y besarme la nuca, moviéndose lentamente a la columna y luego para arriba a mi mandíbula y mis labios.

- Buenos días, hermosa - susurra su ronca voz en mi oreja. De inmediato me doy la vuelta en sus brazos y sus ojos me miran con adoración; no intensos como normalmente son, sino cálidos y relajantes.

- Buenos días, hermosa - susurro. Sin importarme el aliento mañanero, la beso, tomando su labio inferior entre los míos y manipulándolo con pereza. Sus manos van a mi cadera y me sube sobre ella. Mis rodillas toman lugar una a cada lado de su cadera y mi cuerpo estirado hacia adelante para mantener el beso - ¿Cómo dormiste? - pregunto entre besos, acunando su mandíbula para besarla con más propósito, ocasionalmente acariciando su lengua con la mía y succionándola despacio.

- Siempre duermo perfectamente contigo a mi lado.

Cuando nos besamos así, no sentarme directamente en su regazo se ha convertido en una rutina para mí, y no me había dado cuenta de que lo estaba haciendo ahora hasta que ella baja mi cuerpo para que lo siente. El fuerte agarre de Lisa a mis muslos fue suficiente para encender los nervios en mi cuerpo, pero su creciente erección bajo mi centro agrega más calor a las llamas y nuestros labios por un momento no responden, el gruñido de Lisa alienta mi deseo de sentir mi lengua jugando con la suya. Lánguidas respiraciones y gemidos pesados llenaron el espacio a nuestro alrededor al friccionar nuestros centros. Lisa me toma fuerte de la cadera y manipula el movimiento. Con nuestro beso siendo más un enredo de lenguas y nuestros sexos apenas cubiertos frotándose entre sí, siento el primer empuje. La pelvis de Lisa elevándose, presionando su pene deliciosamente contra mi clítoris mientras sus manos aprietan duro mi trasero.

- Joder, Lisa - gimo en su oído cuando el segundo empuje desorienta nuestro beso.

Succiono la piel de su cuello mientras sus manos manipulan la manera en que mi centro mojado se frota contra su erección sobre la tela. Al escuchar sus gruñidos y su respiración acelerada, la miro y me maravillo con lo sexy que se ve; las cejas fruncidas, las mejillas rojas y los labios que no puede decidir si deberían ser mordidos o dejarlos jadear, así que oscila entre los dos. Aunque la sensación de estarnos tocando tan íntimamente se siente increíble, sé que debe sentirse aún mejor para ella. Dudo mucho que Lisa haya hecho esto antes. Aun si las dos estamos con ropa interior, la presión directa es algo que ella nunca se había permitido sentir.

- ¿Ma?

Rápido miro hacia la puerta, esperando encontrar a mi hija ahí, pero no. Lisa detuvo nuestros movimientos y trata de controlar su respiración, cubriéndose la cara con los brazos y la dureza en sus boxers presionando firme entre mis piernas.

- Joder - jadeo - Ella no vio en qué habitación estamos, debe estar buscándonos - Lisa asiente bajo sus brazos que continúan cubriendo su cara, probablemente con molestia y frustración - Terminaremos esto más tarde, ¿está bien? - le susurro cerca de su rostro, bajando sus brazos, notando sus ojos casi negros y los pequeños cabellos pegados a su frente por el sudor - Te prometo que terminaremos esto más tarde - repito, presionando mis dedos contra el frente de sus boxers, rozando su erección no tan accidentalmente.

Me levanto a abrir la puerta y al asomarme por el pasillo veo a Ella con cara de perdida, abrazando su oso de peluche con una mano y frotándose los ojos con la otra.

The Donor | Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora